Algo liberador y hermoso.
Qué flojera revivir el viejo debate de si el indie rock es un género, una escena o un modo de producción. De momento, digamos que si el indie es una estética o un espíritu, es uno que se resiste a morir. El tontipop en español, ese que debe su esencia a Galaxie 500 y al C86, abanderado por bandas como Los Fresones Rebeldes y Los Punsetes, sigue vivo y arrasando. Hay algo en las guitarras jangly y en las letras sobre pantalones de pana que crea un sentimiento de nostalgia general por épocas que, quizás, ni siquiera existieron. El indie rock no se va a agotar, a diferencia de las entradas para el regreso de Las Ligas Menores, que se agotaron en cuestión de días.
La banda argentina, tan querida por el público mexicano, había tenido ya un éxito similar en su anterior visita a México, pero esta vez el clima era de verdadera ansia. Aún cuando el show empezó bastante tarde y mucho antes de que saliera a tocar Apartamentos Acapulco, el Foro Bizarro era un horno donde no cabía un alma.
Tras la presentación de la banda granadina, la agrupación argentina tardó todavía un rato en salir pero, cuando sucedió, la gente perdió el control. El Foro Bizarro estaba repleto de esa clase de mexicano argentinófilo y rockero que ha hecho a bandas como Él Mató a un Policía Motorizado (compañeros de sello de Las Ligas Menores) tan exitosas en México. Ayer, con desesperada alegría, le pedían a gritos a la banda canciones como "A 1200 km" y "Accidente", solo para recibir respuesta de otros miembros de la audiencia que los regañaban por sus peticiones, o les recordaban que esas canciones ya se habían tocado.
Y es que todos los hits llegaron. Es imposible negar que hay algo liberador y hermoso en el hecho de cantar a gritos coros sobre escuchar discos de Los Planetas con nuestro amor de secundaria. Eso fue lo que hicimos anoche. La crudeza en la producción de Las Ligas Menores (el famoso lo-fi) se siente distinto en vivo, cuando es el público el que canta las canciones. En algún momento, Anabella Cartolano pidió que le apagaran un reverb imperceptible.
El show no fue más largo de lo normal, pero lo cortas y rápidas que son las canciones permitieron a la banda tocar bastante material. Al final, tras una pequeña pausa, los argentinos volvieron para tocar el encore, "Renault Fuego". A veces puede parecer que ya hemos escuchado todas las variaciones posibles de Pavement, pero lo cierto es que una más no nos va a ser daño.