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El Camino Media / 2023
12/Jun/2023
“El disco debut de la vocalista de Veruca Salt es un espacio en el que su verdadero ser, sin juzgarse a sí misma y con un amor profundo por lo que fue, es y será”.
Quizás de tanto querer cambiarnos, no podemos estar y amar nuestro presente. Esta es la nota de Sleepwalker de Louise Post. Un disco en el que la vocalista de Veruca Salt explora su verdadero ser, sin juzgarse a sí misma y con un amor profundo por lo que fue, es y será.
Después de haber ganado relevancia en 1994 con “Seether” y “Volcano Girls”, su compañera de composición y voz, Nina Gordon, decidió emprender otro proyecto como solista en 1998. Desde ese entonces, Post se convirtió en el miembro constante del grupo de Chicago, hasta el regreso del lineup original en el 2013. Ahora viene con esta primera producción debut como solista, hecha de la mano de Matt Drenik.
El título viene de que cuando era niña, la cantante solía ser sonámbula y piensa que era una manera de su inconsciente para lidiar con los problemas entre sus padres. “God I Know” captura la esencia del LP, aceptando esa imperfección, a través de una guitarra acústica, un piano y una lluvia que va incrementando su intensidad. Lo que sigue en “Killer”, donde tiene guitarras explosivas que evoca el sonido característico que siempre caracterizó su banda y hace referencia a “People Are Strange” de The Doors en la melodía de la voz en la introducción.
Los dos temas introductorios, “Queen of the Pirates” y “Guilty” son oscuros y dramáticos, tanto que muchas veces se sienten como el soundtrack para las persecuciones de Rocky Horror Picture Show (1975). Los dos representan la culpa que tenemos por todas las cosas que nos pasan, que generalmente se deben a nuestro deseo de ser independientes y de lograr todo lo que nos proponemos.
Poco a poco, se hace más evidente que las protagonistas son las guitarras y la batería. “Don’t Give Up” tiene una que parece de The Strokes para representar el deseo de continuar con un amor que está por terminar. Esta temática es central en “Secrets” y “Hollywood Hills”, donde narran con pianos y guitarras acústicas la distancia entre las personas en la relación. Mientras que el amor profundo, a pesar de todo lo que ha pasado, está encapsulado en elementos dreamy en “All These Years”.
“What About” y “All Messed Up” son composiciones que integran pop/rock de los 2000, en un ritmo narrativo sencillo que cumple con el deseo que tenemos de cantar nuestros problemas para dejarlos ir. De esa manera Louise Post cierra Sleepwalker con “The Way We Live”, somos perfectos tal y como somos, solo nos queda descubrirnos con cada paso, no cambiarnos.
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Domino Recording Company / 2023
12/Jun/2023
Tras el lanzamiento de Ultimate Success Today (2020) partido justo a la mitad por el confinamiento, Joe Casey y compañía barajaban la posibilidad de un cese definitivo a su vida musical. Los meses siguientes entre distanciamiento, desasosiego y desfibrilaciones funerarias parecían remarcar la línea esta misma de finitud. Aún así, y aferrados a las intenciones de la madre del vocalista (QEPD), Protomartyr lograría condensar sus emociones para “encontrar la felicidad en un cielo sin nubes”. Esto a lo largo de los doce tracks que conforman Formal Growth In The Desert.
Grabado en los estudios Sonic Ranch (Tornillo, TX) bajo el cobijo de Domino Recording, el material nos presenta el nuevo rostro del cuarteto; afilado, ultrasensible y tan expuesto como las cuerdas niqueladas lo permiten. Las puertas se abren con el desgarre emocionalmente vago de “Make Way”, cortado y revolucionado casi inmediatamente por la velocidad al interior de “For Tomorrow”. El tracklist se desarrolla cercano en musicalidad a trabajos pasados, pero sin intención alguna de ignorar lo que ha pasado.
“Elimination Dances” nos hipnotiza percutivamente para recibir de lleno la embestida de nostalgia dentro de “Fun In Hi Skool”; “Recuerda… cuando las cosas estaban bien. Recuerda… cuando aún éramos jóvenes”. El álbum mantiene esta línea de emociones agridulces de principio a fin. Cada corte parece fungir como microexpresiones de un duelo aún mayor; culpable de querer mostrarse al mundo; liberado por alcanzar la sensibilidad de otros, a merced de sí mismo; tragándose su propia ira para extender la mano al cielo y agradecer tan buen servicio.
“Let's tip the creator.
Enriching our lives, wasting away.
Oh such a shame”.
Llegamos sónicamente hasta encontrarnos con “Graft Vs. Host” como columna vertebral del recorrido. El mensaje, antes solo sugerido, se vuelve todo cuanto nos rodea. Debemos forzarnos a experimentar felicidad aún después de la desolación. Pasando por el eco de tu madre a punto de extinguirse, entre el salvajismo de los tigres (“3800 Tigers”) arrasando con cualquier naturaleza, dudando sobre si puedes odiarte a ti mismo y aún merecer amor. Lo único que queda es masticarlo “Polacrilex Kid”, masticarlo hasta que puedas volver a ti
“Fulfillment Center” sirve como transición metafórica y musical, esto entre blasteos de shoegaze casi noise y la aceptación paciente entre las líneas de “We Know The Rats”. El estilo ligero y abrasivo de la producción (cortesía del guitarrista Greg Ahee) funciona perfectamente al acentuar el carácter del álbum, con la yugular apenas despejada para respirar en los soundscapes al fondo de cada track.
Formal Growth In The Desert nos despide con una arremetida final vía “The Author”, seguida de “Rain Garden”. El tiempo se mantiene antagonista, pero el amor nos ha encontrado. Ahora el decay del overdrive se diluye entre las texturas ascendentes, guiños a Coney Island, botellas de Baja Blast y la dulzura de una vida que continúa entre labio y labio.
“Oh my love, make way for my love.
My love, kiss me.
Kiss me before I go”.
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