Mount Kimbie
Love What Survives

Música que devela al compositor.

El nuevo álbum de Mount Kimbie tiene como premisa musical, lo tenue, lo sobrio, pero que conlleva dentro de sí una confesión introspectiva del compositor. El álbum demuestra que la música electrónica no tiene razón para saturarse de beats que colocan a la grabación al borde del sin sentido sino que es posible entretejer una historia desde una producción de este tipo.

La era post dubstep que se vive actualmente tiene como uno de los principales representantes a este dúo británico, pues comprenden que el crear experiencias sonoras siempre quedará por encima de generar un sonido plano y sin mayor gracia. Ambos al lado de cuatro grandes colaboradores, crean una atmósfera que va condicionando el nombre del disco a su contenido y no en viceversa.

Desarrollar un sonido propio, en una época donde la reproducción técnica supera al talento es complicado, sin embargo, en esta obra, el dúo desarrolla para sí un nuevo sonido que combina diferentes texturas musicales para una mayor correlación con su labor de productores musicales. Por ello, canciones como “Audition” y “Poison” parece que no tienen relación entre sí pero lo que ocurre es una relación de complementación que ocurre por medio de los opuestos.

“Blue Train Lines”, en colaboración con King Krule, mantiene una línea sonora sobria que se ve rebasada por la voz del colaborador pero ello le da la potencia que necesita para surgir como otra canción en la cual el hip hop y el dubstep se juntan para crear una experiencia única.

Punto y aparte merecen las dos canciones “We go home together” y "How We Got By" en las que el dúo trabajó codo a codo con James Blake, pues muestran una madurez sonora por parte de Mount Kimbie para no quedar opacado por la voz de Blake. Esta colaboración es realizada por los dos grandes exponentes británicos de dubstep, ambos comprenden que el concepto que rige un disco es más importante que generar sonido sin sentido.

"You Look Certain (I'm Not So Sure)" con la participación de Andrea Balency, es el punto contrario a lo presentado al lado de King Krule, ya que muestra una relación directa entre el sonido y la voz que genera un ambiente cordial entre lo musical y lo vocal.

La graduación sonora de los londinenses llegó con este disco, el cual está pensado para consolidarlos dentro de su escena y, al igual que Blake, llevar su sonido a otras latitudes y audiencias mayores. Un gran disco para una tarde de otoño, sobretodo si las producciones de James Blake son parte de tu soundtrack diario.