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Piedras espaciales mexicanas #CIFF2014

Piedras espaciales mexicanas #CIFF2014

15/Nov/2014

Asteroide

Sophie Alexander-Katz, Arturo Barba

Marcelo Tobar

México, 2014

Bolchevique!, Econcinema

Le dice “Tero” porque su papá le prohibió años atrás llamarla “Asteroide”, tal vez porque el señor sabía perfectamente lo que eso significaba: roca, restos, basura universal que lo único que hace es dar vueltas al sol, chocando con otros asteroides; se gastan, desaparecen… ¡están jodiendo!

Casi al final de este trabajo del incipiente cineasta Marcelo Tobar, Mauricio le explica lo anterior a su hermana, Cristina. Ella no llora, no hace gestos, entiende que su relación familiar está desgastada, rota, y que su hermano también está hecho pedazos por dentro.

Al principio, y durante los primeros 40 minutos de este filme, la historia no parece otra que la de una hermana que se fue al extranjero y lleva años allá sin importarle ni la muerte de ambos padres ni la vida atroz de su hermano, pero que regresa tras ser abusada por su marido español. Las cosas han cambiado: el hermano tiene una nueva novia y a Cristina le molesta, eso y que la chica lo esté encaminando hacia el bien (alejándolo de su alcoholismo, comiendo sano y haciendo caridad).

De pronto, la trama gira un poco, no sorpresivamente, y revela una historia familiar torcida, misma que por momentos funge como un climax que nunca saboreamos como tal: Mauricio estuvo en la cárcel por encubrir la culpabilidad de Cristina en un accidente en el que murieron varios jóvenes; sus papás la mandan a España para protegerla y ni uno ni otro han superado el trauma.

Vemos pues un panorama en el que la hermana odia a sus padres y el hermano tiene una vida jodida, de la cual pretende escapar con su novia 20 años menor, pero cuando Cristina regresa, logra alejar a esta chica mesiánica y revolver la vida semi arreglada de su hermano menor. También aprovecha para tirarse a su primo (con quien ya tenía historia incestuosa) en el proceso.

La película es lenta, pero no por eso aburrida, aunque podría recortarse en tiempo. La música es casi nula, y esto, a la par de la locación principal (una casa vieja, descuidada y sucia en Cuernavaca, más un Topaz 90 y ropa anticuada), crean una atmósfera triste, lúgubre y hasta cierto punto pesada. Vale mencionar que uno logra sentir lo jodidos que están, el malestar intoxica.

El director decidió dejar el final a la imaginación del público: Mauricio se pierde entre la maleza después de “perdonarse” con su hermana, y uno nunca sabrá si se aventó por un barranco o solo fue a admirar el paisaje.

La intención es buena, pero el filme no amarra; algunos diálogos salen sobrando, así como personajes que tal vez no eran necesarios; sin embargo, vale la pena reflexionar al respecto de la situación de la familia en nuestro país, pues no importa la historia que haya detrás de cada una, vivimos en un momento en el que hace falta la unión del núcleo de la sociedad.