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Judas Priest — Firepower

7

Judas Priest
Firepower

Sony Music Entertainment / 2018

Artista(s)

Judas Priest

Manteniendo vivo el metal con Judas Priest.

No cabe duda… la nostalgia vende. Y vende muy bien. Por ello, no sorprende que Judas Priest, la banda de heavy metal existente más longeva en el género, intente utilizar “la vieja confiable” y regresar a ese sonido que los caracterizó en los setenta y ochenta en su más reciente material, Firepower.

En éste, su décimo octavo álbum, los británicos regresan a las bases que los convirtieron en una de las bandas más representativas de la New Wave of British Heavy Metal de la mano del productor Tom Allom, quien no trabajaba con ellos desde Ram It Down (1988), y Andy Sneap, co productor y guitarrista quien tocará en el lugar de Glenn Tipton, quien no podrá hacerlo en las presentaciones por motivos de salud.

Firepower, deja atrás ese sonido épico y oscuro que intentaron imprimirle a Redeemer of Souls y Nostradamus –sus placas anteriores–, y retoma los riffs agresivos, guitarras estridentes y percusiones enérgicas que los caracterizaba. Al mismo tiempo que adaptan su música a lo que se está haciendo en el género hoy en día.

Entre sus canciones, destacan “Firepower”, por ser un inicio intenso y una gran introducción para los demás cortes; “Lightning Strike” que por momentos recuerda a DragonForce y lo más reciente de Iron Maiden; “Never The Heroes” por su lírica sobre la guerra y sus supervivientes; “Flame Thrower” por su sonido rockero; y “No Surrender”, por ser el corte que más se diferencia de los demás, generando un sonido único y agradable.

No obstante, a pesar de los cortes destacados, falta pulir ciertos detalles, como el track número siete, “Guardians”, que a pesar de funcionar como la introducción de “Rising From Ruins”, termina sobrando. O las pistas finales, “Lone Wolf” y “Sea of Red”, cuya calidad no se equipara a las canciones iniciales.

Firepower no logra igualar joyas como Killing Machine, British Steel o Painkiller. Sin embargo, es un disco que vale la pena escuchar, en el que finalmente se reivindica Rob Halford desde su regreso a la banda en 2003, con un sonido digno que obligará a hacer headbanging a todo fanático del género que se respete.

Con este material, Judas Priest demuestra que el heavy metal no está muerto y que, aunque este año no lograron ingresar al salón de la fama del Rock & Roll, lo logrará pronto.