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Porridge Radio — Waterslide, Diving Board, Ladder to the Sky

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Porridge Radio
Waterslide, Diving Board, Ladder to the Sky

Secretly Canadian / 2022

Artista(s)

Porridge Radio

Sentir sin esperar ser comprendidos.

Experimentar lo humano es encarar todos los pequeños destinos de los que no podemos escapar; la incertidumbre, la ilusión del propósito, el jamás llegar a conocernos. La metralla de significados nos atraviesa hasta hacernos empatizar con los otros, abrazados por el caudal de la vida que nos espera. El concebirse cercanos es solo posible en la palabra, pero ¿cómo saber que somos comprendidos? Podemos escribir tesis sobre cada sentimiento sin nunca tener la certeza de la claridad en la mirada del otro, la comunicación es tan humana como imperfecta, sino imposible, pero en el tratar encontramos el arte.

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El tercer LP del cuarteto inglés llega a nosotros tras el caos vivido por la frontwoman durante los últimos dos años. Pasando por el desgarre del confinamiento, una ruptura amorosa y el diagnóstico de cáncer que terminaría por impactar en su estado anímico, resultando en los sonidos al interior de Every Bad (2021). Tras sobrevivir la colisión espiritual, Dana Margolin y compañía avanzarían bajo el cobijo de sonoridades menos estridentes, pero prendiendo fuego a lo melódico desde la garganta de la vocalista.

Waterslide, Diving Board, Ladder to the Sky  es un viaje intercorporal por las inquietudes de Margolin, tocando temas como la disonancia emocional, la duda individual, el terror a hallarse cercano, los celos, la angustia paralizante y la huida constante de la calidez compartida. Bien por sentir que no merecemos ser amados, que los defraudaremos eventualmente o porque hemos aprendido que en la soledad el día duele un poco menos.

Porridge Radio grita “I don’t wanna be loved (No quiero ser amada)” tras recordar el miedo a la muerte y pánico matutino al despertar. La instrumentación brinda un sustrato de calma perturbada al servicio del impulso en cada verso, el overdrive se presenta en compañía de lo sintético llevándonos entre chispazos de post folk, slacker rock y art punk. Sentimos el desenvolver del tracklist como una caída pronunciada y llena de asperezas, nublando nuestra vista entre el llanto y la complejidad de aquello que sentimos, abandonando toda noción de mutualismo para reventar los tímpanos de nuestros semejantes, sin buscar compaginar, solo pureza y expresión.

El álbum toma un giro ligeramente más luminoso hacia la segunda mitad, pasando de la lejanía emocional a la necesidad absoluta de ser uno con el otro, compartiendo piel y venas en el strum de cada acorde. Revolucionando cada sentimiento sobre sí mismo hasta hacerlo irreconocible desde cualquier otra perspectiva que no sea la pasión absoluta. Tracks como “End Of Last Year”, “Birthday Party”, “U Can Be Happy If U Want To” y “The Rip” parecen habernos preparado para el corte final, dando nombre al disco y tirando un himno de abandono como última voluntad.

No, no quiero un final,

pero tampoco quiero un incio.

Descender todo el camino hacia el infierno,

y elevarse devuelta al cielo”.