Favoritos

Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.

155373
Tegan and Sara — Hey, I'm Just Like You

6

Tegan and Sara
Hey, I'm Just Like You

Sire / 2019

Artista(s)

Tegan and Sara

De vuelta al drama de la preparatoria con las gemelas Tegan and Sara.

Las hermanas canadienses Tegan and Sara no son extrañas a plasmar sus vivencias personales, líos amorosos y crisis de identidad en sus letras, de hecho esto hace que mucha gente se identifique con su música y que sus canciones tengan un lugar especial en el corazón de muchos, tanto de la comunidad LGBT como de prácticamente cualquiera que haya tenido el corazón roto alguna vez.

Para su noveno álbum de estudio recurrieron a la productora Alex Hope –quien ha trabajado con artistas como Troye Sivan, Broods y Carly Rae Jepsen-, lo cual nos habla de un seguimiento en esa línea popera que inició con Heartthrob en 2013.

Escarbando en el pasado

Para introducirnos a Hey, I’m Just Like You es preciso contextualizar un poco, este álbum salió casi a la par de un libro de memorias escrito por las gemelas, titulado High School.

Uno podría pensar: “¿no están muy jóvenes Tegan and Sara para andar escribiendo memorias?”, pero precisamente lleva ese título porque está centrado en sus vivencias durante la preparatoria, sus escapadas, experiencias con drogas, la relación con sus padres, corazones rotos y, sobre todo, la represión de su homosexualidad en aquel entonces.

Para escribir dicho libro, Tegan and Sara buscaron material en lo más profundo de sus baúles de recuerdos, lo cual incluía cintas de cassette con grabaciones precisamente que datan de su época de adolescentes en los 90. Con estas últimas se propusieron tomar la base de lo que sería su próximo disco, pero con una mejor producción de la que hubieran podido obtener en ese entonces.

Todos los caminos llevan aquí

Tomando lo anterior como punto de partida, el material discográfico tiene más sentido. Sónicamente es una amalgama de diferentes etapas del dúo, desde el folk de sus inicios, pasando por su lado roquero y con el pop más azucarado que nos han presentado en esta década y que está latente en todas las canciones.

El dramatismo de la adolescencia se puede notar desde los títulos de las canciones. Desde el arranque con “Hold My Breath Until I Die”, unas guitarras con coro y sonido ochentero un tanto minimalista son acompañadas por la vulnerabilidad y el dolor de no ser correspondido en el amor.

“Don’t Believe The Things They Tell You (They Lie)” es un punto clave, esta trata temas como problemas de identidad, así como la confianza y sinceridad con los padres en temas de drogas, relaciones y sexualidad. Plasman aquí la dificultad de ser tú mismo ante un ambiente que te juzga constantemente, “I don’t wanna be a liar /But I do it everyday”.

La balada de piano, “Hello, I’m Right Here”, es el momento más desgarrador y su  dramatismo es acentuado por una sección de cuerdas. El miedo a la pérdida es notorio aquí, “That someday, I will never see you again/ And you might not believe this, but you've changed me so much”, “it's so hard leaving you/ But maybe this was the only, only way”.

“I Don’t Owe You Anything” combina su lado acústico con el synth pop, mientras que “I Know I’m Not The Only One” lo hace con el roquero y este último hace mayor acto de presencia en el sencillo “I’ll Be Back Someday” de sonido más pop-punk.

Más en la vena pop de sus últimos discos, tenemos el tema que da nombre al disco y “We Don’t Have Fun When We’re Together Anymore”. La canción titular bien podría tratar sobre fraternidad o amistad, mientras que la segunda nos remite a los giros de la vida y cómo las personas pueden pasar de mejores amigos a completos extraños de acuerdo a los caminos que deciden tomar.

El momento más retrospectivo llega con “Please Help Me”, el tema más puramente acústico y que nos remonta a sus inicios, es reflexivo y filosófico. En él se preguntan qué pasaría, desde la perspectiva adolescente, si no pudieran alcanzar su máximo potencial, si desperdiciaran su vida y se convirtieran en aquello que odian.

Como en su disco anterior, dejaron lo mejor al último, “All I Have To Give The World Is Me” es la mejor canción del disco. Es hímnica, emotiva y perfecta para ondear los brazos en un concierto, contiene un mensaje de autoaceptación, -quizás con lo que más batallan los adolescentes- que se siente más que apropiado para finalizar este viaje.

Concepto sobre ejecución

Así que en general, Hey, I’m Just Like You es un disco en donde confluyen diferentes estilos, ¿entonces por qué se siente tan plano y olvidable? Es un caso en que el concepto es interesante, pero en la ejecución deja qué desear, me entretuvo más leer sobre cómo surgió la idea y el disco que la música misma.

Este álbum no es ni remotamente tan interesante como sus dos predecesores, ni contiene canciones tan memorables como sus ya clásicos del So Jealous o The Con. Más bien, en su mayor parte sientes que ya has escuchado estas canciones antes de las gemelas Quin y eso probablemente sea suficiente para fans incondicionales de Tegan and Sara, pero no lo recomendaría como punto de partida para primerizos en su música.