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A Place to Bury Strangers — Hologram

8

A Place to Bury Strangers
Hologram

Dedstrange Records / 2021

Artista(s)

A Place To Bury Strangers

Es difícil innovar en el mundo del noise.

Esto es vivir con insomnio; todo es una copia de la copia de la copia...
—Chuck Palahniuk, Fight Club (1999)

Esta cita, recuperada de la magnus opus de Palahniuk, se ha utilizado para describir dos de las máximas de la era posmoderna: la realidad es subjetiva y la originalidad está muerta; todo es una copia de la copia de la copia. Y el mundo del rock, naturalmente, no es ajeno a estas sentencias, pues casos como el del shoegaze y el noise rock demuestran que incluso la idea más original puede terminar convertida en una sombra de ella misma.

Afortunadamente, el grupo de Brooklyn A Place to Bury Strangers (APTBS) se ha desmarcado de la ola de nuevos shoegazeros al desarrollar un estilo más orientado a la mezcla de goth y noise que a la sensibilidad de Slowdive. Sin embargo, para Oliver Ackermann y compañía ha sido difícil mantener el epíteto de “la banda más ruidosa de Nueva York”, pues la exploración hacia estructuras más tradicionales de rock después de su aclamado Exploding Head (2009) ha provocado que cada estreno sea recibido con menos hype entre la prensa y los seguidores. Así, Pinned (2018), su último álbum de estudio, resultó ser una buena escucha para el público del rock melancólico, pero apenas un trabajo aceptable para los fanáticos del ruido extremo.

En este contexto llega Hologram, el esperado regreso de APTBS después de tres años de silencio y con un nuevo cambio de alineación, donde se elimina la segunda voz femenina y se integran los ex Ceremony Sandra (batería) y John Fedowitz (bajo). Así, el renovado trío de Brooklyn entrega un EP que continúa su acercamiento a influencias de post punk revival menos arriesgadas, si bien alberga momentos de lucidez que nos recuerdan por qué se ha mantenido como uno de los grupos de noise más creativos de su escena.

“Playing the Part” e “In My Hive” aparecen como dos momentos cargados de melancolía al estilo de grupos en tendencia como Human Tetris; la segunda se construye sobre la batería repetitiva y el bajo trepidante que el gran público, erróneamente, asocia a la totalidad del estilo del post punk. En un cambio radical de ánimo, “I Might Have” aparece como una canción que hará las delicias de los fanáticos del rock simplón basado en un par de acordes; ésta recupera la energía del garage rock y deja entrever un poco de The Hives en ella.

Pero, cuando parece que la creatividad de APTBS se ha agotado, el trío decide mirar en el pasado de su ciudad para reflejarse en otra de las grandes influencias del rock ruidista: “End Of The Night” y “I Need You”, con sus largos pasajes de drone, parecen un hommage a Suicide y su huella en el punk electrónico. La última, acaso el mejor momento del EP, bien pasaría por un pastiche de Alan Vega y su icónica “Cheere”.

Es difícil innovar en el mundo del shoegaze y del noise rock, especialmente ahora que estos términos se han acercado a ser sinónimos de “rock alternativo” y similares. Sin embargo, se le reconoce a A Place To Bury Strangers el esfuerzo que ha hecho para no convertirse en la copia de sí mismo, y para dejar de ser percibido como la copia en negativo de Jesus and Mary Chain. Hologram aporta poco a su discografía, pero no deja de ser un trabajo disfrutable para viejos y nuevos fans, y una puerta de entrada para la que otrora fuera “la banda más ruidosa de Nueva York”. Antes de que el mapa, claro, se inundara de copias de la copia de la copia.