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La reflexión de un melómano sobre Chris Cornell

La reflexión de un melómano sobre Chris Cornell

Otro día intentando vivir.

“Everything I've held is what I've freed
Everything I've shown is what I feel”

-"Slaves & Bulldozers", Soundgarden.

6:30 H en un día laboral, otro más intentando vivir. El esclavismo hacia nuestros dispositivos electrónicos y las malas noticias de cada día: un asalto al transporte de una banda, otro desvío de recursos, una pesada ola de calor y, la muerte de Chris Cornell.

Cada timeline lleno de homenajes, desde aquellos que como uno vivieron al compás de los acordes  de Soundgarden hasta otros  que recuerdan el rostro perfecto o la canción más célebre de Audioslave. Dos generaciones que disfrutaron a su manera el talento y que reconocen el legado y sufren la pérdida. Ésa que se ha vuelto casi constante en el panorama musical, el ciclo funesto que nos hace pensar que los mejores se van primero. Una estocada más a nuestra tensión en los hombros, un ícono más que no volveremos a ver sobre un escenario.

Carretera a Puebla en una misión laboral, revisando y leyendo las suspicacias, los memes, las sin razones. Lo que no podemos creer, otra estrella que se extingue, otro personaje que sonará en un playlist y será mencionado en programas de TV donde nada saben más allá de que es noticia. “Like Suicide” sonando en mis audífonos mientras la camioneta inhala la carretera, voy intentando desentrañar canciones, tratando de comprender por qué un buen día alguien decide parafrasear a Led Zeppelin para después ahorcarse en el baño de un hotel: “Jesus, going to make up my dying bed, meet me, Jesus, meet me. Meet me in the middle of the air. If my wings should fail me, Lord, please meet me with another pair”.

Detroit rock city, death city, todo parecía tan normal: una fecha más del tour, el setlist usual, los planes a futuro, y piensas con dolor qué puede llevar a alguien, aparentemente normal, a disiparse dejando muestras tan entrañables de su sentimiento: dulces baños de sol en un encantador tema para la película Great Expectations; colaboraciones con Alice Cooper, Slash, Santana...; aquel inolvidable eco de protesta en "Hunger Strike" con Temple of the Dog; cameos en historias de Cameron Crowe. La lista es larga.

En el documental Pearl Jam Twenty, Chris relata que la muerte de Andy Wood fue también el final de la inocencia para aquellos locos que en Seattle encontraron el territorio para germinar entre tanta lluvia. Wood entonces fue el duro golpe de la realidad, Layne Staley el doloroso revés ante la adversidad, Scott Weiland el final casi inevitable. Cornell acaba de llevarse nuestras más sinceras condolencias y, nos deja un por qué.

17:15 H, esperando que un agujero negro en el sol limpie este día, ataca la necesidad de expresarse, las mismas malas noticias: seguirán los saqueos, la ola de calor, y ya no tendremos a Chris Cornell. Pero, no todo está perdido, aún podemos dar play a nuestros gadgets cual grilletes y liberarnos un poco de lo que nos aqueja gracias a esa voz que seguirá trascendiendo, más que todo lo que se diga o escriba al respecto.