Hace unos momentos los hermanos Dreijer estrenaron el video hecho para su sencillo "A Cherry on Top", tercer sencillo de Shaking the Habitual, material discográfico lanzado tras un descanso de 7 años tomado por la banda.
Escucha un tema nuevo de Florence & The Machine
Florence & The Machine estrenó el tema "Over The Love", el cual formará parte del soundtrack de la cinta The Great Gatsby del director Baz Luhrmann.
En esta banda sonora también participa The xx, Jack White, Lana del Rey, entre muchos otros.
A continuación pueden escuchar "Over The Love":
Hills Like Elephants estrena video
Cinco chicos de San Diego decidieron reunirse en 2011 para formar una banda. Fue así como con un par de guitarras y beats grabados nació el proyecto Hills Like Elephants.
Tras presentarse con éxito en la pasada edición de SXSW, la agrupación lanzó Feral Flocks, su primer álbum de estudio. "Ninjavitus" es el nombre del tema cuyo video presentamos a continuación como propuesta de Indie Rocks!
Escucha completa "Get Lucky" de Daft Punk
El pasado viernes en Coachella fue presentado un video teaser donde Daft Punk revela la lista de colaboradores que participa en Random Acces Memories, su próximo álbum de estudio.
En este teaser nos dieron una probadita de "Get Lucky", sencillo grabado en colaboración con Pharrel Williams y Nile Rodgers, y hoy, la canción completa se coló a la red para beneplácito de los miles de fans y curiosos de este dúo francés. Escúchala a continuación:
Dënver presenta "Revista de Gimnasia"
La banda chilena Dënver estrenó la canción "Revista de Gimnasia", un adelanto de Fuera de Campo, su más reciente material discográfico.
Este nuevo disco cuenta con la colaboración de más de 20 músicos y profesionales de la industria, actualmente la agrupación se encuentra afinando los detalles del video oficial para este sencillo pero puedes escucharlo a continuación:
We Are Standard estrena canción
La banda originaria de Vizcaya, España, estrenó video para su tema "Can I Count On You?", sencillo que se desprende de su tercer álbum de estudio titulado "Day" .
Dicho material discográfico fue producido por Eric Broucek (LCD Soundsystem, Hercules & Love Affair, The Juan Maclean) y cuenta con la colaboración de Emmanuel Lundgren de I'm From Barcelona.
Desde su debut, We Are Standard ha recibido numerosos premios y críticas positivas acerca de su trabajo incuyendo el premio Ojo crítico de Radio Nacional de España a la mejor banda del 2006. Escúchalos y dinos si te convence:
Devendra Banhart ante la fórmula de la felicidad...que no fue suficiente
A estas alturas de la historia resulta muy difícil brindarle toda nuestra confianza a un hippie. En pleno siglo XXI todavía sobreviven algunos y reparten su “peace & love” alrededor de ellos. Durante buena parte de su carrera este texano, nacido en 1981, se mostró como un miembro de la tribu con grandes habilidades para la música. Quizá nos tomó por sorpresa, pero mientras flirteaba con esa entelequia de la new weird America –también llamada freak folk- mantuvo nuestro interés sobre su obra, así esta diera bruscos tirones hacia distintos lados.
Hoy día no me cuesta trabajo detectar los que me parecen sus mejores discos: Rejoicing in the Hands (2004) y Cripple Crow (2005). En ellos preparaba brebajes sonoros muy extraños, el calado low fi no afectaba en el resultado final de su magia. En aquellos entonces si este gurú se ponía a soltar su rollo, lo que hacíamos nosotros era tendernos en el pasto a escucharle. De verdad que en su sencillez “Santa María De feira” se hizo una canción inolvidable –tanto como el video de “Carmencita” (que venía en el Smokey Rolls Down Thunder Canyon del 2007).
Pero como Sansón con el cabello, al cortarse la barba y la mata al parecer también perdió esa faceta de creador raruno y atractivo. Se decantó por un folk mucho más limpio y convencional que hizo que del What Will We Be (2009), apenas y nos acordemos. Ante una avasalladora oferta musical en los tiempos que corren, no resulta nada fácil reponerse de un traspiés.
Aunque algo del cariño de antaño puede mediar para concederle el beneficio de la duda y darle chance a su octavo LP más o menos formal en una carrera llena de colaboraciones y proyectos adjuntos. Mala nos llega con la noticia de que ha sido grabado en una Tascam de 4 canales. Lo que para muchos pudiera ser una austeridad limitante, con Devendra no es sino el mejor augurio de que retorna a los devaneos casi irracionales que son lo que mejor le sientan –aunque al final se quedó corto-.
Al escuchar las canciones no hallamos un ejercicio de estilo muy sorprendente. Sigue instalado en el folk correcto y manso, con el agregado de un poco de rock and roll oldie. Para concebir Mala se reunió con su infaltable compañero de correrías Noah Gorgeson. Y las canciones que de allí surgieron son sencillas y domésticas, pese al interesante planteamiento inicial: “Se ha hecho mucho hip hop en la Tascam y sabiendo que mis canciones no tienen nada que ver, me interesó la idea de conocer cómo sonarían en un equipo que fue usado para grabar nuestro rap favorito. Por eso, intentamos ver cómo funciona esta tecnología con nosotros”, explicó al tabloide británico NME.
En tal contexto puede cantarle a un Ipad o un par de zapatos e insertarlos en melodías y estribillos un tanto tristes; algo que descoloca, pues en el transcurso entre disco y disco se casó con la fotógrafa serbia Ana Kraš, se fue a vivir al Lower East Side neoyorkino como todo un beatnik y se dedicó a las artes plásticas (parte de su obra se publicó en la revista Paper de noviembre de 2012).
Se llevó la felicidad acumulada, se encerró a trabajar cuando lo creyó prudente y regresa con temas como “Daniel” y “Ballad of Keenan Milton” que nos remotan a su propio pasado. Son cumplidores pero excesivamente relajados o condescendientes. Por ejemplo, “Your Fine Petting Duck”, es todo un juego de réplicas -a lo Pimpinela- en el que la pareja se intercambia consejos para el día en que ya no estén juntos.
Lo mejor del álbum es “Mi negrita” –cantada en español- y en la que rinde homenaje a los boleros al estilo de Los Panchos o Los 3 ases. Todavía Devendra se encuentra de su mejor forma. Habremos de esperar. Él sabe que puede contar con nosotros pero –lástima- la fidelidad no es eterna.
El gran circo musical del Festival Balagan Balkan
El Plaza Condesa se convirtió en un lugar lleno de color para la segunda edición del Festival Balagan Balkan, que propuso una noche de acrobacias circenses con música balcánica, sefardí, gitana, judía y klezmer que retó hasta al más tranquilo a bailar como si no hubiera un mañana.
El espectáculo inició con la aparición de dosko De Mente y sus actos de clown, malabarismo, danza aérea y trapecios, acompañados por Disco Balkan que con su fusión de música tradicional del Este de Europa con ritmos electrónicos, divirtió a todos lo artistas que funcionaron a lo largo de la noche como maestros de ceremonias: Cirs presentes.
La primera banda en aparecer fue DeLeon, quienes fusionan la música sefardí con rock. Su repertorio contó con canciones como "Yodukha Rayonai", "Bre Sarika", "Barminan" y "La muerte chiquita", siendo ésta la más coreada, y aunque el grupo aún no está tan establecido en la escena mexicana, esto no fue un obstáculo para que el público se animara a bailar y aplaudir al ritmo de sus canciones.
Con su propuesta de klezmer, jazz y rock, llegó Klezmerson, que abrieron con "Tartar Tantz", canción que provocó brincos alocados entre la audiencia. Siguió el show y mitad de la tocada, la euforia constante que se había vivido desde que comenzó el festival fue bajando poco a poco. La gente se veía cansada pero no dejó de disfrutar la música. Los gritos volvieron cuando cerraron con "Lieberman Funky Freylekhs y "Katarinke".
Algunos problemas de ajustes de sonido y un público con más ganas de seguir la fiesta dieron la bienvenida a Golem, quienes se veían felices y listos para mostrar lo que traían preparado desde Nueva York; iniciaron con "Odessa", canción que hizo estallar el lugar y dejó claro que con su estilo gypsy punk, el quedarse quietos está prohibido. "Vodka Is Poison" y el potente cierre con "Rumenye" son algunas de las canciones que formaron parte de un setlist que no dejó que la energía de las personas bajara: algunos se abrazaban para formar círculos, uno que otro slam y muchos levantaban sus bebidas como piratas brindando por un gran tesoro.
Narices rojas en los asistentes dan la bienvenida al último acto de la noche: Triciclo Circus Band, quienes con Oaxaca atraviesan por el público hasta llegar al escenario. Ya arriba, ofrecen un show lleno de diversión, felicidad y teatralidad mientras muestran su gran talento musical con "Excusez Moi", "Amanece", "Polka" y "No corro, no grito, no empujo"; la gente canta, se abraza, se toman de la mano aunque no se conozcan y bailan el slam duranguense.
Después de casi cuatro horas, la noche parecía estar acabando, pero para una gran fiesta debe haber un gran final, así que todos, desde los organizadores hasta los grupos que formaron parte del cartel de este año y del pasado, subieron al escenario para cerrar con su versión de "Kalashnikov", lo que desató la locura restante de los presentes.
Así, con El Plaza Condesa casi lleno, el Festival Balagan Balkan (que basó su nombre en que ‘balagan’ es “circo” en ruso), en español terminó tomando el significado de “gran desmadre”.
Fest Contrapedal: la vidriera iberoamericana
Mientras los ojos de América del Norte se situaron en Coachella y su line-up lleno de estrellas, la capital más al sur del continente disfrutaba otro tipo de festival. Uno más relacionado con lo emergente y lo nuevo que con lo consolidado y los famosos en la audiencia.
El montevideano Fest Contrapedal, en su segunda edición, propuso una suerte de boutique: a los shows en vivo se sumaron una maratón de bares (llamada “baratón”) y talleres. De sábado a domingo el Fest incluyó, además de música, un espacio de arte urbano y una pequeña tienda de libros, todo ensamblado en un espacio totalmente atípico emplazado dentro del Museo de las Migraciones (MUMI).
Una suerte de galpón recuperado fue el lugar donde se ubicó el escenario principal, mientras que a su derecha, cercado por restos de la antigua muralla que fortificaba al Montevideo colonial, se construyó el escenario alternativo. Una (tal vez demasiado) pequeña carpa fue el lugar donde la electrónica hizo bailar a los presentes.
La espera entre artista y artista era mínima, pero el espacio brindaba muchos atractivos para recorrer. Detrás del escenario principal y entre las derruidas paredes de ladrillo, se ubicó el espacio de arte urbano, donde cada pieza fue construida con materiales recuperados de la basura. Quizás sin planearlo se ubicó sobre una mata de menta, haciendo que ese lugar tan especial se impregnara de un aroma fresco y agradable.
Este año el Fest exploró más allá del under montevideano y le apostó apostó a traer un representante de algunos países del continente, haciendo de este evento una rareza para la capital y un lugar para inspeccionar nuevas tendencias. Y al tratarse de un evento con entrada gratuita, casi no hubo excusas para faltar; en ambos días la afluencia de gente no mermó.
Este, lejos de ser un espacio predominantemente juvenil, fue un lugar para la familia. Niños correteaban entre la gente y volvían a encontrarse con sus padres, atentos a la banda de turno. Y aquí el mate y la cerveza circulaba por igual.
De esta forma el sábado comenzó con el Colectivo Esquizodelia, un grupo de artistas independientes uruguayos que exploran las melodías pop o los ritmos más rockeros de las maneras menos convencionales. Le siguieron Mersey -herederos montevideanos de Belle & Sebastian- y las canciones acústicas y narrativas de Sebastián Casafúa.
El panameño Cienfue fue el primer extranjero en pisar el escenario principal, y aún sin saber nada de él, "Mi colombiana" -su hit de 2006- y su más reciente "Dos Gardenias", fueron sus puntos más altos.
Luego fue el turno de Enjambre, que llegó por primera vez a Montevideo luego de cinco shows en Argentina. Durante su set de 10 canciones el grupo de los hermanos Navejas mantuvo al público atrapado con su eléctrico show, donde recorrieron sus hits como "Visita", "Madrugada" e "Impacto" y temas de su más reciente disco, Huéspedes del orbe.
Su rock con tintes indie encajó muy bien con la propuesta del festival y más importante aun: dio a conocer algo más de lo que México puede ofrecer para el exterior.
Por su parte y desde España, Vetusta Morla demostró tener un gran número de fanáticos en el país, que corearon sus canciones e incluso desplegaron un cartel. Mientras que desde Uruguay, Max Capote -recién llegado de tocar en el SXSW y Vive Latino- y Dani Umpi, arrastraron también a la mayoría de los presentes hacia la pista con shows que variaron entre lo más electrificante del rock de los 50, en el caso de Capote, al electropop más moderno y friendly.
El domingo la jornada comenzó desde temprano, develando las joyas más ocultas del under local en rincón alternativo, como Señor Pharaón, Vincent Vega y Kevin Royk.
En el escenario mayor el chileno Gepe hizo bailar al público con su mezcla de pop y ritmos folklóricos, mientras que El mató a un policía motorizado de Argentina llenó de distorsión el museo con la interpretación de su más reciente disco, La dinastía scorpio.
Franny Glass, que al igual que Capote se presentó el mes pasado tanto en el Vive Latino como en varios locales del DF, cerró apropiadamente el Fest, al ser uno de los artistas uruguayos con más proyección al exterior.
Y lo prometido fue cumplido. El Fest Contrapedal no solo mostró lo que Uruguay ofrece en materia independiente, sino que se transformó en una gran vidriera hacia el interior de la tendencia iberoamericana.
Lo nuevo de Camera Obscura
La banda de Tracyanne Campbell presentó el sencillo "Do It Again", el cual se desprende de su quinta placa de estudio que llegará a las tiendas el próximo 3 de Junio.
Desire Lands es el título de este nuevo material discográfico lanzado bajo el sello 4AD y que ya puedes pre-ordenar a través de su página web.



