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Waxahatchee — Out in the Storm

8

Waxahatchee
Out in the Storm

Merge / 2017

Artista(s)

Waxahatchee

La calma junto a la tormenta, Waxahatchee.

Katie Crutchfield siempre había creado su pequeño y esplendoroso mundo en la comodidad de su sótano o alguna casa campestre. Eran canvas modestos, pero le permitió explayar su aptitud por crear melodías íntimas que podían oscilar entre el folk más íntimo y doloroso hasta pinceladas de rock para soltar sus inquietudes. Su especialidad musical siempre ha sido la incertidumbre y la falta de dirección generacional, aderezado con tintes clásicos de desamor y letargo. Sus materiales anteriores, Cerulean Salt y Ivy Tripp, son ideales para sonorizar un paseo rumbo a una cabaña escondida y los momentos de introspección que se gocen ahí. Con Out in the Storm, Crutchfield, mejor conocida como Waxahatchee, derrumbó las paredes y se lanzó a un estudio formal para crear esta colección de canciones.

Canciones como “Never Been Wrong” y “Silver” contienen un toque de añoranza y seguridad en sus letras que acompaña perfecto el estilo rockero que abre el disco. La melancolía llega con “Recite Remorse”, donde su voz tiene el protagonismo frente a sintetizadores y guitarras prestados del shoegaze y un bajo que repuntea agresivamente. “Sparks Fly” te hace disfrutar de un atardecer lleno de naranjas y morados al ritmo de sus percusiones militares y armonías mágicas. “Hear You” tiene toques de glam gracias a los arreglos demoledores y letras románticas al punto. El gran combo final de “No Question” y “Fade” resume la verdadera esencia del disco: un mundo musical en donde las guitarras acústicas y eléctricas pueden coexistir en paz.

Para este disco, Crutchfield consiguió un aliado en John Agnello para producirlo. Viniendo de trabajar con bandas de la talla de Dinosaur Jr. y Sonic Youth, Agnello le da ese filo lo-fi con más calibre y punch que Waxahatchee tanto necesitaba. No que sus discos anteriores sonaran crudos o con un ingrediente faltante, pero si le da a las canciones un poco más de espacio, identidad y valentía que antes no había tenido la oportunidad de demostrar. El cambio es notorio y se aprecia, y Crutchfield aprovechó la oportunidad sabiamente. Si este disco no le da la apertura masiva que merece desde hace tiempo, no sé qué lo hará.