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Porches — Ricky Music

8

Porches
Ricky Music

Domino Records / 2020

Artista(s)

Porches

13/Mar/2020

Ricky Music de Porches: baladas pop que capturan momentos con sentimientos muy específicos como amor, confusión, enojo, alegría y tristeza.

Nuestros deseos y recuerdos son parte de lo que somos, de nuestra personalidad, de lo que soñamos, de lo que vivimos, de lo que sentimos, de lo que pensamos. Podemos guardar tantos como queramos, algunos permanecen para siempre, otros son eliminados y reemplazados, otros son tan fuertes que necesitan ser grabados físicamente en una fotografía, un poema, una pintura, un video, una canción; no pueden permanecer escondidos. Esto lo digo porque Ricky Music, el nuevo disco de Porches, se siente como una colección de 11 íntimas y detalladas baladas pop que capturan momentos con sentimientos muy específicos como amor, confusión, enojo, alegría y tristeza. “En estas canciones me escucho a mí mismo algunas veces desesperado por certeza, y en otros momentos, teniendo la suficiente perspectiva para reírme de mí en algunos de mis momentos más oscuros”, comentó Aaron Maine sobre este álbum. 

Para Maine, Porches es su historia de amor con la música, historia que se ha extendido desde el año 2009 y que nos ha entregado el sonido indie rock de sus primeras producciones Slow Dance in the Cosmos (2013) y Pool (2016), pasando por el synth pop de The House (2018), y que en Ricky Music se dirige hacia un nuevo lugar, un espacio que Maine nunca había explorado. El disco está lleno de anti-singles—como el propio Maine alguna vez llamó a su canción “Country”—yendo de un género a otro, bastante sintetista, combinando instrumentos diferentes, aun cuando las canciones son cortas. Prueba de esto son los 33 segundos del punk pop de “PFB”, el electro dance de “Madonna”, o la honesta “Wrote Some Songs”, donde el compositor reflexiona mientras canta sobre el sonido de un piano eléctrico y percusiones “cuando preguntan lo que he hecho con mi vida... grito, escribí algunas malditas canciones”, reafirmando su amor y vocación por la música. 

Cuando “Patience”—sencillo que Maine describe como “esa sensación de tomarse de la mano de alguien y saltar de un árbol, y todo lo que puedes hacer es reír del desastre en el que se han metido, mientras ambos dan vueltas en el pasto en un hermoso atardecer”—abre con un piano, inmediatamente se crea un entorno nostálgico acompañado de la voz de Aaron, al que se añaden texturas ambientales para después explotar con el ritmo de la batería y los sintetizadores, mientras al final se desvanece poco a poco con el suave casqueo de la guitarra acústica. Lo que dirige “Do U Wanna” son los coros y beats pegajosos, mientras Porches mira hacia él mismo para darse cuenta de la disparidad entre cómo le gustaría actuar y cómo actúa en realidad. “Solo quiero verte vivir, pero nunca quise hacer algo”, canta el artista. 

“Pienso que estaba tan perdido como enamorado”, comentó Maine sobre su estado emocional mientras componía Ricky Music. Las letras reflejan esa naturaleza que solamente se da al estar enamorado. En “Lipstick Song”, Aaron pone su única esperanza en un labial para poder alcanzar el amor de una persona mientras imagina su rostro. “Tengo la idea de que si pienso lo suficientemente fuerte, puedo hacerte aparecer como un espejismo...pienso en cuando nos conocimos...y cuando llegaste, te di un pequeño regalo...espero que te guste cómo luce en tus labios”, y mientras avanza la canción este trance se va haciendo más intenso con los riffs de guitarra. Este sentimiento se extiende a “I Wanna Ride”, donde al final de la canción, enredado en una atmósfera pesada y confusa, como cuando estás a punto de declararle tu amor a alguien más, Porches confiesa “Si estás ahí, y sé que lo estás, casi puedo escuchar nuestros gritos en la parte trasera del carro, sé que algún día voy a viajar contigo, quiero decidir contigo, algún día moriré contigo”.

En “Madonna”, Maine transforma su cuarto en una pista de baile inundada de sonidos techno y ritmos acelerados, donde él permanece en el centro cantando con desesperación “quiero ponerme en contacto contigo”, mientras la luna “cuelga de lo alto, como un gran jódete”. Las composiciones de Maine tienden a ser minimalistas, como “I Can’t Even Think” y “Hair”, dos canciones bedroom pop, donde la mayor parte del tiempo solo podemos escuchar una batería eléctrica y sonidos ambientales, respectivamente. “Fuck_3” es arrítmica, aquí es donde Porches toma un mayor riesgo en su estilo. El sonido de los instrumentos de aire le da una onda jazz que se acompaña muy bien con el piano. 

Ricky Music fue grabado en el departamento de Maine en New York, así como en Chicago, Los Angeles, y algunas ciudades de Europa mientras estaba de gira. Cuenta con la co-producción de Jacob Portrait de Unknown Mortal Orchestra y la colaboración de sus amigos Dev Hynes (Blood Orange) y Zsela, cuyas voces crean una armonía muy innata junto con la de Maine, como se puede escuchar en el bonus track “rangerover”, una canción indie rock que es melódica y confusa al mismo tiempo, así como peculiar en el catálogo de Porches

Cuando Aaron Maine anunció el lanzamiento de Ricky Music, comentó que “Porches puede ser una canción country, una canción bailable, una canción punk, una canción pop o algún intermedio”, creo que esto describe mucho la dirección que tomó el sonido de la banda en esta producción. Pero la magia de este disco está en que el artista logró capturar la esencia de los sentimientos que quería transmitir y las plasmó de forma sensible y pura a través de los sonidos y letras, es ahí donde está el encanto de Ricky Music.