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The Hives en House of Vans

The Hives en House of Vans

Estefanía Arreola
Sofía García

Sofía
García

19/Nov/2023

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House of Vans

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Frenesí, humedad explosiva y baile osado con The Hives en House of Vans.

El diccionario de la Real Academia Española –RAE– define la palabra frenesí como una “exaltación violenta del ánimo, especialmente de una pasión” y creo que esta es la mejor manera de describir los ánimos que se vivieron la noche del pasado sábado 18 de noviembre en el recinto skate predilecto de México con la llegada de la banda sueca The Hives al House Of Vans.

La cita fue a las 21:00 H, pero la gente con previo registro para el show comenzó a formarse a las afueras del palacio de las patinetas y los tenis con suela de waffle desde las 20:00 H, ellos –los más puntuales– fueron sin duda los más desesperados, porque el reloj marcaba las 22:00 H y los dioses del garage rock y punk rock aún no salían a escena.

Las manecillas indicaban las 22:10 H (cifra mágica según la numerología) momento exacto en que las luces del escenario se apagan, anunciando la llegada de The Hives al escenario luego de que un par de ninjas (literal, el staff vestido de negro y cubierto hasta los ojos como ninja) habían encendido los instrumentos que dormían sobre el stage.

Energía paralizante y euforia desbordada

En un estallido de energía, los acordes explosivos de la guitarra resuenan y Howlin' Pelle Almqvist emergió con su característico traje en blanco y negro propio de su último álbum 

The Death of Randy Fitzsimmons, incendiando el escenario con su carisma y estilo simplemente magnético.

Las emociones no podían estar más alto dentro del House Of Vans un día después de que The Hives ya se había presentado en el primer día del Corona Capital, pero como si fueran superhéroes del sonido y el slam, los suecos de mela rubia y con sudor en la frente parecían tener toda la pila del mundo.

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Howlin' Pelle Almqvist bautiza en español a la banda: “Los Jaivas”

“Cómo están mis chilangos, quien es su banda favorita, somos su banda favorita, somos Los Jaivas”, dijo entre risas el vocalista Howlin' Pelle Almqvist con un español  bastante bien fluido. Fue así que ante los primeros acordes, intensos y paralizantes, el público se lanzó al slam, al tiempo que se vieron volando botellas de agua, refrescos y vasos de cerveza, al tiempo que el garage rock se apoderó del recinto con las primeras tres canciones de la noche: “Modus operandi/ Main offender” y “Walk idiot walk”.

Entre la oleada de gente destacaron verdaderos fans de la banda, como Rodrigo Dorantes de 21 años, un chilango que bailó toda la noche con una máscara de luchador puesta, muy ad hoc a la vibra intensa y osada del recital en donde abundó la humedad, entre bebidas al aire y sudor, a la par que el casquivano vocalista escupió en el escenario su bebida, sí, así de alocado.

La interacción entre Pelle Almqvist y la audiencia fue eléctrica, al tiempo que la entrega apasionada de cada miembro de la banda fue evidente. Nicholaus y Vigilante lanzaron un sinfín de riffs afilados, mientras Dr. Matt y Chris mantuvieron el ritmo frenético que no demostró otra cosa más que su amor por la música, el baile y la incomparable conexión que tienen con la audiencia.

En cada oportunidad posible, Pelle, en su papel de maestro de ceremonias, interactuó con el público de manera juguetona, quitándoles sus celulares para que disfruten al 100 por ciento del show, a la par que desafió a los presentes a igualar su energía desbordante, llevando así durante casi una hora y media el concierto a un torbellino de sudor, luces parpadeantes y acordes explosivos, cerrando el show con "Hate to Say I Told You So" y “Tick Tick Boom”. Posteriormente, The Hives se retira del escenario, dejando un rastro de euforia y la certeza de que su legado en el rock enérgico está más vivo que nunca.

 

Estefanía Arreola

REDACCIÓN:

Estefanía
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Sofía García

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