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Little Jesus – Río Salvaje

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Little Jesus – Río Salvaje
Little Jesus – Río Salvaje

Juan Santiago Casillas Escobedo / 2016

Artista(s)

Little Jesus

¿Lo nuevo de Little Jesus suena como un río salvaje?

¿Un sintetizador? ¿Me equivoqué de disco? No: con un sintetizador empieza Río Salvaje, el nuevo material de Little Jesus. La canción que suena se llama “Nuevos Amigos”. Al escucharla, me llega a la mente la última etapa de la banda chilena Los Prisioneros, esa en la que coqueteaban con el synth pop dejando a un lado la actitud rockera de sus primeros años. Algo parecido pasa con el Pequeño Jesús. Si su primer disco -Norte, 2013- se enfocaba en sonar orgánico, sin mucha tecnología, en esta nueva entrega su atención se fue hacia la experimentación y las atmósferas creadas a través de instrumentos computarizados.

Si bien el track inicial parece alejarse bastante del sonido ya conocido del grupo, en el segundo recupera su esencia original. “La Magia” es una canción popera, con una letra simple, sin pretensiones, pero eso sí: con un sintetizador que roba el protagonismo que las guitarras tenían originalmente. Esto no quiere decir que las seis cuerdas hayan quedado olvidadas, pues regresan en “Mala Onda”, sin duda la mejor composición del álbum, y es en la que logran plasmar mejor el giro que está tomando la banda. El órgano setentero se fusiona a la perfección con una batería cuyo sonido refiere a los ochenta, mientras que los solos de guitarra dan una sensación futurista.

“Niña Bien” se acerca más a las primeras composiciones. Si no fuera por la letra y el fraseo romántico de la voz, pasaría desapercibida. Cosa distinta pasa con “La Luna”, aquí las palabras pasan a segundo plano. De hecho, al ser una canción que dura nueve minutos, la mayor parte se convierte en un viaje experimental en donde lo importante es la atmósfera creada. Es raro ver a alguien en el rock mexicano arriesgarse a jugar con los tiempos, las intensidades, en fin, a darle rienda suelta a la imaginación para averiguar hasta donde puede llegar. Además “los Jesus” demostraron la gran química que existe entre ellos, química que ha hecho que sus presentaciones casi siempre tengan las mejores críticas.

Para mala fortuna, “Golden Choice”, aunque sigue con la misma línea, no logra el mismo efecto de su antecesora, aunque el solo final la termina por salvar. El disco llega a un punto bajo con “Trágame Tierra” ya que, aún no se trata de una mala canción, parece estar de relleno. Cuando todo parece ir cuesta abajo, “Nuevo México” llega para salvar el día. Si bien la instrumentación recuerda a The Whitest Boy Alive, la voz la convierte en un rock pop, de esos que Little Jesus sabe hacer muy bien.

El disco ya había dado largos tramos instrumentales, en los que las guitarras, el bajo, batería y el sintetizador se encargaron de dar el mensaje, es hasta “Río Salvaje” que el grupo se anima a hacer un track completo sin hacer uso de la voz. El resultado es bastante agradable para aquellos amantes de los largos solos y de las conversaciones que se pueden entablar entre los músicos sin tener que pronunciar palabra alguna.

El álbum cierra con “TQM”, en donde hacen equipo con Elsa y Elmar y Ximena Sariñana, voces que terminan por justificar la inclusión de esta melodía que si bien no es mala, no termina por encajar con el resto al no llevar la misma línea sonora.

Río Salvaje termina por demostrar que Little Jesus estaba lejos de encontrar su sonido. La banda se siente mejor ensamblada, o al menos se da más oportunidad de demostrarlo, y los pasajes instrumentales se llevan el disco. No es que la voz o las letras sean malas, simplemente no están a la altura de el resto de los instrumentos. La plática que se genera entre guitarras, sinte, bajo, batería, no es algo que se pueda encontrar tan fácilmente en el rock mexicano y se agradece.

Checa los detalles de la presentación de Little Jesus en El Plaza Condesa.