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Realizador de filmes como El granero (The Roost, 2005), La casa del diablo (The House of the Devil, 2009) y El fantasma de Madeline O'Malley (The Innkeepers, 2011), y director de diversos capítulos para las series televisivas Scream (2015), Wayward Pines (2016), The Exorcist (2017) y Them (2021); el cineasta Ti West ofrece en su nuevo trabajo intitulado sencillamente X (2022), un homenaje y deconstrucción de dos formas de cine marginales de gran apogeo en la década de los setenta, ambas producidas con presupuestos bajos y denostadas por un sector del público y la crítica de ese entonces (y de hoy en día): el cine porno y el cine slasher.
Situado en el año 1979, el argumento gira en torno a un pequeño grupo de actores y el crew de filmación que les acompañan, quienes guiados por su productor Wayne Gilroy (Martin Henderson), se suben a una camioneta y emprenden un viaje por carretera a una región rural y apartada de Texas, donde el empresario ha rentado una cabaña para rodar allí una película porno, esperanzado de convertirla en un gran éxito dentro de la industria de entretenimiento para adultos, al estilo de Las Vaqueritas de Dallas (Debbie Does Dallas).
Junto con el productor viaja su novia Maxine Minx (Mia Goth), una joven quien busca forjarse una carrera en el mundo de la actuación y el cine, y cree que actuando en las producciones de Wayne es como logrará abrirse camino. El equipo se complementa con Bobby-Lynne (Brittany Snow) y Jackson Hole (Scott Mescudi), dos experimentados actores porno los cuales sostienen un romance entre sí; RJ Nichols (Owen Campbell) director de la cinta y amante del cine de vanguardia europeo, con aspiraciones de hacer una obra mucho más artística de lo que Gilroy tiene en mente, y Lorraine (Jenna Ortega), una joven con un conflicto moral interno emanado de la naturaleza de la producción donde participa como asistente.
Todos ellos arriban a la decrépita cabaña, propiedad del igualmente decrépito, hosco y un tanto siniestro Howard (Stephen Ure) el cual vive acompañado únicamente por su también anciana esposa Pearl (interpretada en sorprendente actuación doble, por Goth), a quien la avanzada edad ha comenzado a afectarle la mente. En apariencia, la pareja vive de manera apacible y calmada en su desvencijado hogar, pero en la intimidad, y sobre todo por las noches, su realidad es otra. Y eso que oculta el matrimonio de tercera edad será el detonante de las acciones.
A la mezcla entre cine para adultos y cine slasher, se añade otro elemento el cual últimamente se ha erigido como un subgénero en el cine de horror, y deriva de la gerontofobia o el miedo que producen los adultos mayores y sus a veces impredecibles conductas que pueden ir de lo peculiar a lo inquietante. Ello ha sido tema de filmes como Profecía sangrienta (The Taking of Deborah Logan, EUA, 2014) de Adam Robitel; Los huéspedes (The Visit, EUA, 2015) de M. Night Shyamalan; Relic: Herencia Maldita (Relic, Australia-EUA-China, 2020) de Natalie Erika James; The Manor (EUA, 2021) de Axelle Carolyn, y La abuela (España, 2021) de Paco Plaza.
En el caso específico de X, lo anómalo se origina en las pulsiones naturales que la pareja de ancianos experimenta y las cuales, a causa de su avanzada edad, son incapaces de satisfacer. Ello los lleva a buscar opciones extremas, y de ellas emanará el horror, la violencia, y la posterior (y predecible) matanza perpetrada en contra del grupo de rodaje.
Argumentalmente, el largometraje busca ser un revival de las cintas setenteras pertenecientes a los géneros señalados anteriormente, llevando esta intención al terreno de lo formal: desde la recreación de época (vestuarios, peinados, lenguaje y diálogos aludiendo a referencias socioculturales de esos años, en especial cinematográficas), hasta echar mano de una fotografía -concebida por Eliot Rockett- cuyos colores, aspecto y encuadres evoquen a los de esos años. Lo mismo pasa con el diseño musical elaborado por Tyler Bates (creador de scores para variadas películas, programas de televisión, y videojuegos), quien hace mancuerna con la compositora y cantante Chelsea Wolfe (poseedora de un estilo que se mueve en los terrenos del gothic rock, el doom metal, y la música folk) para crear una banda sonora en concordancia.
Mención aparte merece su soundtrack el cual, aunque es muy discreto, permite crear una atmósfera evocadora de la candidez asociada con esos años. Ello queda patente gracias a temas como la pegajosa "In the Summertime" de Mungo Jerry, tema que contrasta con la melancolía y oscuridad de "(Don't Fear) The Reaper", uno de los hits de Blue Öyster Cult, cuyo sonido sin duda sería influencia para bandas posteriores como Ghost, por ejemplo. De modo diegético, Scott Mescudi y Brittany Snow (en sus papeles de Jackson y Bobby-Lynne respectivamente) ejecutan una versión acústica de "Landslide" original de Fleetwood Mac. E incluso se permiten un cierre de la historia un tanto humoroso con el tema “Bad Case of Loving You (Doctor, Doctor)”, interpretado por Robert Palmer.
El guión de X es, en realidad, una reelaboración de la obra emblemática de Tobe Hooper, Masacre en cadena (The Texas Chain Saw Massacre), filme seminal del género. Y en su versión, West juguetea con las reglas básicas de los slasher tradicionales, alterando unas y subvirtiendo otras, e incluso añadiendo elementos tenues que aluden a cierto empoderamiento de las protagonistas femeninas, aunque al hacerlo evita caer en los excesos de otras películas como Nación asesina (Levinson, 2018) o el último remake de Negra navidad (Takal, 2019).
Aunque obedecen a un propósito que se quiere innovador, no todas esas decisiones benefician al filme. Por ejemplo; al esmerarse en diseñar personalidades y un contexto más profundo para sus protagonistas más allá de lo que es usual en producciones de ese tipo, propicia un lento arranque de la historia y un ritmo igualmente ralentizado. O cuando revelan un vínculo entre uno de los personajes centrales y un predicador religioso omnipresente, quien sermonea por televisión y aparece continuamente a lo largo de la narración. Dicho vínculo no solo era innecesario para la trama, sino que se siente metido con calzador.
Pero con todos y sus fallas, X resulta un trabajo entretenido el cual, desde luego, derrama nostalgia setentera por todos lados. Eso sí, es infinitamente superior al reciente remake de Texas Chainsaw Massacre (La masacre de Texas en Latinoamérica), perpetrado por David Blue García y estrenado en Netflix este año.