Tayhana
Tierra del Fuego

Tierra del Fuego es un disco que quema.

Todo empezó en la universidad, Tayhana se encargaba de llevarle la fiesta a sus compañeros, primero programando, después como DJ y por último dio el salto a la producción, así lo que empezó como diversión terminó en las pistas de baile alrededor del mundo. Perteneciente a NAAFI y una de las mentes detrás de HiedraH Club de Baile, la artista ha trabajado duro sacar a la luz su primer LP, Tierra del Fuego y ahora está al alcance de nuestros oídos. 

Oriunda de Argentina y radicada en México, Tayhana ha logrado encontrar en la mixtura de sonidos, su personalidad. Lo que podíamos encontrar de ella antes de esto; eran edits, tracks sueltos y algunos sets en vivo, suficiente para dimensionar lo talentosa que es, y que de alguna manera creó expectativa sobre lo que sería su primer larga duración. 

Tierra de Fuego es un juego de texturas, ritmos y velocidades. Dentro de él se puede percibir una narrativa que se va construyendo entre atmósferas y elementos contundentes, una narrativa que deambula por muchos lados pero que la rige los ritmos de Latinoamérica. 

“Some Days Back I Had a Happy Ending In My Grasp” es la canción con la que inicia el disco y es también una invitación a mover la cadera, de igual manera resalta “Presentimiento”, que parece ser una deconstrucción de una cumbia villera, “Hasta hoy” y “Quiero tenerte en mi boca”, resultan hipnotizantes, “Maravilla”, es rápida y muy bailable. 

La otra parte del disco de ninguna manera desentona, “Corazón lleno de mil inviernos”, “Conozco tu debilidad”, “Petrolera”, y “Te lamentas (FIN)”, redondean una interesante producción, universal y con mucha personalidad. 

Son casi 33 minutos de muchas cosas cosas, de algo que parece a veces cumbia, a veces circuit, a veces techno, a veces chicha, a global bass, media hora de lo que fuere pero que se agradece. Es un disco oscuro, bailable, un copy paste de lo que somos, de las raíces y de lo que hemos adoptado. 

Tierra del fuego es sinónimo de un debut acertado, sabroso, donde la música hace honor a su nombre y quema.