Garantía de diversidad, nuevas propuestas y leyendas en la música.
El reloj marcaba las 14:00 H y las personas, algunas desconcertadas, comenzaban a llegar al Foro 28 para disfrutar del Festival MonkeyBee.
Los minutos comenzaban a pasar y, a pesar de no ser muchos los que estaba formados, había inquietud de saber porqué las puertas no abrían, aunque claro podíamos escuchar el soundcheck de alguna banda.
Después de 45 minutos las puertas abrieron. Como lo prometieron, los primeros asistentes pudieron disfrutar de una bebida de cortesía y de inmediato comenzó a tocar The Darks, una banda del Estado de México que no necesito tener el foro lleno para disfrutar del show y convivir un poco bajo del escenario para prender el ambiente.
Entre bandas pudimos disfrutar de la selección musical de DJ Pugy Sinner y DJ Capitán Muerte para amenizar el lugar. Además de disfrutar de un pequeño bazar donde podrías encontrar vinilos o tatuarte con un diseño conmemorativo de la noche.
El metal hizo presencia con Muto Tapes que con un público aún tímido, logró que se acercaran a ellos. Mientras que el funk y la psicodelia corrió a cargo de The Grizzled Mighty.
El foro cada vez ser veía más lleno; las almas solitarias comenzaron a juntarse mientas hablaban de lo que acababan de ver sobre el escenario; si por accidente alguien se empujaba, bastaba con una palmada en el hombro para saber que no pasaba nada.
El punk no faltó y corrió a cargo de Reckling y los Carrion Kids, esta última una banda ya consagrada en la escena mexicana y que logró sacar la fiera que todos llevamos dentro.
Sin embargo, el momento que unió a toda la audiencia y la hizo 1 fuer cuando The Mystery Lights tocó el clásico “Demolición” de Los Saicos. Todos los reunidos drenaron su energía con ese tema. Un momento sublime de la noche.
Ave Negra e Intestino Grueso eran otras de las bandas que muchos esperaban, que entre guitarrazos y coreografías al estilo de los 90’s no dejaron que la energía decayera.
Los últimos actos de la noche se acercaban, pero las personas comenzaban a abandonar el lugar, pero Bass Drum Of Death no dejaron que el pública se escapara fácil y se quedara un rato más con su garage rock.
Finalmente, el gran acto de la noche. Aquellos que llevaban chamarras y looks que nos recordaban a The Cramps se acercaron al escenario para presenciar a Kid Congo quien hizo presencia con un gran traje rosa, una capa, un sombrero y por supuesto su banda: The Pink Monkey Birds.
Así como lo prometió Kid, se convirtió en una fiesta de sabor, ritmo que no tuvo desperdicio y que todos los que se quedaron hasta el final, pudieron disfrutar. Como siempre, una lección de que esta vida se disfruta mejor con música.