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Sebadoh o de cuando los viejos rockeros se defienden

Sebadoh o de cuando los viejos rockeros se defienden

14/Oct/2013

Con el paso de los años, un músico persistente se puede volver más o menos virtuoso de su instrumento; luego, si asume un compromiso con el oficio, puede ser que obtenga hallazgos como compositor. Es decir, todo lo que se refiera a la parte técnica se puede desarrollar y mejorar. Pero definitivamente lo que no se compra en la farmacia es la honestidad.

En la actualidad existen demasiados grupos y solistas que hacen denodados esfuerzos por mostrarse más sofisticados de lo que en realidad son. Vivimos en un tiempo en que la impostura es una herramienta para llegar a lo más alto de la fama. Lou Barlow ha sido un músico que por décadas ha demostrado que le importa, antes que nada, la autenticidad y su independencia que otra cosa.

No en vano se separó de Dinosaur Jr. y durante años no ocultó el resentimiento que tenía para con J. Mascis –quien siguió adelante con la banda-. Barlow creó su propia agrupación para decir lo que se le diera la gana e incluso cuando no encontró la manera de trabajar en colectivo arrancó una carrera en solitario en la que bajó el nivel de estridencia y apostó por el formato más convencional de la canción.

El caso es que logró limar asperezas con el guitarrista (a partir de 2005) y regresar a la formación original de una banda ruidosa que ya es toda una insignia del rock verdaderamente independiente. Ellos ya estaban allí antes del grunge. Tienen de su lado una vida entera rockeando y sin hacer concesiones a la industria. Saben imponer sus condiciones y ahora reciben el reconocimiento entre quienes fueron creciendo con ellos y son un descubrimiento avasallador para los más jóvenes. Son un trío de poder salvaje, atronador y desbordante.

El asunto es que en plena época de vena con los Dinosaurios se terminó un largo matrimonio con Kathleen Billius (25 años) y se vio en la necesidad de reactivar a su grupo de antaño (15 años sin actividad) para soltar todo lo que el trance le hizo sentir. Así fue cómo surgió Defend Yourself (Joyful Noise Records, 2013), un álbum que a algunos le suena menos desbocado que las primeras entregas, pero que en lo personal –y siguiendo a Barlow y compañía durante años- me suena completamente sincero y no carente de energía. De hecho, “I Will” es una canción contundente, directa, a la que le viene bien su lado pop para envolver el desolador asunto que trae detrás. Resulta un magnífico primer sencillo.

Poco queda del low-fi de sus inicios, el disco está grabado de manera impecable y lleno de canciones trepidantes: “Beat”, “Final Days”, “Oxygen” y el tema titular. Aunque pudiera pensarse que sería un grupo de canciones azotadas, no ocurre así; Lou pone la cara a los acontecimientos y tiene perspectiva de futuro.

Para todos los que amamos los buenos riffs y las estructuras melódicas, este es un disco reconfortante. Hay mucho de ese rock guitarrero de pura cepa –llámese hardcore, grunge o post-punk-. Nunca como ahora para recurrir a ese viejo eslogan de Miguel Ríos: “Los viejos rockeros nunca mueren”.