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Wild O' Fest en la Carpa Astros

Wild O' Fest en la Carpa Astros

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Wild O’ Fest y la sorprendente invasión de los titanes del surf-garage.

Fuertes: así calificamos a nuestra extraña mutación que hemos aprendido a conservar. En la CDMX cada día es un nuevo reto. En medio de manifestaciones, la contingencia, cierres viales y transporte público insuficiente, somos fuertes, sobrevivientes en cuerpo y espíritu.

Tal pareciera que estábamos envueltos en un sábado cualquiera, donde el alma regresa a un cuerpo casi inerte que luchó por llegar al fin de semana y descansar de su entorno. Pero el calendario dice otra cosa. Cual si fuera un oráculo, señala que nuestro destino se encuentra en la Carpa Astros, que en muy poco tiempo se está convirtiendo en uno de los venues más importantes de la ciudad.

La primera edición del Wild O’ Fest organizada por Super Bookers reunió a algunas de las agrupaciones más importantes de la escena surf-garaje global. Un cartel conformado por The Sonoras, Los Moustros Del Espacio Exterior, Los Esquizitos, Lost Acapulco, The Fleshtones y Wau Y Los Arrrghs!!! logró establecer un perfecto equilibrio entre la difusión de futuras promesas nacionales y el interés por traer auténticas leyendas vivientes del género.

Con el gusto de recibir un trato amable desde el acceso al recinto, pasando por el filtro de revisión y la zona de acreditaciones, la organización se lleva las palmas por una labor limpia y notoria para todos los asistentes. La recepción corrió a cargo de Topanga Love & LoveMaker ofreciendo un interesante vinyl selector en la explanada de la carpa.

Posteriormente, The Sonoras fueron los encargados de abrir las actividades del festival con su “Surf Western Instro” como carta de presentación. Promocionando su primera maqueta Cuatro Vientos, pinta para ser una propuesta innovadora en un género que ansía contar con sangre nueva en sus filas. Oficialmente, daba inicio una gran fiesta donde luchadores anónimos, rocanroleros y garageros compartieron una misma pista de baile, gigante y majestuosa.

Había una amplia expectativa por ver a una agrupación que llegó desde Culiacán, Sinaloa, con un notorio crecimiento y una calidad indiscutible: Los Moustros Del Espacio Exterior pusieron a bailar a todo el público que poco a poco iba llenando los huecos que quedaban en la carpa. Canciones como “Alocadamente”, “Bule Bule” y un tributo a la icónica “Misirlou” de Dick Dale fueron una autentica explosión de alegría en una audiencia que ovacionó y agradeció a unos Moustros que reafirmaron no ser de este planeta.

No hay mucho tiempo para descansar. Contradiciendo la creencia que dicta que las cosas buenas tardan en llegar, las piernas de los asistentes se prepararon para un nuevo reto. Los Esquizitos salieron al escenario con toda su fuerza reflejada en temas como “El Planeta Sexual” y “Pum-Pum Bang-Bang”. Experimentales y viscerales, los originarios de la Ciudad de México fortalecieron la unión con sus fans bajo una misma premisa: “Adiós tristeza, hola botella de licor”.

El reloj seguía su pesado curso, el sol moría una vez más, pero el entusiasmo dentro de la carpa se mantenía intacto, así como el instinto de supervivencia por no ser aplastado por una ola de luchadores que se preparaban para afrontar un ritual de más de tres caídas, pero con limite de tiempo. Con un épico opening digno de una lucha estelar en la Arena México, Lost Acapulco comenzó su set en medio de gráficos del Dr. Alderete proyectados en las pantallas y contando con la presencia del gran Danny Amis en el bajo.

No podían faltar las clásicas “Surf Mongol”, “El Garage De Gina Monster” y “Acapulco Golden” que son garantía de un buen slam, donde se emulaba, por momentos, las maniobras de Santo, El Enmascarado de Plata. Un homenaje a “Demolición” de Los Saicos puso fin a la presentación de Lost Acapulco, dejando la inmensa pista de baile preparada para disfrutar de unos referentes directos del género a nivel mundial: The Fleshtones.

Con más de 20 álbumes grabados y giras por toda Europa y Estados unidos, los comandados por Peter Zaremba complacieron a sus fans más arraigados y cautivaron a muchos otros que se dieron la oportunidad de conocerlos. En todo momento agradecidos, la banda fundada en 1976 ofreció un show energético, repleto de saltos y alegría desprendida por sus integrantes.

Pero la hora se acercaba, la Carpa Astros se envolvía en una atmósfera de nostalgia -aquella sensación de no quererse despedir, de ver partir a alguien muy querido-. Cuando las luces se apagaron, un grito psicótico invadió el ambiente y la nostalgia se convirtió en locura, las gargantas se unieron en un solo grito que pronunciaba “¡¡si, si, si!! ¡¡El garaje ya está aquí!!” Fue así que las primeras notas de “Delincuente” repletas de fuzz anunciaron la entrada triunfal de los internacionales Wau Y Los Arrrghs!!!

El penúltimo concierto en la carrera de la banda originaria de Valencia, España, convirtió al venue en un auténtico manicomio. Liderados por Juanito Wau, un showman en toda la extensión de la palabra, hizo saltar y vibrar a todos y cada uno de sus fanáticos que a todo pulmón corearon todas las canciones.

Verdaderos himnos como “Nunca La Quise”, “Hey, Monstruo, Hey” y “Rey De Tablistas” reafirmaron por qué son una de las bandas más importantes de garaje-punk en el mundo. A su vez, con gran gusto, Juanito Wau resaltó la importancia de los asistentes mexicanos en la trayectoria y el éxito de la agrupación, no sin antes bromear y bailar con su característico estilo.

Pocas veces puede verse un show tan energético en sincronía con la fanaticada, un desplante de locura desenfrenada podía verse a lo largo y ancho del foro. No cabe duda: lo antes presenciado fue una digna despedida para un proyecto que sabe hacer bien las cosas, que se entregó a su publico y que dejará un legado que pocos podrán alcanzar.

Todo lo vivido se refleja directamente en los rostros de toda persona con la que cruzo mirada al salir. A lo lejos se oyen comentarios satisfechos, veo cuerpos cansados esperando un taxi libre, aquellos luchadores anónimos se pierden entre la gente. Ganaron todos la lucha diaria que nos consume de lunes a viernes, la que nos hizo mutar y nos hizo fuertes.