Yeasayer
Erotic Reruns

De la política y otras obscenidades.

Suena el rosa, un rojo, tintes de magenta, pulsan en el cerebro combinándose con la batería y el bajo, que vibran en tonos azules y violetas, entran en mis músculos y se disuelven con el amarillo de voces que preguntan “Why Was I So Hard on the People I Loved?” ¿por qué fui tan malo con los que quiero?, pero, ¿por qué algo tan mortificante suena en tonos cálidos, en cadencias sensuales? Es totalmente perverso, verdaderamente obsceno.

Gran manera de confundir a la mente; las ganas de bailar y sentir colores recorrer la sangre, mientras ronda en la conciencia la pregunta, ¿qué tan transgresor es sentir el cuerpo vibrar mientras Anand Wilder reprocha a Donald Trump?. En el fondo se escucha "Blue Skies Dandelion"... “I Wish I Could Make You Less Lonely”, ¿a quién? ¿a una chica o a un neonazi?.

Rayos de luz neón en las piernas por una canción de protesta surreal. Un encuentro sexual entre Bob Dylan y Dalí.

En "24-Hour Hateful Live!" el rosa se disipa, ahora es verde con chispazos azules de voces rasposas y acordes menores que recuerdan a Pink Floyd; volvemos a la protesta bizarra, al descontento esquizoide. “...Stephen Miller, Child Killer, Wheeler Will Poison Us All, Sarah Sanders, Propagandist, Goebbels Might Be Her True Pa …”, un reclamo referente al gabinete de gobierno republicano. “PIGS!” diría Waters en Animals.

Y animal es el instinto; se refleja discreto en "Ohm Death", con una letra completamente alterna a sus sonidos, de pronto regresa el tono de mejillas enrojecidas. Así como Robert Smith en "Lullaby" habla de un hombre araña ambiguo, real o figurativo, que entra por la ventana y amenaza con devorar a su víctima en esta misma paleta de colores cálidos, casi carnales; así Wilder cita las cartas de Hearthstone después de decir “Honey, I Can Make Your Body Move”. Una letra surreal que nos transporta a un mundo sexual.

"Fluttering In The Floodlights" nos guía finalmente a una habitación rojo neón. “...The Night Stays Under Her Spell...”, la noche bajo su hechizo, y ya no existe ninguna protesta ni conflicto. “Her Wrath is a Red Thread, Leading Up to Her Bed, Buried Waist Deep in My Head She Looks at Me”. No hay injusticias, no hay fascistas, ni mortificación por errores cometidos en pasados distantes, llegamos al clímax, a la repetición erótica.

Erotic Reruns, en color palpitante y vibración surreal.