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El Duque ha hablado: revolución sexual y daños colaterales

El Duque ha hablado: revolución sexual y daños colaterales

15/Dic/2017

Un análisis de la revolución sexual en el mundo de la música a través de la vida de la groupie Lori Maddox.

Este año las denuncias de acoso sexual en la industria del entretenimiento explotaron de manera sorpresiva con una pequeña chispa, pero un estruendo que llegó a todos lados. Revelaciones, polémicas, opiniones y sentencias han salido al aire, pero ¿de verdad sabemos qué hacer con toda esta situación?, ¿acaso tenemos todas las respuestas?

Podemos condenar figuras y arruinar carreras. Por primera vez como sociedad tenemos completo control, decidimos quién vive y quién muere. Es por eso que hay que hacernos esta pregunta: ¿qué hay de los pecados del pasado?, ¿los castigamos?, ¿los perdonamos o los olvidamos?

Hablemos de los setenta, específicamente de una desafortunada niña de catorce años que se convirtió en el juguete sexual intercambiable de los personajes más importantes de la música. En aquel tiempo el mundo parecía los últimos días de Roma y esa adolescente estaba en el ojo del huracán. Lori Maddox –una de las groupies más jóvenes de las que se tiene recuerdo– perdió su virginidad en un trío con David y Angela Bowie, una “proeza” para los que idealizan a los llamados rockstars. A pesar de lo difícil que pudo ser esa situación, solo era el inicio del camino, lo peor vendría después, producto de su relación con Jimmy Page. El guitarrista de Led Zeppelin la mantuvo encerrada por meses para evitar problemas legales, hasta que se aburrió y la desechó importándole poco lo que pudiera suceder.

Una niña con el corazón roto, saliendo a las calles tras meses de encierro, confundida, perdida y lejos de su familia ¿y a alguien le importó? Sí, pero más bien fue celebrado, como ella ha mencionado en repetidas ocasiones durante entrevistas. Todos querían conocer a la chica de secundaria dispuesta a todo. Ella siguió el juego por miedo o por despecho, no lo sé, en realidad no me interesa saber de lo consensuado, sino de la prudencia o tan siquiera cordura de los que la rodeaban.

Por otro lado, revisemos el contexto: principios de los años setenta, la revolución sexual está en su máxima expresión y el efecto del amor libre aún no parecía disiparse. Aunque este movimiento buscaba libertad, en realidad para muchos fue una etapa de descubrimiento, para establecer nuevos límites y para aminorar el rigor de ciertas normas sexuales. Con esto no justifico las acciones de ningún músico u otro personaje de aquel tiempo, pero sí el ambiente donde ocurrió todo y las nulas repercusiones que hubo. Considero que Maddox fue víctima de las circunstancias y me alegro que después de casi 50 años volvamos a poner márgenes en la conducta sexual para el beneficio de todos.

Perdonar las acciones de cada figura es un dilema que cada quien debe resolver, pero antes de tomar una decisión recuerden siempre observar el panorama y estar bien informado del contexto.