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A 45 años de 'Lust for Life' de Iggy Pop

A 45 años de 'Lust for Life' de Iggy Pop

29/Ago/2022

Lust for Life o cómo ser un pasajero de esta vida al estilo Iggy Pop.

Pocos inicios son tan memorables como el de Lust for Life, de inmediato te hace liberar endorfinas del cerebro y activar el cuerpo, gracias o por culpa de la cinematografía nos conducimos de inmediato al cuerpo de Ewan McGregor corriendo por las calles de Inglaterra mientras recita el grandioso diálogo “Choose life…” que funciona como prólogo de la mítica Trainspotting. Consumir una gran (tal vez mortal) dosis de tu droga más divertida y adictiva, recorrer la carretera más peligrosa a toda velocidad con los frenos averiados, lanzarse al vacío sin paracaídas, coger sin protección con alguien desconocido eso es Lust for Life.

Este gran álbum cumple sus, no pocos, 45 años de volarnos la sesera cada que le damos play, esto no debe sorprendernos porque la dupla Bowie-Pop son los genios detrás de esta pieza maestra. Y es que los dos se encontraban recuperándose de una de sus etapas de locura, Iggy dijo al New York Times “nuestra amistad era básicamente que este tipo me salvó de cierta aniquilación profesional y personal, así de simple”.

Bowie e Iggy se conocieron en 1971, hubo una química tal que al año siguiente el Duque Blanco produciría Raw Power último material de The Stooges. En 1976, y después del rompimiento con su banda, Iggy perdió completamente la cabeza e ingresó voluntariamente a un psiquiátrico. En una ocasión Bowie lo visitó y lo invitó de gira, juntos lucharon para desintoxicarse en Alemania. Ahí, en tierras berlinesas, fue donde el trabajo mutuo rindió frutos, dando a luz a los dos materiales más importantes de Iggy: The Idiot y Lust For Life.

El disco fue grabado en Hansa Studios que representaban el esplendor y el peligro de Berlín, se encontraba en una sede hermosa que fue construida por los masones a inicios de siglo. Sin embargo, en 1976 tenía aspecto de ruinas en un rincón olvidado de la ciudad, el sitio estuvo abandonado durante la Segunda Guerra Mundial y sus elegantes fachadas se encontraban heridas por las balas; además, la cuarta parte del edificio se había venido abajo. Las calles a la redonda tenían un aspecto ruinoso y desde lo alto se podía ver claramente una parte del muro que dividía a Alemania en esa época. En el libro biográfico de Bowie, Starman, Tony Visconti cuenta.

Estaba claro que esto había sido zona de guerra y ahora era una frontera internacional, lo cual daba bastante miedo. Grabábamos a unos ciento cincuenta metros del alambre de púas y de una gran torre en la que se veían torretas y soldados extranjeros vigilándonos con prismáticos. Estábamos en un sueño y en un lugar en el que todo apuntaba a: No deberíamos estar haciendo un disco aquí́”.

Musicalmente el álbum está compuesto en su mayoría por David Bowie y letras de Pop. Se cuenta que la base rítmica de Lust for Life fue tocada por Bowie en un principio con un ukelele mientras Iggy improvisaba letras mientras estaban tirados en el piso. Ellos no se encontraban solos, el bajo tocado por Tony Sales y la batería por Hunt Sales, dupla de muy jóvenes hermanos gringos que tenían una actitud feroz y una habilidad prolija para sus instrumentos. En la guitarra se encontraba Ricky Gardiner y Carlos Alomar, quien fue colaborador de Bowie en casi todos sus álbumes.

El trabajo de producción que Bowie llevó a cabo en lo que sería Lust for Life fue sencillamente genial. Al oír a Ricky Gardiner tocar un riff pegadizo, le aconsejo a Iggy que lo usase como base de la canción que se convertiría en “The Passenger, tema que está inspirado en un poema de Jim Morrison que aparece en su colección llamada The Lords And The New Creatures / Notes on Visions el cual veía la vida moderna como un viaje en coche. El título también toma su nombre de la película de Michelangelo Antonioni, The Passenger, protagonizada por Jack Nicholson.

Iggy se auto describe en ese momento como la persona más feliz del mundo. “Vivía a base de vino tinto, cocaína y salchichas alemanas, dormía en un catre y de la ducha solo salía agua fría”. (Añade que algunos músicos lo evitaban ya que al tener solo agua fría, nunca utilizaba la ducha).  En el transcurso de esos tiempos Iggy se mudó con su novia Esther Friedmann a su propio apartamento, reafirmando su independencia. Ejemplo de ello es la canción “Success”. Un día Iggy llegó al estudio temprano y la grabó con un toque de sencillez y nada de artificios, con una cadencia que nos hace sentir en un galope controlado. La letra es un monólogo interior de Pop en el cual habla sobre lo que significa el éxito (un coche, una alfombra china) que resultaría patético porque la historia lo llevaría por otro camino en el que no pudo darse esos lujos que había relatado en la canción.

El rey del rockanroll Elvis Presley le hizo una mala jugada a Iggy Pop, no fue nada personal ni premeditado, sino que tres semanas después del lanzamiento de Lust for Life el rey murió. El ascenso en popularidad y ventas del álbum se vio interrumpido abruptamente porque RCA se abocó al relanzamiento de la discografía de Elvis lo cual dejó relegado a segundo plano la difusión de lo nuevo de Iggy. La consecuencia fue que el disco se estancara en el #120 del Billboard norteamericano y en el #28 de las listas británicas.

Lust for Life es considerado como el punto más alto de la producción solista de Iggy Pop. Aquella temporada en Alemania de los 70 dejó un legado musical de altísimo calibre que refleja la capacidad creativa de una generación de artistas como pocas. Lust for Life merece el honor de clásico por su esencia disruptiva, desbordante, intensa y como retrato inseparable al espíritu de esa época.