Las segundas partes sí son buenas.
Han sido más de 100 acústicos producidos por MTV desde que la cadena decidiera hace 30 años lanzar este formato en 1989. De todos estos Unplugged alrededor del mundo entero, Café Tacvba es el único acto latinoamericano en grabar un segundo especial.
Esto sin lugar a dudas es un logro importante en la carrera de estos chicos oriundos de Ciudad Satélite, marcando un legado difícil de alcanzar por el resto de las bandas mexicanas ya sea contemporáneas a los tacvbos o más recientes.
Es difícil juzgar la noche como un concierto en sí. Los parones en la grabación y las repeticiones, rompen totalmente con el ritmo de una presentación en vivo. Es por eso que en este texto se hablará de datos y canciones específicas, así como momentos que no te puedes perder cuando el disco salga en unos meses.
Al primero que hay que mencionar es al gran Gustavo Santaolalla quien no solo participó en dos canciones (“Olita del mar” y “Cantito”), sino que además coordinó y produjo el concierto junto a Aníbal Kérpel, con quien ya ha trabajado en anteriores ocasiones. La mano de estos productores se nota de inmediato al conseguir arreglos muy naturales, que mantenían la esencia de la banda a pesar de contar con 30 músicos en el escenario (a ojo de buen cubero). El arreglo que destacó más fue el que hicieron a “Mediodía” de la mano de un cilindrero, algo que recordó a los inicios de la banda cuando se dedicaban a rescatar la cultura mexicana en sus canciones.
Ahora que si hablamos de productores hay que hablar de la participación del genio David Byrne quien se subió al escenario a cantar “El Outsider”, canción que viene en SINO. Fue impresionante ver a la leyenda cantar en español, bailar ritmos latinos.
Entre los hits que reversionaron destacó “Locomotora”. Su arreglo orquestal le dio un toque poderoso a la canción que con la acústica de la Sala Nezahualcóyotl se escuchó impresionante, espero que puedan transmitir ese poder a la hora de plasmarlo en disco.
El crecimiento de los Unplugged
Lejos han quedado los días en que los músicos se subían al escenario con arreglos simples a esperar lo mejor. Hoy estos especiales son muy cuidados, muchas tomas, repeticiones, grabaciones de aplausos, etc. No imagino a Kurt Cobain diciéndole a la gente. “Lo siento, tenemos que repetir la canción porque mi guitarra está un cuarto de tono desafinada”. Sin embargo esta manera de hacer las cosas te asegura un producto final bien cuidado que para lo que se tiene invertido en producción es lo deseado, además que nadie fuera de los asistentes notarán ese proceso y se llevarán un buen producto a casa.
Dicho esto lo único que queda por definir es qué Unplugged de Café Tacvba es mejor, el de hace 20 años o este. La respuesta es: los dos son igual de buenos. Por un lado tenemos la espontaneidad del primero, la frescura de la banda y la irreverencia de sus integrantes. Pero hoy tenemos madurez, mayores recursos para lograr mejores arreglos con más músicos en escena y un repertorio más amplio de canciones para reversionar, al final ambos productos tienen lo suyo.
Por último hay que responder a la pregunta ¿el mundo necesitaba otro Unplugged de Café Tacvba? La respuesta es: ¡sí!