169618
Dejamos de escuchar: una lista de álbumes

Dejamos de escuchar: una lista de álbumes

13/Jul/2020

¿Por qué estamos tan preocupados por escuchar algo primero que nadie? ¿Por qué queremos ser los dueños de la música que ni siquiera creamos, solo consumimos?

Lo que caracterizaba tener un vinilo o un CD en nuestras manos era el poder de decisión. Por la simple o llamativa portada, por la recomendación de un amigo o un primo, teníamos que escoger bien cual comprar. Al llegar a casa y reproducirlo; una vuelta, dos, tres, algo hizo enamorarnos de la música o de la banda. De las personas detrás intentado transmitir algo en las complejas melodías o en la lírica.

Miles de artistas, comparten su música y, como esclavos, no podemos permitir perdernos aquellos descubrimientos. Con los servicios streaming, en la palma de la mano, y más en tiempo de pandemia, escuchar álbumes se ha vuelto una competencia interminable.

En una situación hipotética, escuchas dos álbumes, por regla, al día. Te gustan 7 canciones, las cuales probablemente clasifiques en una playlist: ¿cómo te sentiste? o ¿podrás encasillarla en un género? El siguiente paso nadie lo sabe, pero difícilmente volverás a escuchar las canciones que te gustaron. Lo seguro es que repetirás el proceso hasta el hartazgo. En fin, Everything Now.

La calidad ha pasado a segundo plano, pues priorizamos y alabamos la cantidad. Escuchar un álbum solo una vez, para juzgarlo y criticarlo, no funciona, incluso cuando nuestro único fin es compartirlo. Se necesitan más vueltas para percibir cada elemento y entender su papel en la canción. Ya no existe el tiempo para sentarnos y escuchar, nos distraemos con el celular y la plática en redes sociales. Olvidémonos de conocer al artista y enamorarnos de su música. Poco a poco dejamos de escuchar en esta interminable carrera hasta tragar y diluir líricas y melodías. De nada sirve si no le damos seguimiento y, aquellas canciones que vagamente nos llegaron a gustar, se quedan en una infinita lista de corazones.

Necesitamos enriquecer el alma, al escuchar una canción o álbum nuevo para nosotros. Aprendernos un coro, un riff, un solo; clavarnos con las canciones por días, semanas o meses, porque es un pequeño tesoro que descubrimos en un mundo de posibilidades. Escuchar mil y un álbumes no debería ser una tarea, mucho menos una checklist.

Así como en la literatura, en ocasiones estamos preparados para ella, otras la odiamos; entendemos que no era el momento. Sin embargo, sabemos que la música siempre estará ahí, para nosotros, lista para ser escuchada, de nuevo, y llenar abrazar nuestros corazones. Nunca se ha tratado de una competencia; atragantarnos con los miles de géneros y subgéneros que día con día van evolucionando; no es opción. La satisfacción propia es lo importante, sentirnos cómodos con cada cambio de ritmo.

Al final ¿quién está consumiendo a quién? Nuestro consumismo está alejando a la música como parte de nuestro ser, tanto que sin darnos cuenta, llegamos a odiarla