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Entrevista con Salt Cathedral

Entrevista con Salt Cathedral

¿Quiénes somos? ¿A dónde vamos?

Conversé 15 minutos con Salt Cathedral sobre ser colombianos, convertirse en latinos al pisar Estados Unidos, y cómo concilian las diferentes perspectivas que se crean desde el mudarse a otro país con otro idioma y formar parte de él, manteniendo aún las influencias de su vida en su natal Colombia. La universalidad es un tópico que se toca numerosas veces en nuestra corta conversación, a partir de preguntarles si sienten que hay algo que los llame a hacer música que represente su colombianidad al mudarse a vivir a un lugar tan globalizado como Nueva York. 

“Ese proceso de migrar, es extraño. Porque por un lado uno siente más identidad. A mí me costó irme de Colombia para sentirme realmente colombiana, o latina. Yo no entendía, pensaba ‘eso es normal, yo de latina no tengo mucho’. Pero te das cuenta cuando me ponen salsa e inmediatamente bailo, y con los ritmos latinos me activo y eso es natural, uno no se da cuenta porque nace”, respondió Juli. Una experiencia, nuevamente, universal, que se repite transversalmente sin importar de qué país del sur global llegues. 

“Eso es algo que exploramos mucho en nuestro disco pasado, Carisma, esa sensación latina. Entonces por un lado me siento más latina. Pero por otro lado me siento desarraigada, porque ya llevamos ¿10, 11 años en Nueva York? Entonces no eres ni gringa ni latina, uno nunca se siente 100% de un lado ni del otro. Porque si haces un zoom out, lo que ves es la humanidad, y te empiezas a identificar más como un humano que como un latino o un neoyorquino, Y de ahí viene el disco [Before It's Gone], ¿dónde encuentro mi espacio? Acabamos teniendo los mismos pensamientos existenciales, el mismo amor, el mismo dolor, y como migrante para mí es esa visión de exploración la que manda”, dice Juli, mirando el horizonte (detrás de la laptop).

El discourse en internet se ha volcado en hablar mucho de los idiomas que usamos también son resultado de nuestra colonización, tanto el español como el inglés. ¿Quiénes somos al crecer hablando español, y pasar al inglés porque tuvimos que migrar? ¿Hay algún código, una barrera invisible que estás rompiendo al acoplarte? “Nosotros estamos intentando ser honestos con nosotros mismos, y precisamente porque no sentimos esa responsabilidad es que no tenemos canciones en español en este disco, porque no sentíamos que había algo que decir en español, lo cual también es muy liberador”, apunta Nicolás.

Y continúa... “Es como convertirse más bien en una persona más universal, y menos idiosincrática, pero la colombianidad nuestra no la podemos evadir simplemente porque crecimos allá, porque somos fanáticos de la música, y tenemos familia allá; entonces tener esa conexión con Colombia es inevitable. Y también estando en Nueva York, esa capacidad de singularidad es algo que siempre buscamos. Ponemos mucha atención a lo que pasa en Sudamérica, y nunca fuimos de creer que en USA ‘lo hacen mejor’, nuestra llegada aquí fue circunstancial. Colombia siempre va a estar presente, aunque en este disco no tuvimos la intención de homenajearla sino fue más bien una exploración universal.”

He llegado a la conclusión que el ser latino es un concepto creado en Estados Unidos para identificarnos y darnos un lugar de donde imaginan que somos, en sus cabezas, y que les queda lejano, porque hay una desconexión entre lo diferentes que somos entre cada región y cada país. Por eso es tan fácil decirnos “latinos” y acabar con el problema. Pero ser latino te interpela cuando pisas Estados Unidos porque encuentras lugares comunes con otras personas que hablan español también y vienen de algún país que reconoces como cercano, y de pronto ya no te sientes tan solo. O más bien, sientes que hay otra persona cerca que siente parecido a ti.

¿Pero hay algún deber, o responsabilidad de conectar con tu identidad para hablar de tu música? ¿O sientes que tienes que hablar de tu identidad para tener algo que decir como proyecto? “Lo que pasa es que nosotros para bien o para mal, no nos hemos encasillado desde el principio”, responde Nicolás.

Nunca dijimos que vamos a representar absolutamente nada, hay otras bandas que lo hacen y creo que dependiendo de la intención y el propósito y la música y el proyecto, se puede hacer. Porque cuando hablan de Colombia piensas que todos tenemos sombrero puentea’o y nos gusta Shakira. Somos de Bogotá, la ciudad más punkera del mundo, la ciudad más insegura, ciudad que es un desastre pero la amo. Hay mucho rock y metal; ese tropicalismo bogotano que tenemos de una manera, es con gusto. Nunca nos suscribimos a los estereotipos de nada para vender y creo que nos ha hecho demasiado mal”.

Juli agrega... “Preguntas, ¿una banda necesita usar su identidad latina o usar sus ritmos de raíz? Yo te digo, desde un punto de vista de marketing, sí. Porque alguien de marketing me va a decir, a ustedes les va a ir mucho mejor si hacen la cosa latina, la comunidad latina los va a acoger. Como dice Nico, nos ha hecho mal porque pensamos más en la música y la universalidad, en lo que nos inspira que no sólo son nuestras raíces. A nosotros nos interesa más esa experiencia universal, habiendo crecido con una cultura latina, en una ciudad como Bogotá”.

“Últimamente hemos hablado de Caetano Veloso, Björk y Ryūichi Sakamoto; artistas que no los define el país de procedencia, sino que le hablan a todo el mundo. El idioma es una herramienta tanto como la música lo es”, finaliza Nico. “Lo que importa es lo que tú dices, cómo lo haces, y qué estás diciendo”.

Before It’s Gone, el segundo álbum oficial de Salt Cathedral, está disponible desde el viernes 22 de marzo.