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De una de las “Mecas” melómanas, con ustedes: José Unidos

De una de las “Mecas” melómanas, con ustedes: José Unidos

22/Ene/2014

Una gran amistad, de esas que se tienen que cultivar pensando en la cantidad de regalos que le pueden traen a uno de sus viajes por el mundo, ha procurado nutrirme siempre de música de nuestros hermanos vecinos al sur. La época de fiestas de fin de año lo llevó a varios sitios, uno de ellos fue Argentina, específicamente un lugar del que le dije: hermano, por lo que más quieras, visítalo y tráeme algo de ahí.

Una de las paradas de mi amigo fue Exiles Records, mítica disquera no sólo de Argentina, sino de todo Sudamérica; créanme que no exagero al afirmar que se trata de una de las “Mecas” para todo melómano. Inspirado en las tiendas neoyorquinas de los 90, Exiles vende materiales de hace medio siglo en adelante. Una verdadera chulada de maíz prieto, si me permiten que salga a la luz mi mexicanidad.

Entre las maravillas que les estaré compartiendo en este espacio, el cuate en mención me trajo una belleza digna de los mejores sonidos del post-punk clásico; ese que nos ponía a bailar entre el caos y la oscuridad, sin mucho eco, pero con violines y trompetas que le vuelven en algo tremendamente sui génerisJosé Unidos.

Integrado por Lucas Colonna (guitarra y voz), Andrés Ferradas (bajo), Juan Valente (guitarra) y Alejo Vintrob (batería), José Unidos es un proyecto lleno de intimidad. Su álbum Administración, que, cabe destacar, me llegó en cassette, resulta muy acertada para nuestros tiempos; se trata de una colección de canciones sobre la fuerza de ese acontecer diario que ordena, y desordena, nuestro día a día.

No les vaya a resultar extraño encontrarse con sonidos que les hagan pensar en The Smiths, Sonic Youth, The Clash e inclusive, por una tremenda y bien armada musicalización, nos pudieran recordar a The Coral. Es música que va directo a nuestra espina dorsal, atreviéndose a sacudirnos y aventarnos hacia un caos en el que lo único que queda es bailar y bailar.

Los 12 tracks bien valen la pena, no hay desperdicio. Uno puede adentrarse en los sonidos que si bien he descrito como oscuros y cercanos al punk, no dejan de sorprendernos con todo tipo de influencias que hacen preguntarme el viaje en el que se han de haber adentrado estos músicos.

¿Vale la pena escucharlo? Sin duda. ¿Seguiré compartiéndoles las maravillas provenientes del sur de nuestro continente? Afirmativo. ¿Mi amigo juzgará nuestra amistad por haber afirmado tan abiertamente que cultivaré nuestro lazo gracias a todos esos regalos que se trae bajo el brazo? Probablemente.