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Jarvis Cocker en el Museo de la Ciudad de México

Jarvis Cocker en el Museo de la Ciudad de México

Un rockstar y alquimista que desempolva viejos objetos para darles vida en su nuevo libro.

“No tenemos la historia cronológica de nuestra vida en la cabeza, pero hay objetos que nos dan testigo de ella y transportan a momentos que parecerían insignificantes (...) Si los miras con un ligero cambio de ángulo, te hacen ver y reflexionar sobre cómo es tu propia vida”, explicó Jarvis Cocker respecto al lanzamiento de su más reciente libro.

El pasado domingo 4 de septiembre, decenas de personas se congregaron en el Museo de la Ciudad de México en el centro histórico en punto de las 15:30 H. A plena luz del sol, las filas ya eran evidentes desde un par de cuadras atrás; los asistentes tenían un común denominador visible: un libro con portada naranja bajo el brazo.

Se trataba de un escrito bajo el sello de sexto piso, titulado Pop bueno, pop malo, realizado por el músico, locutor, actor y presentador británico, quien es mejor conocido por ser el líder del grupo de pop británico Pulp, agrupación que presenta influencias de grupos como Roxy Music o cantantes como David Bowie.

Jarvis Cocker en el Museo de la CDMX (2)

Jarvis Cocker, un amante de los detalles perdidos

Jarvis es un rockstar nato y lo sabía desde su infancia; él disfruta de cantar, tocar la guitarra, teclado, bajo y batería, además, destaca por su excéntrica personalidad, su estatura de 1 metro 88 centímetros y por su gusto al usar en ocasiones zapatos de tacón.

El artista de 58 años es considerado uno de los estándares dentro del movimiento britpop, un subgénero del rock alternativo nacido a principios de los años 1990 en el Reino Unido. El britpop tiene como característica base la implementación de la delicadeza del sonido, la simplicidad de las canciones y sus influencias son grupos de los 60 y 70 como The Beatles, The Kinks, The Rolling Stones o The Who.

Cocker, un alquimista desde su desván

El músico que es recordado por la invasión al escenario en los Brit Awards de 1996 para protestar por la actuación de Michael Jackson, demostró en su conferencia en la capital mexicana el ingenio paralizante de una mente cuando se da rienda suelta a la creatividad, pues llegó al recinto de cantera con una intrigante bolsa negra de basura.

Fue ahí que se descubrió como un alquimista de los objetos más simples, pero que han marcado su vida, con los cuales poco a poco se fue reencontrando tras una extensa búsqueda en un empolvado desván de su casa. En el espacio, oscuro y con telarañas, Cocker encontró un despertador, una caja de cerillos, una camisa, una libreta y los primeros dibujos de lo que sería su banda.

No los conozco, pero sé que todo el mundo que está aquí tiene una especie de mini ático lleno de objetos, como seres humanos tendemos a acumular cosas y esas cosas que pensamos no importan a veces son las más significantes cuando admites lo veloz e imperceptible que pasa la vida, a veces sin mucha atención, como ver una caja de fósforos”, aseveró el británico.

El libro del líder del grupo Pulp, nos lleva a través de sus memorias ocultas y a la par que hace un creativo inventario de todo lo que ha reunido a lo largo de su vida, entre estampillas, ropa vieja y aparatos rotos, narra las historias que trascienden entorno a esos artículos empolvados.

De manera lúcida, entrañable y muy divertida, el también compositor destapa su proceso creativo, el cómo llegó a la escritura y cómo esta la ha logrado entrelazar con  su maestría musical, pues es de destacar que Pop bueno, pop malo es su segunda obra literaria luego de Mother, brother, lover en 2012.

La charla con el artista que disfruta de hacer onomatopeyas al hablar se prolongó por más de una hora, donde, el famoso reveló anécdotas de su vida personal y uno que otro relato íntimo en la ducha, al mismo tiempo que recordó los objetos y sus historias, con los cuales motivo a las personas a revisar qué guarda cada quien en su desván personal y resignificar sus vidas partir de ello.