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El lado obscuro de Andy Warhol

El lado obscuro de Andy Warhol

Una mirada a la vida de Andy Warhol detrás de la extravagancia y la ostentosidad.

El pintor y cineasta estadounidense fue muy criticado en su momento por romper algunos de los conceptos más importantes del arte clásico. Pero su trabajo, tan estrafalario y de aparente superficialidad, fue sumamente innovador y subversivo. El problema de Warhol, era su necesidad de protagonismo y sus actitudes abusivas.

La vida de Andy Warhol fue muy abierta, y por lo general se nos muestra de dos maneras: como un hombre carismático, de lengua afilada y una mente genial; o como alguien introvertido, excéntrico y bastante banal. En realidad, ambos lados parecen ser solo personajes, caricaturas que solo alimentan el misterio a su alrededor. Pero casi nadie habla sobre el artista desde el lado humano y consciente, el sujeto relacionándose dentro de la sociedad y los valores comunes, fuera del mundo inmoral que era The Factory.

Al querer acrecentar la leyenda de Warhol con un sinfín de historias y datos curiosos, uno puede dibujar al artista como un verdadero sociopata. Es difícil imaginarlo, pues nos lo han vendido como un genio incomprendido, pero solo es cuestión de ver a los sobrevivientes de su círculo más cercano.

Andy siempre estuvo rodeado por los personajes más extravagantes e inadaptados de la ciudad de Nueva York: drags, supermodelos, músicos y escritores. Más que ofrecerles su amistad, el estadounidense los apadrinaba. Pero unirse a su grupo era tan complicado como permanecer en el, debido a la evidente paranoia y el fácil hartazgo del de Pittsburgh.

Edie Sedgwick, la modelo que inspiró los clásicos "Like A Rolling Stone" y "Just Like A Woman" de Bob Dylan, tuvo una complicada relación con Andy Warhol. Ella lo llevaba a fiestas de la alta sociedad, mientras que él la mostraba en los lugares más decadentes de Nueva York. El artista la indujo a las drogas y mientras ella se hundía cada vez más en las adicciones, su amistad se tornaba cada vez más abusiva.

Se puede señalar a Warhol como el factor que llevó a Edie a la desgracia, tanto por orillarla a los excesos como por ser su consejero financiero. La actriz, de ser una mujer adinerada de la alta sociedad, terminó sin hogar, robando la casa de su abuela por dinero para su speedball, una mezcla de heroína y cocaína. Andy en lugar de ayudarla, la metía en orgías con dosis de anfetaminas y alcohol, sin importarle verla convulsionar.

También Nico, otra de sus musas, vivió y fue abatida en el mundo de ilusión que ofrecía Andy Warhol. La modelo alemana fue la favorita del pintor a finales de los años sesenta, y como muchos saben, participó en el álbum debut de The Velvet Underground a petición del dueño de The Factory. Pero cuando la banda lo despidió, Warhol se deshizo de todo lo que lo relacionaba con el grupo y dejó a su musa a su suerte, sin dinero y con un fuerte habito por la heroína.

Cuando Andy te echaba no había forma de regresar, era un hombre que guardaba mucho rencor, así que Nico nunca trató de reconciliarse y buscó seguir su carrera como cantante, pero Warhol siempre la desprestigió. Incluso cuando ella pasaba uno de sus peores momentos, el estadounidense declaró que su antigua colaboradora se acostó con todos en la industria de la música, engordó y se perdió.

Hablando de The Velvet Underground, hay que hacer pauta en la relación de Warhol y el líder del grupo, Lou Reed. Dos verdaderos genios artísticos en su totalidad, peleando por la jerarquía y el control uno sobre el otro. John Cale en una ocasión mencionó que Andy quería que Lou fuera como su Mickey Mouse, y de hecho Reed lo confirmó de cierta manera cuando mencionó que el artista lo alentaba a decir a inventar historias e incluso él elaboraba algunas para Reed, como apuntarle con un rifle a un sujeto, o que era un egresado de Berklee.

Lou Reed, al igual que el mismo Warhol, pasó gran parte de los años sesenta, diciendo mentiras durante fiestas, conversaciones con conocidos y entrevistas.

A pesar de sus errores y vilezas, no hay por qué desprestigiar la obra de Andy Warhol, siempre hay que separar el arte del hombre. Pero si queremos tener una imagen real del que alguna vez fue el rey de los freaks de Nueva York, hay que verlo desde todos los ángulos.