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Florence and The Machine y más

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Florence and The Machine y más
Florence and The Machine y más

Island Records / 2015

Artista(s)

Florence and the Machine

Cuando la madurez y el éxito no son todo

En el nuevo disco de Florence and the Machine, la cantante británica vuelve con esa voz avasalladora para estremecer los sentidos, y si bien estamos acostumbrados a escuchar desgarradoras canciones de amor… y desamor, es ahora cuando Florence Welch retorna de la mano de Markus Dravs -quien anteriormente ha trabajado con Coldplay, Björk y Arcade Fire en sus más recientes producciones, mismas que han dado de qué hablar por su compleja composición lírica y poética, pues adopta temas sociales, amorosos, históricos-, para usar éste último como referencia en How Big, How Blue, How Beautiful, pues a lo largo de los 11 temas saltan al oído nombres como “St. Jude”, “Delilah”, y “What Kind of Man”.

El primer corte del disco inicia con “Ship To Wreck”, cuya soltura al inicio al sonido de guitarras retro, hace que suene agradable, ligera, el principio de un viaje que poco a poco se consume en la depresión y un corazón roto desde los ojos de Florence, que para su segundo track se convierte más en una “chica ruda” al sobrellevar su frustración amorosa en ires y venires de los riffs de la guitarra.

Para "How Big, How Blue, How Beautiful", tema que da nombre al material de Florence and the Machine, Welch busca hacerla sonar pacífica, pero al mismo tiempo magnífica al ritmo de las trompetas, encargadas de concluir un mini trip de casi seis minutos, objetivo que puede sonar familiar si se es fan de Mumford & Sons, o incluso la banda de Chris Martin, he ahí nuevamente la intervención de Dravs.

La desilución amorosa nuevamente arriba con “Various Storms & Saints” (nuevamente la referencia religiosa), canción que relata cómo es que recupera su autoestima y bueno, que prontamente lo sacará de su corazón (?) o “Long & Lost” con su “It’s too late to come home”, todo un down de sentimientos negativos y la típica superación personal, que al parecer últimamente es lo que impera en las artistas contemporáneas, pues cabe recordar el I Never Learn de Lykke Li, cuyo éxito fue tal, que incluso sus producciones predecesoras han quedado prácticamente en el olvido.

Cabe mencionar, que existen artistas como PJ Harvey o Adele, que normalmente hablan de estas cuestiones amorosas, e incluso Welch retoma a dichas canta-autoras para darle vida a “Third Eye”,“St. Jude”, “Mother” y unas cuantas canciones antes mencionadas, ¿pero qué hay de Lungs y su diversión a todo lo que da? Si bien hablaba del amor (tema del cual parece que ya no tiene nada que aportar a los músicos hoy en día), era de una manera más dinámica, bailable, Florence and the Machine era sinónimo de irreverencia a lo que la vida te pusiese en frente, con ritmos cadenciosos y por supuesto, LA VOZ.

Aunque en el tema de composición y melodías se logra completar el círculo esperado, además de reflejar la madurez no solo vocal, sino poética de Welch, es esa chispa lo que lo hace carente, el reflejo de que su éxito profesional es igualmente proporcional al fracaso en las relaciones, cosa que incluso puede llegar a decepcionar a todos aquellos que la conocieron con su primer álbum y quedaron prendados de “Dog Days Are Over” o “Hurricane Drunk”. No malo, no bueno, probablemente excelente, tan excelente como decepcionante, como un nuevo descubrimiento a los oídos.