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20 años del 'Mechanical Animals' de Marilyn Manson

20 años del 'Mechanical Animals' de Marilyn Manson

La ópera especial de un extraterrestre en la tierra: Mechanical Animals.

Fue en la secundaria. Eso tiene sentido ¿qué acaso no es ahí cuando nos sucede la vida, lo que nos va a tejer por mucho tiempo, cuando la inocencia se encuentra consigo misma? Algunos de los discos más relevantes de nuestra vida, si es que son asiduos a la música, provienen de ese período. La historia que estoy por contar es de un chico que a la edad de nueve años descubrió una placa gris misteriosa que le hizo darse cuenta de hay sucesos inexplicables en la vida, un poco sin sentido. Este introvertido chico cometió un crimen en la secundaria relacionado con esa caja. Lo sé porque él me lo ha contado, apenado y orgulloso, un poco triste y también muy excitado.

Me contó que a esa edad su familia se mudó de casa, sus padres se divorciaron porque la agresión entre ellos había pasado los límites, se cambió de escuela y por lo mismo dijo adiós a sus viejos amigos. Las tardes de pelota en la calle cerrada habían llegado a su fin. Para evitar que deambulara por la calle su madre lo obligó a trabajar por las tardes en la tienda de su tía, “Abarrotes 15 de septiembre”. Mi amigo narra eso y le da un sorbo a su café. “No me pagaba” dice, el dinero se lo daba mi tía a mi mamá para que tuviéramos un extra en la casa.

Así que para no aburrirse memorizando los precios de los productos de la tienda tomó un disco “pirata” que había llevado su hermano y lo puso en el estéreo que tenía su tía, escogió este disco porque el nombre del grupo le llamó la atención, Marilyn Manson, The Last Tour On Earth. Un cruz ardía sobre un entorno cuasi negro en la portada, a esa edad cualquier símbolo que cuestione la autoridad resulta atractiva. “Ahí cambió algo en mí”, dice. Levanta la mano y pide más café. “Llegó mi tía y se quedó en la puerta entre molesta y sorprendida, me encontró aventando bolsas de frituras, empujando anaqueles y pateando cajas mientras Antichrist Superstar sonaba en ese pequeño reproductor de cedes”. Lo detengo y le aclaro que estamos aquí para hablar de Mechanical Animals y el crimen que cometió. “Todo tiene que ver”, dice.

Le traen otro café, lo mira y aclara: no tenía dinero y era imposible que me dieran para comprar un disco “original”, mucho menos de Marilyn Manson de quien mi mamá y probablemente también mi padre pensaba que adoraba al diablo, que era homosexual, que “gritaba” en sus canciones y que su música era un llamado para actuar con violencia.

-¿Hablas de Columbine?, le pregunto.

-Sí, responde. -El 20 de abril de 1999 Eric Harris y Dylan Klebold los estudiantes de la escuela secundaria de Columbine dispararon contra compañeros asesinando a 12 de ellos y a un profesor, dejaron 27 heridos y después se suicidaron. Como los chicos escuchaban a Manson, grupos religiosos y algunos medios vincularon el ataque directamente con la música de la banda. Música del diablo le decían mis papás.

-Manson tuvo que cancelar la gira del álbum para solidarizarse con las víctimas, el ambiente estaba muy tenso, un gira que para entonces ya había sufrido dos paradas. La primera parte, Mechanical Animals Tour, había concluido con éxito, pero la segunda al lado de Hole tuvo que cancelarse debido a los problemas con la banda de Courtney Love. Rebautizada como Rock is Dead Tour se detuvo por una lesión de Marilyn Manson luego de dos fechas y finalmente se canceló por la masacre.

“Cuando escuché el álbum”, dice mi amigo que toma una servilleta y se limpia los labios. “Fue un poco enigmático, como cuando despiertas y sientes que soñaste algo revelador. “¿Recuerdas esa sensación al resolver un problema de matemáticas? Fue muy parecido. Recuerdo poner el disco con su cobertura estampada como una pastilla con la palabra ‘COMA’, caminar hacia la entrada de la tienda y en los primeros tonos quedarme estático. Un sonido prístino, cristalino y espacial en “Great Big White World”, cuando termina la primera estrofa unas notas que son abandonadas en un silencio de la canción me dejaron sin aliento. En seguida la voz corta como una navaja lo hace al vidrio, el pasaje es acompañado por una guitarra que se escucha como una computadora descompuesta emitiendo sonidos propios”. Un artefacto digital averiado, digo.

“Solíamos amarnos, solíamos amarnos uno al otro”. A lo largo de la canción los riffs de guitarra y el sintetizador son fragmentos intercalados en protagonismo, dos trailers revasando uno al otro continuamente. Mechanical Animals es un concepto con dos historias; Omēga (“el último”), un alienígena asexual que aterriza en la tierra y se integra a la banda de rock The Mechanical Animals y se corrompe en medio de la fama y las adicciones; y la de Alpha (“el primero”) un nombre que describe al Marilyn Manson de la etapa final de la gira de Antichrist Superstar, el rockstar en decadencia tras un auge sorprendente. El álbum está dividido en dos partes, siete canciones de Alpha y siete de Omēga de manera aleatoria.

Mechanical Animals es glam industrializado, hard rock electrónico, es el álbum más logrado de un artista que conceptualizó una historia y le dio sentido. Producido por el propio Marilyn Manson (Brian Warner) con la ayuda de Michael Beinhorn, Sean Beavan y la consultoría de Billy Corgan (The Smashing Pumpkins) el disco no se parece en nada a lo que había hecho hasta entonces y no se parecería a lo que haría más adelante. La tercer placa de la banda forma parte de la trilogía publicada en orden invertido que comienza con  Holy Wood (In the Shadow of the Valley of Death) y finaliza con Antichrist Superstar. “Lo compré hace 20 años”, me dice. “Sí”, atino a contestar. -Salió al mercado el 15 de septiembre de 1998 cuando la alineación estaba formada por Twiggy Ramirez, Ginger Fish, Madonna Wayne Gacy y Zim Zum (quien dejó la banda luego que concluyera la grabación y fue reemplazado para la gira por John 5).

El sonido es un lenguaje inexplicable, pero fue traducido por un alienígena que cantaba a través de dispositivos digitales, con una tecnología hiperavanzada y que al marcharse de la Tierra jamás volvimos a saber de ella. “En ‘Speed Of Pain’”, mi amigo me detiene con un seña, pero yo quiero hablar del atípico tema en el repertorio de la banda, y comienza a recitar en español el coro de la canción: “cuando lo quieres se va muy rápido, pero cuando lo odias parece quedarse, recuerda, cuando crees que eres libre, el agujero dentro de tu puto corazón soy yo”.

Entonces yo también le digo una de mis frases favoritas del álbum, “no te amo pero voy a cogerte hasta que alguien mejor se aparezca”. -Robé el dinero, dice él. -¿Cuál dinero?, pregunto. -El dinero de la tienda de mi tía, con eso compré ese disco. Fui a la tienda de discos y pagué 120 pesos por él. Nunca lo había contado. Y nadie se dio cuenta. - Trato de pasar por alto el asunto y sigo hablando del riff de guitarra dentro de la balada electro-glam”Fundamentally Loathsome”, pero él no me hace caso. Insisto en que se trata de un rasguño dentro de la canción, una tragedia dentro de algo ya trágico. Pero él sigue sin prestar atención. Se levanta y se marcha. Veo su figura atravesar la puerta. me quedo un rato más.