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A 40 años del 'Faith' de The Cure

A 40 años del 'Faith' de The Cure

14/Abr/2021

Faith: ¿la promesa que nos hace existir?

La propuesta de Robert Smith, Simon Gallup y Lol Tolhurst no es tan distante de la de Sofia Coppola. En Marie Antoinette (2006), la cineasta reconstruye una protagonista que busca refugio en la decadencia. Se niega a ser un peón de las circunstancias. Con Faith (1981), The Cure hace una invitación explícita: susurra tu nombre en una habitación desierta y (re)plantea actos, sistemas y condiciones de posibilidad para la existencia humana.

La experiencia puede ser sofocante. La trampa está en descifrar las formas de enfrentar el vacío y hacer comprensibles las tragedias. Algunas personas se sienten amordazadas y optan por convertir las certezas en condiciones postergables. Quizá esa fue la génesis de la inconformidad de Chris Parry. Hacer de la vida algo personal causa malestar y —en muchos casos— asfixia. Ahí la intención de la versión de estudio de “The Drowning Man”.

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Las heridas no son mudas, pero llegan a ser incodificables. En una carta, una joven expresó que pudo nombrar la pérdida de su madre hasta que se dejó arrullar por “The Funeral Party”. Lo mismo sucedió cuando los hermanos Tolhurst se reunieron para despedir a Daphne, quien falleció a causa del cáncer.

Por esas fechas, la defunción abandonó su carácter sigiloso. Deborah Curtis buscaba los tickets membretados de Ian y en las calles se murmuraba la historia de cómo The Idiot (1977) se convirtió en el repertorio lúgubre de la escena musical de Mánchester.

A la par, Lol Tolhurst, Robert Smith y Simon Gallup deambulaban entre los mochileros que frecuentaban Bondi Beach. Hablaban sobre Fiction Records, lo mucho que detestaban las comparaciones con Kraftwerk y las circunstancias que motivaron la composición de Closer (1980). De estas pláticas surgieron “Primary” y “The Holy Hour”. En octubre de 1980 el público de Ámsterdam se unió a la conmemoración de la memoria de Ian Curtis. La purga de “Twenty Four Hours” se convirtió en una plegaria: kiss the ground before they pray.

El vínculo entre Joy Division y The Cure fue más allá de su coincidencia en The Marquee Club. La premisa que une a Faith, Unknown Pleasures (1979) y Closer es clara y tajante: los seres humanos nos empeñamos en llamar rumor a la única certeza que tenemos:

la muerte.

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El lanzamiento de Faith no generó gran discusión respecto al sonido. Desde un principio Robert Smith hizo pública su opinión respecto al coldwave. La prensa tampoco mostró gran interés en que parte del álbum se trabajara en Abbey Road Studios. El nomadismo de composición y grabación es un tema periférico. Muy pocos medios cuestionaron los viajes en carretera, la inspiración en el realismo mágico de Mervyn Peake, las contribuciones de Billy Mackenzie (The Associates), el trabajo con Fred Zylstra o la propia salida de Matthieu Hartley.

A pesar de que Faith fue antecedido por 121 fechas en 13 países diferentes, el éxito comercial no se consideró un elemento relevante. Para ese entonces ya se empezaba a hablar sobre la superación de la conocida “fórmula Beatles” y, además, el álbum no sobresalió por las estrategias de promoción, ya que solo contó con un single oficial: “Primary” (que originalmente se tituló “Cold Colours”).

Con Faith, la banda quiso dar un giro a las dinámicas de trabajo con la disquera. Tras el éxito de “A Forest”, los integrantes de The Cure se convencieron de que para sobrevivir a la industria musical “se necesitaba de la habilidad para surfear en un mar embravecido”. Sin embargo, rechazaron la propuesta de solo ser una banda de sencillos.

En este periodo la agrupación también decidió cancelar las presentaciones en Italia y Canadá. Su objetivo era experimentar con más instrumentos y con temas que demostraran que la filosofía era forzosamente un acercamiento a la intimidad.

Algunos periodistas se mostraron sorprendidos ante el tinte ‘religioso’, pues se sabía que Robert y Lol habían sido educados como católicos, algo poco común en la década de los 80 en el Reino Unido. Asimismo, ciertos diarios locales se escandalizaron ante la “manía” de Smith por la muerte. “No es una obsesión. Es una perspectiva”, sostuvo el músico en una charla con la revista francesa Best. “Creo que debemos manifestar las convicciones en las que creemos”.

I see you fall but still I strike you (...) kiss your eyes and finish your life

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A la clausura de la gira promocional de Seventeen Seconds (1980), Robert Smith se dio cuenta de que “el mundo era mucho más pequeño de lo que habían imaginado”. Su sentencia encontró eco en la composición lírica de Faith. Tal y como lo relató Lol Tolhurst, el álbum “fue una forma reemplazar todo lo que se les había enseñado”.

A lo largo de la vida se habla de la fe como un fin único de la religión. Se suele ignorar que el término está en discordia. A la fe se le aborda como acto, facultad, sistema y condición. De ella derivan preguntas sobre los tipos de realidad. ¿Es la fe la promesa que nos hace existir? ¿o es lo que nos prepara para sobrevivir a la claustrofobia de un infierno inexpugnable (Pornography)?

Lost forever in a happy crowd