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A 25 años de 'Ray of Light' de Madonna

A 25 años de 'Ray of Light' de Madonna

Experimentación y caminos inesperados para la reina del pop.

Dependiendo a quien le preguntes, el mejor álbum de Madonna está entre Like a Prayer y Ray of Light (quizás alguien más joven podría preferir Confessions on a Dance Floor). Lo que sí es seguro es que, de entre esos tres, el más aventurado, experimental y personal es su trabajo de 1998.

Envejecer para una estrella del pop es difícil, bien dice Taylor Swift que una mujer artista tiene que reinventarse muchas más veces que sus contrapartes masculinas si desea mantenerse relevante. Es un juego de jóvenes y, a finales de los noventa, una Madonna de 39 años tenía como competencia a sangre mucho más joven como Mariah Carey, Spice Girls, Backstreet Boys y NSYNC, así que probar fórmulas viejas no era la opción para su séptimo material discográfico.

El productor británico William Orbit y su sonido electrónico fueron la respuesta a su bloqueo creativo después de probar suerte con el R&B en sus dos álbumes anteriores. La experiencia, la maternidad y la espiritualidad fueron la columna vertebral del álbum Ray Of Light y su combinación dio como resultado su álbum más maduro, personal, cohesivo, experimental y aclamado por la crítica hasta la fecha, también le dio el primer premio Grammy de su carrera. 

El track titular se convirtió en insignia de la cantante, uno de sus temas más eufóricos y memorables con un sonido techno muy marcado y un video musical icónico que se hizo acreedor a un premio Grammy y ocho VMAs. En “Swim” y “Mer Girl” lidia con la mortalidad en oposición a “Drowned World/Substitute For Love” y “Little Star”, claros tributos a su hija recién nacida.



La espiritualidad es otro pilar de Ray Of Light, quizás la canción más evidentemente mística del álbum es “Shanti/Ashtangi” cuya letra es un mantra en sánscrito, inspiración de la reciente introducción de la Kabbalah, el hinduismo y el yoga Ashtanga en la vida de la cantante.


Madonna Ray of Light 1Foto: Mario Testino

“Candy Perfumed Girl” brinda un toque trip-hop con guitarra distorsionada al estilo de Garbage, mientras que en “Skin” quedan rastros de Erotica y Bedtime Stories. El pico emocional llega con “Frozen”, uno de los sencillos más desgarradores y brillantes de Madonna sobre amor no correspondido con un video musical excepcional y memorable, “The Power of Goodbye” es perfecta para seguirla en la lista de canciones con su letra sobre sanar y dejar ir, ideal para la playlist para superar a tu ex.

A mis tres años de edad yo era muy joven para apreciar este álbum cuando salió, pero afortunadamente lo hice mucho tiempo después en un momento de mi vida en que me ayudó a sanar heridas emocionales y, de paso, a bailar un poco. A un cuarto de siglo, sigue sonando fresco y es el momento perfecto para revisitarlo y valorar a Madonna en su mejor momento.

Que si ha envejecido con gracia, que si ya no es lo que solía ser. Mucho se discute sobre la reina del pop actualmente, pero lo que es seguro es que su legado ya está ahí para la posteridad y Ray of Light definitivamente es un álbum esencial del pop y la electrónica.