Tecate Emblema 2025

Casi un showcase privado.

Día 1

Por Daniel Reyes

El primer día del Tecate Emblema fue muy emocionante, independientemente de un factor palpable en cada escenario: la poca gente, cero filas en barras, baños impecables y pasillos libres para bailar a gusto. Una comodidad insólita en macrofestivales.

La ruta sonora viajó del pop electrónico chic de Sofi Tukker, al new wave kitsch de The B-52's, pasó por la nostalgia bailadora de Patrick Miller y estalló con el EDM de estadio de David Guetta, mientras que por el otro lado, el sonido pop de Morat, Mau y Ricky y CD9 elevaron el cántico de sus fans a lo más alto.

En todos, el audio fue pulcro y potente: graves redondos, voces cristalinas y nada de distorsión. Luces estroboscópicas, lásers arcoíris, columnas de humo y llamaradas sincronizadas acompañaron cada drop, llevando la producción visual a nivel arena.

El clímax llegó con Purple Disco Machine: no un mero DJ set, sino su show completo con batería, percusiones latinas, metales, dos vocalistas soul y un sexteto de bailarines disco-futuristas. “Hypnotized” y “Dopamine” sonaron como himnos mientras el foro se convertía en Studio 54 durante 90 minutos gloriosos. Final épico para un festival íntimo y técnicamente impecable.

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Reencuentros, diversidad y fiesta.

Día 2

Por Ana Rodríguez 

El segundo día del Tecate Emblema comenzó con Boca Paila abriendo el escenario Kia Stage con una interesante mezcla de ritmos latinos como ellos llaman un tropigroove. Aunque aún se sentía algo vacío dentro de las instalaciones, el calor animó a los asistentes a sentirse como en casa y a disfrutar del momento.

Con la misma vibra prosiguieron los shows de Becky Hill y Paloma Morphy. Hasta que llegó la hora de recibir a María José en el escenario principal. La gente se empezó a juntar para gozar de un espectáculo brillante que contó con invitados especiales como Lucía Mendez, Matisse y Motel. Los éxitos salieron a flote demostrando que María José es una artista completa con un mensaje claro: ¡Viva la diversidad!

Anocheció justo cuando Kaia Lana se presentó. Aunque había muy pocas personas para ese momento no importó porque la energía no decayó. Un show impecable; artístico y conmovedor. La nostalgia vibró en nuestros corazones cuando James Bay arribó al escenario; su regreso desde 2014. Con una hora de espacio, el británico nos demostró cuánto quiere a México a través de canciones como "Us" y "If You Ever Want To Be In Love".

El final del día se acercaba y qué mejor que terminarlo con una fiesta en compañía de Mr. Worldwide, Pitbull. Qué locura gozar en vivo de estos éxitos que nos alucinaban hace más de 10 años totalmente en vivo.

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