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Luego de publicar video oficial para su sencillo "High Road", Cults comparte su segundo álbum de estudio, Static, para su escucha total ocho días antes de su lanzamiento oficial.
Un material mucho más estilizado, con intros, fade outs y canciones que atraparán a cualquier fan de la voz de Madeline Follin y la guitarra de Brian Oblivion, quien también participa en los coros.
Static podrá ser adquirido a partir del 15 de octubre bajo el sello Columbia.
Lo que parecía ser una noche tranquila de fiesta en la ciudad, se vio interrumpida por la intensa lluvia que que nos tomó por sorpresa el sábado pasado. La fila fuera del Foro Reforma no tenía fin; eran tantas las personas que querían entrar, que las diminutas puertas no se daban abasto, por lo que los gritos y chiflidos que exigían que el acceso se acelerara no se hicieron esperar.
Días antes del evento, se anunció que los boletos se habían agotado, y a costa de que algunos revendedores lograran hacerse de un buen dinero, muchas personas se quedaron con ganas de poder ver el regreso de Los Cafres al Distrito Federal.
Tras una enérgica presentación especial de Real Stylo, Lengualerta y una selección de lo mejor del reggae a cargo de Tepexicuapan Sound System, el Foro Reforma se preparó para recibir a Los Cafres, quienes continúan celebrando sus 25 años de trayectoria.
Antes de que el reloj marcara las 22:00 horas, uno a uno fueron subiendo al escenario los integrantes de la banda argentina. A pesar de sufrir constantes problemas con el audio, la sonrisa de Guillermo Bonetto, que vestía una playera de la selección mexicana, nunca se borró de su rostro, demostrando la gran calidad y profesionalidad de la banda.
Las miles de almas que abarrotaron el foro bailaron y disfrutaron con la música de Los Cafres, quienes interpretaron lo mejor de su repertorio; temas como "Una Perla en mi Vida", "Sinsemilla" y "La foto de Zapata" provocaron que el vapor de los cuerpos sudorosos se mezclara con la atmósfera de fiesta y hermandad que se respiraba en el ambiente.
Cuando los ánimos de felicidad se desbordaban por los poros, contagiando a todos los presentes, se escucharon los acordes de "No puedo sacarte de mi mente", tema que hizo explotar las gargantas de los ahí reunidos, seguido por "Aire" y "Tus Ojos".
Tras un pequeño descanso de solo unos minutos, Los Cafres regresaron al entarimado para seguir con la que fue una magna celebración. Con "Momento", "Casi q' me pierdo", "Si el amor se cae" y "La receta", se despidieron con una gran sonrisa de todas las personas que hicieron posible este festejo de 25 años.
Poco a poco, el lugar comenzó saturarse, sin embrago, se sentía una atmósfera relajada y de baile casual, amenizada con Falty DL, cuyos sonidos suaves y disco calentaron motores.
Mount Kimbie, de los favoritos y más conocidos por el público, nos hizo entrar en un ambiente latente y profundo, bajo un fondo de tipografías distorsionadas y pixeles rebotadores. Éste dúo inglés, prendió a la banda con su single “Made to Stray,” que dejó a la banda con ganas de más de este deleite musical.
Siguió una pequeña pausa para recargar energía y dar paso a un acto con tres artistas seguidos; Ikonika subió de tono en múltiples capas con ecos y lo que parecían sonidos vacíos de madera que provocaban una sinapsis sintética. Predominaba el rojo y los rombos inmersos en un vómito visual, retumbaban las paredes y la gente parecía cada vez más alborotada a la espera de Kode9, quien con un dubstep de alta calidad a todo volumen, afectó cada uno de nuestro sentidos en un acto penetrante e intenso.
Por último, Jets, envuelto en visuales geométricos que partían de un centro y fondos multicolores, abrieron paso al downtempo, pianos y hip-hop en un reventón electrónico.
Como todos los años, MUTEK.MX nos sorprende con grandes exponentes de la música electrónica; una experiencia audiovisual con elegancia sonora que se pule año con año y nos deja en decadencia corporal. 
Se trataba de un concierto pactado a las 9 p.m; para las 10:30, la concurrencia adentro del Salón José Cuervo ya se mostraba impaciente por que empezara el espectáculo, sin embargo, los ingenieros de audio canadienses seguían haciendo aspavientos y moviendo la cabeza de un lado a otro, lo que no auguraba un pronto inicio.
Diez minutos después, el público estalló en gritos y aplausos cuando Crystal Castles pisó el escenario, quienes sentaron un precedente para lo que sería la tónica del resto del concierto con una electrizante versión de "Plague", primer sencillo de su último álbum.
El José Cuervo se volvió un manicomio con las características primeras notas de la segunda canción: "Baptism"; volaba cerveza de $90 pesos por los aires, las chicas se trepaban en hombros de los chicos y todos saltaban al ritmo del beat, siguiendo el ejemplo de la enérgica Alice Glass y su cabellera platinada.
Si bien Crystal Castles no es un grupo de rock, esto no impide que Glass acapare el escenario en absoluto papel de “frontwoman” rockera, incluyendo una botella de Jack Daniels en mano, cuyos escupitazos de whiskey eran recibidos con júbilo por parte de los asistentes del frente. Pocos gestos se dicen “rockstar” como prender un cigarrillo para darle un par de fumadas entre canciones; por un segundo pensé que ese tenue olor a humo que estaba inhalando era de Alice Glass, pero tristemente, era más probable que fuera del de mis clandestinos compañeros de área.
Ethan Kath, que seguramente no es su verdadero nombre, alternaba entre la consola y el sintetizador, apegándose más al teclado en canciones con distintiva melodía como “Celestica”, “Crimewave” y la bien recibida “Not In Love”; Kath se mostraba satisfecho de presenciar como su concepto artístico respiraba y latía encarnado en tan ferviente público latinoamericano, a pesar de que la concurrencia solo aclamaba ¡Alice!, ¡Alice! Glass, por su parte, disparaba gritos bajo una densa capa de distorsión, y lucía mejor en las canciones tipo electro-grunge como “Alice Practice”, del debut Crystal Castles.
Glass acompañaba a Kath en la consola para temas completamente instrumentales como la pulsante “Telepath”; sin perder el estilo, lograba prender y dirigir al público. Mención especial también para su baterista, Christopher Chartrand, quien aumenta notablemente el sonido del dúo canadiense.
Cerca de la media noche, el público abandonó el "Joe Crow" extasiado, cansado, con los oídos todavía pulsando, pero recién bautizado.
El cuarto A/VISIÓN llegó sin previo aviso, cuando aún no nos acostumbrábamos al ritmo del décimo aniversario del MUTEK.MX, ni recuperábamos las horas de sueño perdidas en el Nocturno 1.
El Teatro de la Ciudad se vio a menos de la mitad de su capacidad; rostros desvelados, pero entusiastas, desfilaron por el lobby del legendario recinto. Pasadas las 6 de la tarde, cuando la mayoría de los asistentes ni siquiera habían tomado asiento, se apagaron las luces anunciando el primer acto de la noche: Dust de Herman Kolgen.
Denominado como un escultor audiovisual, Kolgen sacudió puertas, ventanas, sillas y estómagos con densas capas de sonido sincronizadas con visuales inspirados en la pieza Dust Breeding del fotógrafo Man Ray y Marcel Duchamp. Bajo la premisa de hacer visible lo invisible, musicalizó aquello con lo que tenemos contacto pero no percibimos; el sonido provocado por una molécula de polvo o el cadáver de una mosca al ser arrastrado por el viento.
Una vez finalizado su set, y casi de inmediato, la dupla inglesa Raime subió al escenario. Con ritmos que llegaban a rayar en el dubstep, acompañados por bellas imágenes inspiradas en el trabajo de Andréi Tarkovski, nos condujeron por casi 40 minutos a través de una atmósfera lúgubre y ligeramente apesadumbrada.
Llegadas las 19:45 salió a escena el acto más esperado de aquella tarde; Matmos pisó por primera vez un escenario mexicano y lo hizo con singular alegría, pues entre pieza y pieza, no desaprovecharon la oportunidad de interactuar con el público.
Reconocidos como una agrupación de culto por hacer uso de extravagantes "instrumentos" como un puño de arroz o cabello recién cortado, su presentación incluyó piezas que fueron de lo más pop hasta lo más experimental, siempre cargadas con un serio toque de improvisación.
Terminado el evento, los presentes corrieron bajo una incesante lluvia para llegar al Nocturno 2 en el Plaza. Era un hecho, el esperadísimo MUTEK.MX estaba por llegar a su fin y apenas y nos dimos cuenta. ¿Logrará la clausura con Amon Tobin darle el cierre merecido? ¿Logrará el festival superarse el próximo año? No nos queda más que esperar y rogar porque así sea.
El Foto Museo Cuatro Caminos se veía muy bien adornado, desde el ensamblado del escenario, hasta la meticulosa colocación de pantallas e iluminación; pero a pesar de la decoración, no se podía ocultar que gran parte del foro se encontraba en obra negra, hecho que generó un ambiente de almacén o bodega, muy característico en las presentaciones de electrónica subterránea.
La alineación se dividió en dos salas, la rutina de ir de una a otra se volvió por momentos un suplicio, por las hordas de entaconadas señoritas en tan reducidos corredores, pero el acostumbrado retraso de horarios ayudó a no perderse mucho entre cada presentación. Proyecciones bastante elementales contrastaron con una compleja y elaborada mezcla de techno, glitch, IDM, house y hasta dub en una noche que, como es costumbre de este festival, se volvió inmediatamente memorable y referencia de magnificencia musical.
El primero en dejar sordos y con los ojos llorosos a los presentes fue el proyecto nacional Strobe, cuyas pulsaciones lumínicas estroboscópicas del espacio exterior tenían como único fin producir ataques epilépticos, cosa que siguió con el australiano Robin Fox y que por momentos reinó en el set de Barnt.
Sin lugar a dudas, lo mejor del evento se encontró en la Sala 2, espacio amplio que albergó a un elenco más enfocado al techno y al house que congregó los mejores y más aplaudidos beats, haciendo puntuación en los sets de Diamond Version, proyecto de electro-industrial de Alva Noto con Byetone, y The Field, a modo de trío con bajo, batería y consola, que se podrían fácilmente describir como épicos.
Otro de los momentos memorables fue cuando la pareja Saschienne se apoderó del escenario, dando paso a una mezcla de electrónica y pop tan magistralmente ejecutada y delicada que, entre tema y tema, aplausos y brazos al aire, se escuchaba una muy contenta borrachiza en la pista.
En la Sala 1, un espacio más reducido, las presentaciones que brillaron fue la de Machinedrum, quien interpretó su último álbum Vapor City en su totalidad, pasando de hacer drone con una guitarra, a una cosa más glitch e inclusive hip-hop, y por supuesto el cierre de Vessel, que entre industrial y dub, ofreció uno de los recitales más espesos y atmosféricos que el festival haya visto.
Mareada, borracha y un poco ciega, la gente se retiró con la cabeza retumbando pero con la seguridad de que fue una noche en que se presenció y disfrutó de lo más reciente, ecléctico y ciertamente exquisito de la oferta electrónica contemporánea. Eran las cinco de la mañana y todavía se podía bailar un rato más.
London Grammar
If You Wait
Metal & Dust Recordings
2013
La invasión británica no ha cesado desde la década de los sesenta, cuando la música del Reino Unido sedujo los oídos de la juventud mundial y estableció una tendencia que ha prevalecido desde entonces. Una vez más, unos británicos refrescan el mercado musical, esta vez a bajas revoluciones. London Grammar, trío de art rock originario de Nottingham, debutó con If you wait, álbum de considerable expectación y por el cual ya se cataloga a esta banda como lo mejor que Inglaterra tiene para ofrecer.
La voz de Hanna Reid, que se ha comparado a la de Florence Welch, está llena de matices de angustia, casi lamentos, denotando una urgencia emocional que vislumbra vulnerabilidad. Reid también nos enseña que la moderación de voz puede ser más eficaz que constantes demostraciones de fuerza, y aunque sus vocales parecen celestiales, la temática del disco está bien anclada en aspectos terrenales como la preocupación de la juventud por encontrar el amor y nuestra propia naturaleza. Paisajes trazados con letras sobre corazones rotos y sueños fracturados.
Sonido etéreo descrito como ambient, complementado por la guitarra melancólica con reverb de Dan Rothman, crea un entorno casi espectral, por momentos tan ligero como una melodía pop pero sin sentimiento de culpa de algo tan digerible, y en el que la voz de Reid es protagonista. If You Wait es de producción discreta de instrumentación minimalista complementada con el cover “Nightcall” de Kavinsky, cuyas influencias del new age y trip hop inyectan una propulsión necesaria en momentos claves de las canciones que de lo contrario, se habrían marchitado por cuenta propia.
Dado el énfasis en no arriesgar en la composición y estructura del álbum, If You Wait, ocasionalmente, suena demasiado homogéneo y ordenado en exceso uniforme, de alguna manera haciendo una apuesta segura pero quizás el resultado final justifica esta postura ya que no hay una sola canción débil en esta producción; “Hey Now” es el track que mejor describe y captura a London Grammar a pesar de que los acordes y efectos del sintetizador de Dot Major me evoca en demasía a “Everything is in the right place” de Radiohead.
London Grammar funciona como una máquina bien aceitada, produciendo un álbum estilizado en el que muestran su inmenso talento con increíbles instintos.
Apenas el lunes pudimos escuchar "St Justice", tema incluido en el nuevo EP en solitario de Albert Hammond Jr. titulado AHJ, mismo que llegará a las tiendas el próximo 8 de octubre editado por Cult Records.
Pero hoy, para nuestra fortuna, ya se puede escuchar en su totalidad sin costo. ¡Disfrútalo!
El trío de Nueva Jersey Yo La Tengo, que recientemente ofreció un maravilloso recital en el Plaza Condesa, prepara el lanzamiento en vinil de 7" que incluirá "Super Kiwi", tema que no pudo formar parte de su más reciente álbum, y un cover a "A Day in the Life of a Tree" de The Beach Boys.
Este nuevo material se podrá conseguir a partir del 5 de noviembre con la edición deluxe de Fade, mientras tanto, puedes disfrutar de "Super Kiwi" a continuación:
Una vez más, LA Faena se vistió de gala para albergar la segunda parte del ciclo PLAY del festival MUTEK.MX, que sin importar quién se encuentre en el cartel, siempre será un asfixiante lleno total; en este caso, cuatro actos mexicanos más un estelar desde Córdoba, Argentina.
Con un inicio relativamente puntual, y una asistencia considerable, Valentín Torres de Maniquí Lazer regresó al entarimado de la cantina pero ahora bajo el nombre de Vampire Slayer, quien durante media hora ofreció una procesada mezcla de techno muy distinta a lo que ofreció dos noches atrás.
Tras media hora de retraso debido a la complejidad de las conexiones de su equipo, MACHINO tomó la consola para verdaderamente poner a bailar a los presentes. Una mezcla entre techo, house y algo de industrial por fin inauguró actividades de baile en el festival. Acompañado de unos elementales visuales, el set de MACHINO, para bien o para mal, se extendió por más de una hora en lo que sin duda fue un lleno total y un ambiente de reventón al máximo.
Llegada la media noche, KAMPION tomó la mesa con su equipo para amortiguar un poco el frenesí de la pista, ya que con un set acercado más al downtempo e inclusive al industrial, los ánimos se tranquilizaron y abrieron campo más a la plática que al baile, abriendo paso a uno de los nombres grandes en la noche: Point Loma, proyecto de Ramón Amezcua, mejor conocido como Bostich del Colectivo Nortec.
Con un enorme ensamble de maquinaría analoga, cables, consolas y botones de quién sabe cuántas toneladas, Point Loma ofreció una presentación llamada Boombox, con una duración exacta de 60 minutos donde manipuló equipo como el Roland TR-808 y TR-606, así como sintetizadores TB-303 y ARP2600. Techno del más puro y clásico cobijaron a los presentes, que entre admiradores y amigos del artista, incluyendo a Pepe Mogt (Fussible), Damian Romero (Director del festival) y Li Saumet (Bomba Estéreo), condecoraron su presentación como la más aplaudida.
Una considerable porción del público se retiró tras Point Loma, aunque dadas las 2:00 am no evitó que Frikstailers (Rafa Caivano y Lisandro Sona) estrenaran su show KLIK & FRIK. Entre focos en las manos, controles de play station, tablets y muchachas en la tarima, una mezcla de electro y dance generaron gritos, aplausos y botellas de cerveza rotas. La presentación finalizó dejandonos más que exhaustos y hechos papilla, la asistencia terminó su fuerte dosis de música electrónica pasadas las 3:00 am con ojeras, tacones rotos y un dolor de espalda insufrible ¡Viva MUTEK.MX!
Fotografías tomadas con la cámara Sony Alpha a65.
