78379
Enjambre en El Palacio de los Deportes

Enjambre en El Palacio de los Deportes

Álvaro Peña
Armando Torres

Armando
Torres

Detalles

Organización

Producción

Ambiente

Lugar

Palacio de los Deportes

Artista(s)

La combinación entre el sonido tropical de Caloncho y la enigmática dulzura de Enjambre, hicieron retumbar el Palacio de los Deportes.

La noche de anoche fue algo mágica, emotiva, nostálgica, pero sobre todo llena de alegría tanto para los integrantes de la banda como para los fans que se dieron cita en el Domo de Cobre con el único propósito de cantar al unísono cada una de las canciones que han hecho suyas a lo largo del tiempo.

A tan sólo un par de horas de que inicie el concierto ya se puede ver una larga fila que empieza a rodear el Palacio de los Deportes como si de una cadena humana se tratara. Gente de todas las edades luce emocionada y ansiosa por ser los primeros afortunados en entrar y ocupar los mejores lugares, los de hasta adelante por supuesto. En la entrada principal unos padres se despiden de sus hijos y les desean suerte, pero no es una despedida larga.

Corren como pequeños potros salvajes pues la emoción no es para menos. Se trata de una de las bandas más importantes que ha tenido la escena del rock nacional en los últimos años con cinco materiales discográficos y una extensa gira por nuestro país, Estados Unidos y Sudamérica. Ahora están de vuelta en este lugar que los vio hace dos años en compañía de la cantante Carla Morrison, pero esta vez el escenario es suyo.

Antes de recibir a la banda originaria de Fresnillo, Zacatecas, es turno de escuchar a un personaje oriundo de Sonora, pero hijo adoptivo de Guadalajara, cuyo sonido tropical nos invita a dar un paseo por la playa gracias a sus baladas de ambientes soleados llenas de alegría que contagian al por mayor. “Hola, ¿cómo están? Yo soy Caloncho”, es así como se presenta el músico tapatío Óscar Castro, mejor conocido como Caloncho.

Unos cuantos minutos fueron suficientes para amenizar el ambiente e interpretar temas como “Bésame morenita”, con el cual abrió el concierto; “Chupetazos”, “El derroche” y “Palmar”. Éste último contó con la participación de la cantautora chilena Mon Laferte, quien le dio su propio estilo a la canción creando un dueto perfecto.

Una vez concluída la presentación de Caloncho era turno de recibir a los integrantes de la banda zacatecana. Uno a uno fueron subiendo al escenario y tomando sus respectivos lugares. Ángel se colocó en la batería, Rafael tomó el bajo, Julian el teclado, Javier la guitarra y Luis Humberto se apoderó del micrófono. Se escuchan las primeras palabras del vocalista: “¡Qué tal! Muy buenas noches tengan todos, sean bienvenidos a este festejo”.

El concierto de Ejambre fue un recorrido musical a través de su trayectoria. Temas provenientes de sus discos Consuelo en Domingo (2004), El Segundo es Felino (2008), Daltónico (2010), Huéspedes del Orbe (2012) y Proaño (2014), hacen su pasarela por el recinto y “Tras la puerta” es la primera canción que hace retumbar el Palacio de los Deportes.

Tras mencionar que algunos invitados habían cancelado de último momento, Luis Humberto agradeció a Caloncho y a Mon Laferte por haber asistido a su concierto, pero sobre todo agradeció al público ya que ellos eran el invitado especial de la noche. Conforme pasaban los minutos la eufória de la gente se hacía presente. Al fondo se logran ver algunos tímidos que permanecen en sus lugares; otros más se levantan para contonearse al ritmo de las canciones y unos cuantos deciden acercarse hasta donde la valla metálica se los permite.

En eso, un telón blanco aparece de la nada y cubre el escenario en el cual se proyectan imágenes un tanto alucinantes para después dar paso a una serie de fotografías y videos en los cuales podemos ser testigos de la evolución que ha tenido la banda a lo largo de los años. Desde fotos en donde aparecen los miembros del grupo a lado de amigos, en algunas reuniones y conciertos, hasta una conmovedora imagen donde aparece Camila a lado de su padre. Así también, podemos ver una de las primeras presentaciones que tuvo la banda en el Chopo hace algunos ayeres.

Alguna vez Gabriel García Márquez dijo que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Es por ello que Luis Humberto Navejas aprovechó el momento y le dedicó unas palabras a un viejo amigo quien falleció recientemente. Se trata del productor Stephen Short, quien ayudó a la materialización de su cuarto disco, Huéspedes del Orbe. Después de esto se escucharon los primeros acordes de uno de los sencillos que se desprende de este material a manera de homenaje, “Cámara de faltas”.

Otro de los momentos cúspides de la noche fue cuando el vocalista hizo una pausa para dar un emotivo mensaje acerca del amor al prójimo y la unión que debe existir entre los mexicanos para encarar la situación actual que embate a nuestra sociedad. “Yo nada más los exhorto a que no dejen de compartir ese amor al resto de su nación, que México es un país hermoso, rico en recursos naturales, rico en costas, rico en cultura, en folclor, en cocina; esta es nuestra nación. ¿Vamos a dejar que se lo lleve la chingada con ese pinche gobierno o con ese crímen organizado? O por lo menos podemos compartir nuestro corazón, es lo único que podemos hacer a veces”, enfatizó el músico.

Con ese exhorto hacía el público, los últimos temas de la noche hicieron su aparición. Con “Último tema” y “Somos ajenos” se despidió el quinteto zacatecano, pero los fans aún querían más. Entre gritos y aplausos, y al famoso canto de: “Otra, otra, otra”, fue como reaparecieron para continuar con el show e interpretar tres temas más. El último de ellos una balada con ritmos suaves como el terciopelo, “Por esta razón”.

Las últimas palabras del vocalista de Enjambre son de agradecimiento, y a manera de misa, nos dice que: “La paz sea con ustedes”. Una lluvia de confeti inunda el lugar, mientras que la lluvia del exterior ya cesó. Es hora de marcharse y despedirse. Así como la gente entró en un principio al Domo de Cobre, todos corren hacia sus destinos, felices, satisfechos, exhaustos. Es casi media noche de un día que jamás olvidarán, de un sábado perpetuo que recordarán por siempre.