Supergrupo en el Foro Indie Rocks!

Ayer, una banda de mutantes invadió el Foro Indie Rocks! Once músicos originarios de tres bandas distintas tomaron el escenario: Supergrupo. Tres generaciones de rockeros españoles hicieron equipo, demostrando que la unión, hace la fuerza.

Con el foro a medio llenar, pero con puros fanáticos de corazón, saltaron al escenario Aviador Dro, La Monja Enana y L Kan, mejor conocidos como Supergrupo. "Mutantes" y "Batidora" fueron las elegidas para empezar la fiesta. El electro pop inundó la sala. El público agarró el ritmo y de inmediato emprendió el baile.

La extraña agrupación rápidamente conectó con los asistentes, tocando canciones del conjunto, así como melodías propias de cada banda.

Entre dedicaciones a los hipsters y bailes graciosos, Supergrupo continuó su presentación con temas movidos como "Ciudad en movimiento", "Me enamoré de un robot" y "Señora", esta última con mención especial para las damas de la colonia Polanco.

Los españoles habían anunciado a Indie Rocks! que el show que iban a presentar iba a ser más largo y con canciones que normalmente no tocan en su país. Esto se pudo comprobar cuando, después de hora y media, aún no paraban ni para tomar un respiro.

"La TV es nutritiva", "Canción de amor 3" y "Como Lovecraft" alargaron el concierto, poniendo a todos en un trance rítmico lleno de baile ochentero.

La noche terminó con una selección de canciones de cada una de las bandas. Entre el público había gente de distintas generaciones, todos unidos por la música. "Godzilla", "Amor industrial" y "Héroes del pasado" cerraron una noche perfecta para los fanáticos de este colectivo inusual pero innovador, después de más de dos horas en las que los más viejos recordaron la música de su juventud, y los más jóvenes pudieron disfrutar de un espectáculo irrepetible, lleno de nostalgia y energía.

Bestia 2015: ciclo John Zorn

Ciclo John Zorn: Masada, psicomagia y divina improvisación

La noche de ese sábado, el Lunario se volvió el púlpito desde el cual aquellos que son fieles a las vanguardias musicales, escucharon predicar a uno de sus máximos exponentes: John Zorn.

Dos minutos antes de las nueve, la liturgia dio inicio con los mexicanos de Klezmerson, quienes ejecutaron piezas que son el resultado de un sincretismo entre las tradiciones musicales de los gitanos, del Medio Oriente y de México. A ellos les correspondió ejecutar temas provenientes del Masada Book 2: The Book of Angels, perteneciente a la serie de producciones que bajo este concepto reúne distintas composiciones de Zorn.

La agrupación fundada en 2003 por Benjamín Shwartz, elegida por el famoso saxofonista y compositor para formar parte de Tzadik (su sello discográfico), ofreció un set pletórico de ritmos que combinaban sutilmente la cadencia del jazz con la sensualidad propia de los ritmos orientales, en una presentación que fue in crescendo a la par del ánimo de los asistentes. Al finalizar, el homenajeado de esa noche subió al escenario pare felicitar al grupo y solicitar una ovación para ellos.

A las 21:35 horas, Abraxas se apoderó del escenario. El cuarteto norteamericano integrado por Shanir Ezra Blumenkranz (bajo), Aram Bajakian (guitarra), Eyal Maoz (guitarra) y Kenny Grohowski (batería), ejecutó composiciones del Psychomagia, su más reciente producción conformada por creaciones de Zorn, e inspirada en las técnicas y rituales sanadores concebidas por el conocido artista Alejandro Jodorowsky.

Abraxas le subió varias rayitas a la distorsión y a la fuerza del show, en una energética y psicodélica actuación inclinada más hacia el space rock y ondas progresivas afines, donde hizo despliegue de su virtuosismo en paroxísticas improvisaciones que llevaron a la audiencia a la inmediaciones del paraíso. Y nuevamente, al terminar de tocar, John Zorn entró en escena para agradecer al cuarteto por su brillante intervención.

Eran cinco minutos pasadas las diez cuando se procedió a dar un breve intermedio, en lo que se hicieron algunos ajustes en el escenario para continuar con el orden del programa. Mientras esperaban, algunos de los feligreses aprovecharon para reabastecerse de cerveza ("Está más chida que la del Corona”, exclamó uno de ellos); otros hacían diversos comentarios sobre lo que acababan de ver (“Yo no sé bien qué pedo con lo de Masada”); y otros sobre lo que estaban a punto de presenciar (“Ahorita que suban los Secret Chiefs, vas a ver que se debrayan bien chido”). También se pudo ver a un par de integrantes de Klezmerson deambulando entre el público, recibiendo algunos elogios.

A las 22:20 un septeto hizo su aparición, adueñándose del recinto por casi 30 minutos y haciendo que uno de los divinos misterios se apoderase de todos: los Secret Chiefs 3 entraron en escena, esta vez despojados de sus túnicas —que en el pasado les hicieran famosos—, arremetiendo con canciones extraídas del Masada Book 3: The Book Beriah, también de la autoría de Zorn.

Encabezados por Trey Spruance, la banda brindó una ecléctica fusión en donde cabían pasajes melódicos que nos remitían nuevamente a la música de Medio Oriente; melancólicos fragmentos ejecutados en violín; alegres jugueteos con cuerdas y percusiones; y brutales estallidos de guitarra distorsionada, en una desquiciante y lúdica mezcla que evocaba los números más delirantes de su anterior y más conocido proyecto: Mr. Bungle.

La banda tuvo que parar un momento su actuación debido a un pequeño percance sufrido por Spruance con su guitarra, pero un minuto más tarde este detalle fue subsanado y la agrupación continuó con su esquizofrénico set. Mientras tocaban, una joven sostenía un crisantemo blanco en dirección al escenario y lo agitaba al son de los ritmos imposibles generados por el grupo. Al final, Secret Chiefs 3 coronó su participación con una improvisación que dejó cortos de aliento a los allí presentes.

Eran las 22:57 horas cuando las luces se apagaron por un breve instante, indicando con ello que los apóstoles habían terminado de predicar los evangelios del maestro; era momento de dar paso al sumo pontífice en persona, que se hizo acompañar de otros dos oficiantes de su altura: el bajista Bill Laswell (músico ecléctico fundador del ensamble Material y del sello M.O.D. Technologies) y Dave Lombardo (exbaterista de Slayer, uno de los pilares del thrash metal, quien también ha participado en agrupaciones tan distantes entre sí, tales como Voodoocult, Fantômas, Testament, Grip Inc. y Philm), integrando una Santísima Trinidad denominada Bladerunner.

La divinidad se materializó en el escenario a través de furiosas, frenéticas y enloquecedoras notas que brotaron del saxofón de su santidad John Zorn, replicadas por la batería de Lombardo —la cual él atacaba rabiosamente pero con precisión matemática—, contrapunteadas por el bajo de Laswell, quien lucía como una deidad benigna contemplando la demencia desatada por sus compañeros con serenidad y calma, y replicándola en momentos clave.

La vorágine desatada en escena concluyó veinte minutos después, dejando al respetable en un coitus interruptus auditivo, reclamando a gritos un tema más para llegar al éxtasis sonoro y emocional. Zorn invitó a los integrantes de todas las agrupaciones que se presentaron esa noche a que subieran al escenario para recibir una última ovación y despedida, pero ante la insistencia de sus seguidores, Zorn dio una serie de indicaciones y en un par de minutos ya había armado un ensamble con dos bateristas (Lombardo y Grohowski), un guitarrista (Spruance), un bajista (Laswell) y él mismo; así ejecutaron una improvisación final iniciada con un duelo de baterías, concluida con Bill haciendo toda serie de extrañas distorsiones con su bajo y con los efectos disponibles en sus pedales.

Finalmente, a las 23:26 horas, la misa había terminado. Salvo por un pequeño altercado que se dio a las afueras del recinto, el resto de los asistentes nos fuimos en paz.

 

Knotfest México 2015

Un día en el circo infernal.

La primera parada obligada del Knotfest México era el Knotfest Museum, la carpa de circo que contiene piezas de la historia de la banda, desde los road cases que los han acompañado desde sus inicios, los overoles que los han vestido en sus diferentes etapas, antiguas máscaras y amplificadores, pedaleras en desuso y hasta gongs adornados con el logotipo de la banda. Shawn “Clown” Crahan fue el encargado de cortar el listón inaugural y de dar el tour a los fans VIP ante la sorpresa de los recién llegados al verlo arribar en un carrito de golf.

Asking Alexandria mencionó que era un honor ser parte del festival e hizo que el largo camino al Centro Dinámico Pegaso al fin valiera la pena. La rueda de la fortuna comenzó a girar, los primeros arriesgados hacían bungee jumping, Here Comes The Kraken daba la bienvenida con “Beverly Hell”, y el sol, contrario a todo pronóstico del clima, hacía que todo pintara para un día ideal.

Y así lo fue banda tras banda: 36CrazyFists provocó los primeros empujones; Atreyu invocó a Bon Jovi con su cover de “You Give Love a Bad Name”, ante las muecas de los presentes que portaban playeras de Napalm Death; los integrantres de Trivium se mostraron contentos de regresar ante este público tan fiel; Brujería blandió el machete llamando a la revolución; A Day to Remember encantó a los jóvenes y les dio una lección a los más viejos: las nuevas generaciones también tienen mucho qué decir.

The Dillinger Escape Plan nos dio un golpe directo en la mandíbula, del escepticismo al circle pit; su guitarrista tocaba sostenido por el público cercano a la barricada en una impresionante muestra de energía escénica. Ill Niño y su sabor latino para apreciar el impecable audio durante todo el festival. Su infernal majestad para musicalizar el atardecer, HIM; sus covers y sus éxitos para calmar el ánimo de algunos y musicalizar el hambre de otros formados en las largas filas de los foodtrucks. Cradle of Filth dejando caer el peso del martillo de las brujas, temas de su impresionante nuevo disco, y los gritos de Dani Filth para maldecirnos. Luego vendría el cordero de dios a dictar su poderosa homilía: “Walk With Me in Hell” y la gran masa de gente atenta ante la técnica y el poder de estos cinco malditos miembros de Lamb of God;Now You Got Something To Die For”, con imágenes de soldados caídos en el cumplimiento del deber; “Laid to Rest” en honor al fanatismo religioso, y nosotros ahí, cual ovejas atendiendo el mandato de Randy Blythe: “Make some noise, motherfuckers”.

Después el “Hangar 18” abrió sus puertas y el arsenal de Megadeth comenzó a atacarnos sin piedad: “She Wolf”, “Wake Up Dead”, “In My Darkest Hour”; Kiko Loureiro dando a entender con su gran técnica por qué fue reclutado de Angra; Chris Adler sin demostrar cansancio aun después de haber tocado con Lamb of God; Dave Mustaine como siempre celebrando y gustoso de regresar a México y sus cantos; “Trust” y sus frases en español; “You know it’s time for Holy fucking Wars” para terminar su gran actuación.

16 años tuvimos que esperar para el caer de esas enormes mantas rojas con el logo de Slipknot y el inicio del frenesí. “Sarcastrophe” para finalmente gritar sin dejar de ocultarnos tras nuestras máscaras; Mr. Picklenose y Clown girando en lo alto con sus pesadas percusiones; Great Big Mouth incendiando su garganta: “If you’re 555 then i’m 666”, el himno a la herejía y los puños alzados. Bienvenidos sean al circo infernal. Que el fuego se sienta hasta sus rostros, que estas canciones nos vuelvan locos. “The Devil in I” que emerge, “Vermilion” para lograr ser una sola voz; las miradas atentas al vistoso escenario y a cada uno de los integrantes. “Wait and Bleed”, finalmente. “He esperado tantos años por esto”, dice alguien a mi lado con absoluta emoción. Después de aquella visita frustrada —cuando se suponía que serían teloneros de Pantera en el Palacio de los Deportes— y el olvido subsecuente, Corey Taylor dice lo que queríamos escuchar: “Así como ustedes esperaron tanto por nosotros, ahora nosotros ya no podemos esperar por volver”.

“Spit It Out” para caer todos al suelo y levantarnos a la orden. Somos el acto principal de este gran circo de destrucción sonora. Somos los trapecistas que no quieren caerse pero que en el aire se sienten libres. Somos el león y el dócil camello; los payasos diabólicos que mañana volverán a ser personas normales. “People = Shit” contra todos aquellos que nos aquejan, “Surfacing” para estallar en la última gloria y hacernos saber que la espera valió la pena, y que aunque ya no somos los mismos adolescentes y cada vez nos cansamos más, la máscara no ha cambiado. Volvemos a nuestras guaridas complacidos por un día de gran metal en sus diferentes vertientes, atendiendo el mensaje de despedida a la salida del Knotfest: nos vemos en 2016.

 

 

Odisseo en SALA

En una noche muy especial, Odisseo dio el último concierto del año en SALA, donde escuchamos todos los éxitos de su trayectoria musical.

La marquesina del inmueble anuncia el acto estelar de la noche. Se trata de Odisseo, agrupación oriunda de Ecatepec que se presenta en SALA para cerrar con broche de oro un año lleno de trabajo. Al interior de dicho recinto, una multitud aguarda impaciente la actuación de aquellos pequeños rebeldes que ya no son tan pequeños, pero que siguen demostrando una actitud rabiosa arriba del escenario.

Antes de atestiguar por qué Odisseo se ha convertido rápidamente en uno de los proyectos más prometedores de la escena del rock nacional, era turno de escuchar a otros jóvenes igual de talentosos, cuya entrega fue total. “Quiero agradecerles a todos ustedes y a Odisseo por estar aquí”, dice Ivan Cobeq, vocalista de Nivelles, ante un público que los recibía de manera afectuosa.

Su presentación fue breve, pero demostraron una desbordante energía que automáticamente se apoderó de los fans ahí reunidos. Al final, playeras, púas y hasta las baquetas salieron volando para ser interceptadas por solo unos cuantos afortunados.

Una vez concluida la presentación de Nivelles, era turno de recibir a los integrantes de la banda mexiquense. Uno a uno fueron tomando sus respectivos lugares y las primeras palabras de Esteban González se hicieron escuchar: “Este show es para ustedes. Nosotros somos Odisseo”.

El concierto de Odisseo fue un recorrido musical a través de su trayectoria. Temas provenientes de sus discos Los salvajes (2011), Sí, yo soy (2012), Días de fuego (2014) y Días de fuego (B-Sides) (2015), desfilaron por el recinto. “Juventud” fue la primera canción que hizo retumbar SALA, así como a todos los espectadores.

Algunos de los temas más coreados fueron “Corazón de acero”, “Las penas por amor”, “No”, “Mentía” y la entrañable “Barry”. También resonó “Los mismos errores”, una de las canciones preferidas del vocalista. Con “El inicio” pudimos ser testigos de un tema con mayor punch: guitarrazos con mucho overdrive, bajeos continuos y poderosos riffs; como no lo habíamos escuchado jamás.

El único invitado de la noche fue Jonathan Arellano, un viejo amigo que se encargó de darle un toque sensual y sofisticado a la melodía “Pequeño rebelde” con su saxofón, que parecía cobrar vida propia. Después de una pequeña pausa, el quinteto regresó para complacer a sus fieles seguidores, quienes no dejaban de gritar y cantar al unísono cada una de sus canciones.

Una tanda más de bellas piezas musicales continuaron con el show que estaba a punto de finalizar. “Dominio”, “Sentimental” y “Días de fuego” fueron algunos de los temas con los que Odisseo se despidió, y nuevamente las palabras de agradecimiento por parte del frontman de la banda se hicieron escuchar.

En medio de una lluvia de confeti, entre gritos, aplausos y muchas porras, la agrupación conformada por Daniel, Edgar, Manuel, Rodolfo y Esteban termina el año con la última presentación de 2015. Seguramente habrá nuevos proyectos y grandes retos para el año entrante.

Siddhartha en el Teatro Metropólitan

De nueva cuenta, Siddhartha la rompió en uno de sus conciertos.

Desde muy temprano, muchos fanáticos de Siddhartha se dieron cita en el Teatro Metropólitan para cobijar el cierre de la gira de su más reciente producción discográfica, El vuelo del pez, así como su breve retiro de los escenarios para la grabación de su nuevo álbum, mismo que posiblemente esté listo en la segunda mitad de 2016.

Luego de unos minutos en los que el telón se cerró para dejar todo listo, con la puntualidad de un relojero se comenzó a proyectar un video en blanco y negro, donde un anciano nos habló sobre cómo interpretar El vuelo del pez, siendo el agua el pasado y el aire el futuro anhelado, donde quizá algunos nos encontramos nadando y otros posiblemente ya se encuentren volando libremente.

La intro con la que arranca su último disco se escuchó. Salió a escena cada integrante de la banda, y "Al anochecer" estrenó el recital. Había mucha emoción entre el público, que coreaba fuertemente junto con el músico tapatío, a la par que la portada de El vuelo del pez se proyectaba al fondo del escenario.

"Sacúdeme" fue el siguiente tema, en el que el material visual hipnotizaba al público saludado por Siddhartha. "Infinitos" fueron los gritos emocionados de la audiencia, y muy acertadamente, nos hizo reflexionar: "Estamos vivos... llega y se va el vuelo del pez". El concierto continuó con "El deshielo" , y luego Siddartha dijo lo siguiente antes de cantar “Ecos de miel”: “Todos los días podemos reinventar nuestra historia, por más triste que haya sido siempre podemos empezar de nuevo”.

La oscuridad cubría el recinto. Se proyectó un video con una breve retrospectiva del primer álbum Why You?, donde nos contaban la manera en que surgen las ideas para componer sus canciones, mientras la producción del Teatro Metropólitan iba montando más elementos en el escenario para que el show siguiera su curso.

Siddhartha salió nuevamente —solo, con su guitarra acústica— para tocar una suave versión de "Nube". El ambiente se volvió bohemio al tener unas estructuras con luces tenues sobre el escenario, y al escuchar versiones acústicas de "En silencio" y "Humo", seguidas de "Volver a ver", donde hizo aparición una bailarina de tap.

El telón cerró previo a "Why You?", tema con el que los seguidores de antaño revivieron viejas memorias. Y claro, más canciones de Naúfrago no se hicieron esperar, tales como "Nunca es nunca" y "Domingo", así como los temas más coreados: "Extraños" y "Náufrago". Asimismo, escuchamos una melancólica versión de "El poema y la caja", misma que culminó con el coro de "Don't Let Me Down".

Dado lo especial que fue la gira, el cierre estuvo lleno de músicos invitados. Los teloneros fueron Camilo Séptimo, cuyo vocalista colaboró al cantar “El aire”; Juan Pablo Vega participó en "Control"; Siddhartha cantó con los Technicolor Fabrics; y la sorpresa de la noche fue escuchar "Bacalar", cortesía de la voz del vocalista de Enjambre, Luis Humberto Navejas.

Una versión más lenta de "Nada", así como "Loco", fueron las canciones que dieron fin a esta gran presentación de Siddhartha. Todos los artistas invitados llenaron el escenario y se despidieron, para finalmente tomarse una selfie con el público extasiado detrás de ellos.

Reggae Land 2015 en el Pepsi Center WTC

La música es libre como nuestra sonrisa: Reggae Land 2015.

Al caer la noche y apagarse el sol, entró en su resguarde aquel león alabado. La alfombra se colocó con los brillos de un rojo, verde y amarillo para dar la bienvenida a todo consumidor de cantos con paz e igualdad. Un mismo grito retumbó en el Pepsi Center con la fuerza de Reggaeland.

18:00

La fusión dio inicio con la presencia de Cellula, Real Stylo y Tepexicuapan, dando el toque elegante al lucir de gala para una noche alumbrosa. Interpretaron grandes honores a Marley y mezclas de rocksteady, dub y reggae. La fiesta se fue incrementando y los asistentes comenzaban a correr, pues los estelares estaban por llegar.

19:20

En un instante entre el inicio y el clímax noctámbulo saltó al escenario Ojo de Buey. Sin dejar de lado sus raíces puertorriqueñas, la agrupación colocó en alto el estupendo reggae que se hace en la isla. Siendo su segunda aparición en México, Ojo de Buey, arrancó una tarde de reggae sin dejar pasar cantos provenientes de Sabor en un tiempo cruel, como “Dime la verdad”, “Me hierve la sangre” y “No puedo dormir”.

20:00

Provenientes de Guadalajara, Golden Ganga llegó a Reggae Land y encendió la euforia del auditorio. El sentimiento de libertad se combinaba con el aroma de cannabis, dando así el toque esencial para corear algunos temas de este reggae nacional, tales como “Nada es casualidad”, "Amanecer” y “Luz”. Celebrando y felicitando a los mexicanos, la banda interpretó “No Babylon”. La energía de todo ser viviente encendía el hábitat. Las mujeres danzaban al ritmo de sus dreads. Golden Ganga estaba en el fuego explotando temas como “Música”, “A lo mejor” y “Tiempo”. Y así, el romanticismo no faltó; las caricias y el amor pisaban el Pepsi Center dentro de cada admirador cantando poesías como “La gloria eres tú”, “Aire” y, con un cierre halagador, “Oh, no”. Estallaron en sonido. Estallaron en frescura.

21:20

Las percusiones se instalaron. Los sonidos de aire alumbraban el camino al que nos dirigíamos. Los Rastrillos llegaron para nosotros. “Luces”, “No juegues con fuego” y “Balu” fueron los ritmos que alocaron el ambiente, poniendo a bailar a la masa en general. En las pantallas, un recuento de la historia con personajes titulados ‘presidentes’ y un fondo musical llamado “Pendejo” detonaron el poder de todos los presentes ese día. La potencia y el brío que transmite El Chino Velázquez corretea a todos, contagia al mundo. El piano era abrazado por las percusiones y el coro se escuchaba en todos los rincones del recinto; ¡el reggae se encontraba en su punto máximo! Y sin permitir que llegara la cruda musical, Zopi anunció la bienvenida a ritmos argentinos…

10:45

La música de fondo de grandes éxitos del género comenzó a sonar. El público se recorría, se juntaba, volaba, se desalmaba… Había llegado el momento de ver a Los Cafres. Con topetazos despertaban a todo aquel distraído. Todos estábamos ahí, frente a ellos. Las gradas parecían colgar, y la energía llegaba a su tercer aire. El ambiente se sacudía de emociones y hachís. La fiesta argentina empezaba. “Es la música” e “Imposible” fueron de los primeros temas que cantaron. Guillermo lideraba los sonidos, los asistentes y los sentimientos. “Kaos”, “Velas y Sahumerios” y “El ángel” llegaron a llenar de latidos perdidos y emociones encontradas. La noche estaba repleta de libertad para amar. “No puedo sacarte de mi mente”, “Tus ojos”, “Waiting en vano”, “Hace falta” y “Pensamiento” sacaron suspiros de felicidad. Los Cafres bailaban para nosotros y nosotros para ellos; era nuestra velada.

Una gran noche. Una gran paz. Las bendiciones de Jah llegaron para quedarse al respirar un momento de libertad. Los espectadores nos volvimos un mismo latido demostrando, sin duda alguna, que la música rompe eso llamado fronteras.

Festival Latinoamérica 360 en el Foro Indie Rocks!

¡Viva Latinoamérica!

Anoche, el Foro Indie Rocks! albergó por primera vez el Festival Latinoamérica 360, en una jornada fría como las que solo el invierno nos regala. El público se congregó para ver cómo bandas de cuatro países diferentes construían un festín multicultural.

Desde el subterráneo ecatepense, Lujociitz le dio la bienvenida al respetable de manera notable. Con su rock campechano, la banda dejó calientito el ambiente y salieron aclamados. Circus Funk le hizo honor a su nombre: las bocinas del lugar escupían un funk poderoso que se combinaba con ritmos latinos. Los colombianos irradiaban felicidad y el público se la devolvía, logrando un gran acto en vivo.

Para sorpresa de muchos, Batala no subió al escenario, sino que se adueñó de la pista de baile, regalándonos una batucada muy divertida. A estas alturas los ritmos ya era muy diversos y el público mostraba muy buena recepción, por lo que el punk rock de Tungas nos desentonó.

La poderosa banda brasileña The Baggios fue la encargada de darle el punto de quiebre a la noche. El dueto, armado con guitarra y batería, le voló la cabeza al foro; la fiesta se había consagrado.

Sin embargo, el mejor momento de la noche correría por cuenta de Mon Laferte. En cuestión de segundos, la chilena transformó la fiesta y el ruido en un show íntimo donde más de uno lloró. Mon, sola con su guitarra, se mostró muy emotiva y al borde de las lágrimas. Con el público a sus pies, interpretó “Tormento”, “El cristal” (dedicada a su madre fallecida), “Tu falta de querer”, entre otras.

Los Master Plus demostraron que como ellos no hay dos; sonaron “Mami”, “Sexo en fuego” y muchas otras, poniendo a bailar a todos. Al final, para los más aferrados, hubo rockabilly: los Rebel Cats no decepcionaron y hasta se dieron lujo de tocar algo de surf, “Wipe Out” de Surfaris, además de sus éxitos, lo que provocó que el baile no parara hasta que se apagaran las luces del recinto.

El Festival Latinoamérica 360 no decepcionó, por lo que esperamos con ansia próximas ediciones en muchos países, y como lo gritaron todas las bandas: "¡Viva Latinoamérica!".

Ximena Sariñana en el Teatro Metropólitan

Derroche de talento en el Metropólitan: la versatilidad de Ximena Sariñana

La noche de ayer las estrellas se alinearon para que los asistentes al concierto de Ximena Sariñana en el Teatro Metropólitan presenciaran un show lleno de sorpresas, invitados especiales de gran renombre y la música particular de la jalisciense. Como un agradable warm-up salió el dominicano Alex Ferreira, guitarrista de la propia Sariñana, para interpretar algunos de sus temas como “Take It to My Little Island” y su sencillo “Me pierdo contigo”.

Con un recinto pletórico aparecieron los músicos vestidos de blanco, seguidos de Ximena enfundada en colores estridentes abriendo con “Parar a Tiempo”, seguida de “Cuando mientes” y “La vida no es fácil”, incluidas en No todo lo puedes dar, su más reciente producción discográfica.

El primer momento emotivo llegó con Sariñana al piano tras un silencio total interpretando “Normal” y la visceral “Ruptura”, para después invitar al escenario a Ana Torroja para cantar “Reforma” con ovación de pie y gritos ensordecedores. La tapatía continuó con las populares “Mediocre”, “No vuelvo más” y el hit de resignación amorosa “Sin ti no puede estar tan mal”.

Justo cuando se temía que la cantante se situaba en su zona de confort, puso a todos de pie tocando por primera vez en vivo “Mis sentimientos” de los Ángeles Azules. Siguió un set de tracks al ritmo de cumbia con la versión de “Cuento”, y la subida al escenario de Saúl Hernández (de los legendarios Caifanes), con quien puso a bailar a todos con “Gris”, “La negra Tomasa” y una versión acústica de “Hasta morir”, canción que Sariñana dedicó a su padre con voz entrecortada.

El último invitado de la noche fue el colombiano Juan Pablo Vega, quien acompañó a la intérprete en “Monitor”, originalmente de Volován pero que se incluye en Mediocre. El encore del concierto llegó con “Un error”, también de su primer álbum, y cerró con una versión muy enérgica de “Vidas paralelas”.

Ximena Sariñana tuvo un show excelente —su segundo Metropólitan en menos de seis meses— que encantó a los presentes a pesar de la simpleza de su escenografía minimalista. La producción fue buena y hubo detalles que enaltecieron el espectáculo en general. Fue una presentación redonda, pues al llegar al punto cumbre, todos los espectadores se mantuvieron de pie bailando y coreando las canciones hasta el final del show. Excedió hasta mis propias expectativas, dando lo mejor de sí on stage.

Phoenix y Bill Murray hacen cover a The Beach Boys

Escucha una nueva versión del clásico de The Beach Boys"Alone on Christmas Day", con la interpretación de Phoenix y Bill Murray.

La mejor época del año está por llegar. Estamos a tan solo un par de semanas para celebrar la Navidad, y qué mejor forma de hacerlo que con música ad hoc. Esta vez te presentamos un cover hecho por Phoenix y Bill Murray, titulado "Alone on Christmas Day", canción original de los Beach Boys.

El actor y comediante Bill Murray y la banda francesa Phoenix decidieron unir sus talentos y entregarnos esta bella pieza musical navideña. "Alone on Christmas Day" fue escrita en 1979 por la agrupación oriunda de Hawthorne, California, pero nunca se lanzó formalmente.

En el piano podemos encontrar a Jason Schwartzman, mientras que las vocales corren a cargo de Thomas Mars (Phoenix), dándole un toque nostálgico a la melodía. Por su parte, el actor Murray tiene un par de líneas que le dan algo de dinamismo al decir: "Keep moving on".

phoenix

El single forma parte de una serie navideña de Netflix dirigida por Sofía Coppola, llamada A Very Murray Christmas. El track se puede adquirir de manera digital y también existe una edición especial en formato 7" vía Glassnote Records. Además, todas las ganancias recaudadas irán directamente al UNICEF.

En cuanto a la serie, esta gira en torno al actor y comediante Bill Murray en vísperas decembrinas. En el tráiler podemos verlo interpretar un famoso villancico ante un auditorio vacío, cuyas butacas muestran lugares reservados para el actor George Clooney, el cantante Paul McCartney y hasta el mismo Papa Francisco.

Al parecer, Bill no quiere celebrar la Navidad y dice que en esas fechas todo está abarrotado de gente, pero sus amigos y familiares se encargarán de que todo cambie para celebrar la época más bonita del año.

Disfruta aquí abajo del cover de"Alone on Christmas Day" y no te pierdas esta divertida serie navideña que ya está disponible en Netflix.

Rebel Fest 2015 con NOFX en la Carpa Astros

A seis años de su última visita —y después de varias cancelaciones—, la CDMX se puso sus mejores bermudas para recibir a NOFX, legendaria banda californiana que en conjunto con el cantautor inglés Frank Turner, se encargó de encabezar la primera edición del Rebel Fest.

Antecedida por Out of Control Army, Tungas tomó el escenario de la Carpa Astros, antiguo recinto del Circo Atayde Hermanos, para dar una cálida bienvenida a sus fieles seguidores, quienes durante ningún momento dejaron de corear temas como “Brindemos” y “Dicen que estoy muerto” —ya clásicos en la escena del punk rock local—, y hasta un cover de la banda española Chicharrica.

El lugar no estaba ni a la mitad de su capacidad y el frío calaba hasta los huesos cuando llegó el turno de Los Rebel Cats, los anfitirones de tan especial velada, que entre que contaron con un mal sonido y los presentes no eran realmente su audiencia, pasaron sin pena ni gloria.

Pasadas las nueve de la noche, mientras la lluvia comenzaba a caer afuera y la fila para ir al baño se hacia cada vez más larga, Frank Turner salió a escena en compañía de The Sleeping Souls para dar su primer y tan esperado concierto en suelo mexicano.

Si bien los estelares eran Fat Mike y compañía, entre el público se distiguían varias playeras de Turner. En cuanto sonó el primer acorde, la gente se conglomeró al frente del escenario para agitar el puño y cantar una tras otra “Recovery”, “I Still Believe” y “The Road”, canciones que probablemente jamás se imaginaron que escucharían en vivo, por lo menos no en el DF.

Durante poco menos de una hora, Frank Turner se encargó de mantener la energía a tope e incluso se arrojó al público, dejando un preámbulo perfecto que parecía difícil de superar por la banda estelar.

Con la carpa casi a reventar, uno a uno los integrantes de NOFX salieron a escena en medio de gritos y silbidos mientras todos y cada uno de los presentes se arremolinaba para estar lo más cerca posible del escenario.

“Stickin’ in my Eye”, “Leave it Alone”, “The Moron Brothers”, “Linoleum” y una reversión a “Radio” de Rancid fueron las responsables de pisotones, patadas en la espalda, codos en el ojo y decenas de litros de cerveza que volaron en el aire.

Como es costumbre, la banda aprovechó para bromear con el público entre canción y canción, haciendo de este un show que, entre los golpes en el moshpit y los oídos zumbantes, seguirá presente en las memorias de quienes asistieron por mucho tiempo.

Un poco de punk rock no le hace daño a nadie, ¿verdad? Eso quedó más que claro la noche de ayer, en la que cientos de personas de todas las edades y distintos círculos sociales convivieron y compartieron sudorosos abrazos en una nostálgica velada con aroma a pubertad.