TELEBIT
Caída Libre

Caída Libre y aterrizaje seguro.

La palabra singularidad tiene dueño, y es propiedad de Telebit; el grupo latinoamericano de rock alternativo con cadencias chamánicas y fusiones electro-andinas que se abre paso en una nueva etapa. 

Después de 10 años de carrera el proyecto colombiano ha encontrado su lugar. Está claro que no es el  mismo desde su primer álbum (Primera Dimensión), pues el cambio y la evolución ha sido parte de ellos a lo largo de este camino. Es ahora, en Caída libre — su cuarto disco de larga duración— donde encontramos la sucesión de aquellas cadencias distintivas y propositivas, con sonidos arraigados a todo lo que los caracteriza. 

Esta colección de 10 temas alberga progresiones de synthwave y rock pop alternativo, aún con ese tinte electrónico tan característico (“Cuando Te Veo”, “Duele Si Te Vas”, entre otras). Por otra parte, nuevos terrenos explorados como lo son bases rítmicas y líneas de rap (“Vámonos” ft. Rap Bang Club), y la rigurosidad de la saturación (“Caída Libre”), sin dejar algunos elementos insignia como la ya mencionada fusión electro-andina ( “Alma”, “Coordenadas”) que persigue gran parte de la discografía de Daniel Acosta, Felipe Rondón y Nicolás García. 

En cuestión de atributos la lista se extiende, pues el trío expide madurez y un sonido más asentado en lo que respecta a todo el fondo y forma del disco. Sin embargo, pareciera estar compuesto en dos partes; La primera, cuya extensión va del track 1 al 5 y se limita a crear atmósferas simples: estructuras que en función de un buen tema sirven para dejar pegado al escucha con su riffs y progresiones melódicas adherentes, pero que en cuestión del espectro completo del conjunto colombiano, caen en un espacio liminal. 

En otra mano, la segunda, de la pista 6 a la 10.  Un umbral que imprime la huella digital de Telebit, pues remontan al aura sonoro de algunas producciones anteriores en esencia, y más específicamente en versatilidad. Con la implementación de elementos como samples, beats programados, la incorporación de una bandola andina, cuerpos corales, percusiones varias y esos fraseos de guitarra heredados de su pasado (Ciegos Corazones, 2017 - Doce Vientos, 2015). 

En pocas palabras, el disco es un híbrido en funcionalidad y sonidos base, ya que entrega al público melodías no tan arriesgadas, pero sí memorables, además de un sonido trascendente, que casi como un tatuaje, está ligado a sus composiciones anteriores. 

Han pasado cuatro años desde su más reciente LP y parece ser que hubo el tiempo suficiente para dejar en claro quienes son ahora. Caída Libre es una edificación sonora limpia a nivel producción y atinada, quizá no un hito en todo su catálogo, pero si un compilado que podrás recordar por un buen rato.