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Iceage — Seek Shelter

9

Iceage
Seek Shelter

Mexican Summer / 2021

Artista(s)

Iceage

20/May/2021

La contemplación espiritual en busca de un refugio. 

La primera vez que escuché “Shelter Song” —el track con el que Iceage abre su nuevo disco— la melodía me transportó a las conversaciones con buenos amigos. El aura nostálgica impregna el ambiente de la canción, y las ansias de revivir momentos agradables emergen por instantes. Por supuesto, el título avecina qué te puedes esperar, sin embargo, una vez que Elias Bender canta: “We become each other's sedatives / Giving shelter till the cloudburst dies down”, comienzas a intuir que se tratará de un álbum cálido, reflexivo, y que deviene, con el tiempo, en un profundo cúmulo de transformaciones.

Mi experiencia es solo una de las decenas de interpretaciones que provocará el inicio del elepé, pero no descarto que la amistad, el amor, la hermandad y la lucha constante en la vida sean los faros que guían a las nueve canciones que conforman a Seek Shelter.

Desde 2011, Iceage se ha consolidado como una agrupación representativa del punk, post punk y rock alternativo. Sus anteriores producciones —llenas de sonidos estridentes, canciones súper alocadas y ruidosas interpretaciones guturales— no se parecen en nada a lo que la banda danesa comparte este 2021. Su disco fue grabado en tiempos caóticos, los cuales, sin duda, han provocado la lírica más reflexiva e instrospectiva de Elias Bender.

Iceage_2021

Antes de sumergirse en Seek Shelter, valdría la pena regresar al debut del grupo: New Brigade. Aquel material de estudio es la antítesis del proyecto que los daneses presentan, por lo que escuchar el contraste entre “Rotting Heights” y “Gold City”, por ejemplo, es percibir la abrupta y magnética evolución de la carrera de Iceage.

Dicho esto, cada tema de su quinto álbum se convierte en un homenaje a la ciudad que vio nacer a un grupo de adolescentes con ánimos de crear música, no más; una oda a los corazones rotos y una especie de agradecimiento respetuoso a la música misma. También encontrarás mucha dulzura mezclada con autenticidad, así como esperanza y fe, pero sin caer en falaces optimismos.

Por otra parte, la religión es un eje que describe al LP; ejemplo de ello, es la canción “Dear Saint Cecilia”, cuya referencia directa es la virgen mártir venerada por los romanos y considerada por la Iglesia Católica como la patrona de la música.

Sin embargo, no solo en las letras predomina la temática, sino que para los coros de “Shelter Song” y “Love Kills Slowly”, la banda convocó a Lisboa Gospel Collective, quien aporta exclamaciones de alabanza mística; “High & Hurt” hace lo suyo con el angelical estribillo y el popular verso de “Will The Circle Be Unbroken”, himno cristiano escrito en 1907 por Ada R. Habershon y Charles H. Gabriel.

“El amor mata lentamente y arde con cada recuerdo que se desvanece / ¿No te das cuenta de que estamos desencadenados? / Al final no tenemos nada más que amor…”, canta Bender en “Love Kills Slowly”, mientras que los violines interpretados por Nils Gröndahl apuntan a un dramatismo tan ensoñador como sombrío.

Las palmadas dan la bienvenida a “Vendetta”, cuya enunciación: Verse a sí mismo, considerado un factor estresante” se conjuga con elementos muy sutiles de electrónica y pop. La canción es rebelde y atrevida; un acierto muy divertido que recuerda a películas de gánsteres y mafias.

Posteriormente llega “Drink Rain” con sus particulares tintes de jazz y versos de amor; mientras que al principio de “Gold City”, una hipnótica armónica de origen country abre camino a las guitarras y baterías que transforman la melodía en todo un himno de concierto.

El azul pálido más amplio” es la penúltima canción del álbum y la traduzco directamente al español, porque me parece un título hermoso en nuestro idioma. Como si de gotas de lluvia se tratara, las notas caen por su propio peso simbólico. Por ahí del minuto 3:25 surgen unas trompetas distorsionadas que convocan a la locura, y las cuales se alargan como objeto cósmico que cae en picada por un hoyo negro: suspendido, suspendido, suspendido… en el espacio-tiempo.

La respuesta siempre infinita, siempre constante, se asoma a través de los siniestros ecos con los que inicia “The Holding Hand”, pista que da por terminado Seek Shelter.

El título en la portada está escrito con una tipografía en color amarillo, pero específicamente las letras  ‘S H E’ resaltan entre las demás por su alto contraste. ¿Será que existe una musa como inspiración? o quizá Iceage nos recuerda que el refugio siempre está en el otro como pronombre indefinido: el amigo, la compañera, el hermano, el ser humano de tu costado.

Sin más interpretaciones, las conclusiones son tuyas.

(***)

Para este nuevo material, la banda convocó a sus filas al guitarrista Casper Morilla Fernandez. Además, Nis Bysted en compañía de Peter Kember (mejor conocido como Sonic Boom) se encargaron de la producción; asimismo, Shawn Everett (ganador de varios premios Grammy y productor habitual de Julian Casablancas, Alabama Shakes y The War On Drugs) realizó la mezcla correspondiente.

Con Seek Shelter, Iceage transita por una etapa de exploración sonora en la que predomina el pop, gospel, blues y jazz; quizá la convergencia de géneros a su habitual rock lúgubre, les ha permitido reconocer la belleza humana en medio de entornos cada vez más corrompidos por la violencia. Así que, repleto de amor y ternura (expresados a su manera), el álbum es el increíble manifiesto de la esencia punk que responde a nuestros desoladores días.