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Rise Against en el Pabellón Cuervo

Rise Against en el Pabellón Cuervo

Iván Lechuga
Vinicio Montero

Vinicio
Montero

17/May/2017

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Organización

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Ambiente

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Pabellón Cuervo

Artista(s)

El despliegue de la fuerza Rise Against.

La noche de ayer martes (16 de mayo) nos dimos la vuelta por el nuevo Pabellón Cuervo, en las inmediaciones del Palacio de los Deportes, para vivir en carne propia un concierto de Rise Against. Esta reconocida banda de punk-rock estará sacando Wolves, su nuevo material, al mercado el viernes 9 de junio.

Tungas inició la velada y, mientras la gente iba llegando (invariablemente ataviada de negro), el grupo mexicano terminaba su set que incluyó “Dicen Que Estoy Muerto” y “Retrato de un Hombre Invisible”, para darle paso al grupo de Chicago.

El cuarteto empezó, desde el primer segundo de su presentación, a arrancar los alaridos más fuertes del público, las palmadas mejor sincronizadas y, los coros más estruendosos. Era claro que desde “Ready To Fall”, el vocalista Tim McIlrath estaba decidido a hacerse trizas las cuerdas vocales. Es increíble escuchar en vivo los gritos de este hombre por 12 canciones… Admirable que todavía tenga el coraje para aventarse un set acústico en solitario al final.

Sonaron temas infaltables como “Satellite”, “The Good Left Undone” y “Help is on The Way”. Algunos de los presentes habrán notado que hubo números adicionales para esta noche; el setlist se extendió ligeramente a diferencia de las últimas fechas que habían tenido en Sudamérica. “Este es probablemente el mejor show de la gira…no le digan a los sudamericanos”, fueron las palabras de McIlrath, cerca del final (que, quizá escuchará algún sudamericano en YouTube).

Se interpretó con notable potencia “Blood-Red, White & Blue” de Revolutions Per Minute (2003). También se le agregó una canción extra al set acústico de McIlrath: “People Live Here” de The Black Market (2014).

“Metemos las canciones que todos quieren escuchar, unas tres nuevas y, a partir de ahí, nos damos un lujo y metemos canciones más desconocidas pero que nos gusta tocar”, me dijo Zach Blair en entrevista hace algunos días.

En efecto, parece que Rise Against se la estaba pasando bien y decidieron darse unos gustos sobre el escenario. Del álbum que ya viene (Wolves) se escuchó el primer sencillo “The Violence” y “Welcome to the Breakdown” (rola que todavía no se encuentra en las plataformas streaming).

Blair (guitarra líder) y el bajista Joe Principe se intercambiaban lugares a los costados de McIlrath. En los momentos exactos, hacían coros y pegaban brincos con todo e instrumentos. “Give It All” y “Black Masks & Gasoline” retumbaban las paredes…

“Que haces guey?”, me preguntó un vato a mi lado, al ver mis notas que parecen jeroglíficos. Debo de admitir que se ve raro andar con tablita de apuntes mientras tanta gente está prendida.

“Oh, nunca me imaginé que así se hiciera una reseña de concierto”, responde ante mi explicación, para después seguir saltando.

Las paredes del Pabellón Cuervo retumbaban. Y, con buena razón, ya que básicamente es un contenedor gigante de lámina metálica. El audio no la andaba sufriendo tanto con Tungas como con Rise Against. En general, como es de esperarse en un recinto construido con lámina, no es el mejor debido al tremendo eco que se genera.

McIlrath, con su guitarra acústica entre las manos, interpretó en solitario “Hero of War”, “Swing Life Away” y, la mencionada “People”. Siempre es interesante degustar el talento de un frontman cuando encara a su público con tan solo su guitarra y su voz. La potencia en la garganta seguía intacta; versos como “a hero of war…yeah, that’s what i’ll be” se sentían sinceros.

Rise Against se ha caracterizado por ser una banda contestaría y progresista. Por supuesto, no faltaron las menciones a Trump y al espíritu norteamericano en este momento. Los encendedores estaban prendidos por el ánimo fraternal del set acústico.

Todavía con hambre, la banda entera se subió para un segundo encore. Tocaron otros clásicos como “Audience of One” y “Savior” (la cual, el público venía pidiendo casi desde el principio).

La banda se despidió y mañana se va para Costa Rica. Cuando prendieron las luces, como al final de una buena película, algunos fanáticos traían los ojos rojos, pero rojos en serio (y, no por fumar hierbitas).

Nuestra entrevista con Rise Against quedará lista en unos días, estén pendientes. Por lo pronto, nos quedamos con los recuerdos e imágenes de esta tocada que se sintió (y sin afán de levantar polémica) como un tipo de aperitivo para el Warped que ya está a la vuelta de la esquina.

Iván Lechuga

REDACCIÓN:

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Vinicio Montero

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