Ya se comenzó a hablar sobre los mejores álbumes del 2014, entre los que se menciona a El Pintor de Interpol, al homónimo de Antemasque y a la última producción de Weezer. Pero de la penumbra salta Seeds de los neoyorquinos TV on The Radio, obligándonos a cuestionarnos nuevamente por el mejor LP del presente.

Un trabajo discográfico que inicia con un tempo up beat siempre es aplaudible. “Quartz” comienza sin pedir permiso alguno mientras se escuchan palmas. Más tarde entra el bajeo y el sonido adentra en una vibra que querrás nunca termine. El júbilo al escuchar la voz de Tunde Adebimpe cobran mayor importancia al recordar el camino que ha atravesado la agrupación.

Si esta quinta producción logra reflejar algo es madurez. Años después de la muerte de su bajista, Gerard Smith, los ya veteranos miembros plasman un trabajo que va de track en track sin problema alguno. Hasta “Could You” se escucha una cohesión impecable, que no va más allá de la agradable sonoridad a la que nos tienen acostumbrados.

Es cuando el marcador del tocadiscos indica la pista 4 que el álbum alcanza el pedestal que merece. “Happy Idiot”, primer sencillo del larga duración, logra ser el track más impresionante. Cobijado por un bajeo sutil y un beat de batería simple, la canción no necesita más. El mismo Tunde se escucha confidente al cantar un tema que debe convertirse en un clásico instantáneo, listo para cuantos soundtracks y compilaciones le pongan enfrente.

Como un vendedor que te convence de comprar su producto con cada palabra que menciona, “Test Pilot” llega a demostrar que la calidad no fue casualidad. Una pieza elegante, sin pretensiones, lista para cautivar a aquel que se atreva a meterse con ella. El ritmo enérgico quedó atrás, después de 20 minutos de escucha, la decisión de haber recogido Seeds del estante pasa a ser la más sabia.

En ocasiones con pianos envolventes y suaves cambios de compás como en “Ride”, en otras con una distorsión más retadora como en “Winter”, TV on The Radio se lo permite todo. Variado en influencias, más no perdido en concepto, el trabajo discográfico mantiene constancia en su idea. Caen los acordes acústicos en “Trouble” y el cierre con la rola que le da titulo al LP, misma que seguramente será consentida de los seguidores.

Como un parpadeo, 60 minutos pasaron. Convencido de que si no es el disco del año, por lo menos es un must del 2014. Los neoyorquinos demuestran su experiencia de más de 13 años en la escena musical y la madurez que les ha otorgado su trayectoria. Como semillas de un 2015 prometedor en la música indie, Seeds cierra el año de manera refinada.