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Death Cab for Cutie — Thank You For Today

8

Death Cab for Cutie
Thank You For Today

Atlantic Records / 2018

Artista(s)

Death Cab for Cutie

Thank You For Today: Death Cab For Cutie por fin logra deshacerse de sus demonios.

¿Qué pasa cuando una era acaba y todo lo que representabas se ha alterado? A pesar de habernos entregado discos importantes, algunos de los más notables de este nuevo milenio, la realidad es que los de Washington no han trascendido como deberían y aún no llegan a tierra firme.

La situación para los de Bellingham es difícil, no son una banda clásica ni una de culto, su popularidad bajó considerablemente y parece que las nuevas generaciones se la han brincando. Además de que les falta una pieza importante, como es Chris Walla. Pero Ben Gibbard está de regreso, consciente de su situación y con una nueva perspectiva, tratando de aprovechar el momento para darle un giro a Death Cab for Cutie y, con suerte, darle unos años más de vida. Hay discos que definen carreras y este es uno de ellos.

El primer tema, “I Dreamt We Spoke Again” es todo lo que no esperábamos de la agrupación estadounidense ¿pero es malo? Absolutamente no. Los sintetizadores difusos, así como el fresco sonido de la guitarra y la línea de bajo, la hacen una combinación maravillosa, algo parecido se trató de hacer en Kintsugi, pero el resultado fue un sonido plano y sin vida.

La esencia deprimente, pero purgante de Death Cab for Cutie la encontramos en el siguiente tema, “Summer Years”. Este, incluso con su letra tan angustiante, tiene una melodía limpia y espontánea por parte de la guitarra, mostrando que Dave Depper fue un gran adición al grupo y un buen reemplazo de Chris Walla.

El grupo se deja llevar en “Gold Rush”, track que presenta un sample de "Mind Train" de Yoko Ono. La vibra funk y los sintetizadores muestran algo diferente, aunque confunde con una letra que habla sobre el consumismo y otras cuestiones sociales. Pero lo más valioso de este track es que el grupo se ha animado a buscar nuevos estilos.

"Your Hurricane", a diferencia de su sucesora, presenta todo el estilo de Death Cab For Cutie, una melodía afligida que detona nuestros recuerdos más desdichados. Su ritmo pausado y el característico sonido noventero de la guitarra nos regresa a los mejores años de la agrupación. Se siente como la primera herida de la tortura emocional que nos ha preparado Ben Gibbard.

Hay que hacer una mención especial a "When We Drive", ya que es ese lado maduro que la banda trabajó con Kintsugi y parte de Codes and Keys. Ahora, después de varios años parece que lo han logrado, y es que esta entrega es un tema cadencioso, equilibrado y muy llamativo. Sin duda deja un buen sabor de boca sobre el futuro de la agrupación.

De una naturaleza parecida  y siguiendo el buen camino llega "Autumn Love". Esta no es otra cosa más que la versión más pulida y evolucionada de Death Cab For Cutie. Está llena de nostalgia, con la clásica formula de la banda, una letra más reflexiva y menos emocional de Gibbard y, por supuesto, el talento innato para lograr que un tema trascienda.

Es hasta "Northern Lights" que se pierde la magia del disco. A pesar de que la letra es interesante, pues Ben Gibbard arma una serie de escenas románticas en su pueblo natal Dyes Inlet, eso no es suficiente para ignorar lo arrítmica y disonante que es la canción.

Siempre ha sido fácil relacionarse con los tracks de Death Cab For Cutie, parecen ser la banda sonora de los jóvenes más sensibles y desafortunados. "When You Moved Away", tiene como trama la partida de amigos o parejas que simplemente se mudaron de ciudad, algo que podría pasarle a cualquier adulto, pero sorprende que Ben mantenga las cualidades para seguir escribiendo como un adolescente.

Llegando al final, con "Near/Far" y "60 & Punk", se pone en evidencia una cuestión del disco, y es que por más atractivas y cadenciosas que sean algunos de los temas, no impactan del todo. Pero la intención de esta placa no era sorprender con un sonido totalmente distinto, sino demostrar con qué se piensan defender en un futuro, y no fallaron. Se modificaron ciertos aspectos, pero la receta es parecida, pues si se cambiara todo entonces el grupo perdería su personalidad.

Este no es el mejor disco de Death Cab For Cutie, pero sí lo mejor que han hecho en mucho tiempo. Es posible que no reviva la carrera de la banda a sus mejores días, pero por lo menos los mantendrá a flote por un buen tiempo. Puede que sea un victoria personal para el grupo haber sacado un disco así con todo en su contra, pero no podríamos llamarlo un éxito para la industria, lo cual no es precisamente malo.