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Entrevista con Julián Mayorga

Entrevista con Julián Mayorga

Entendiendo el lenguaje detrás de Julián Mayorga.

“Justo voy saliendo de mi clase de quechua”, son las palabras con las que se presenta Julián Mayorga con nosotros.

Antes de conectarse a entrevista, el colombiano residido en España, Julián Mayorga, estaba terminando de tomar clases de quechua en línea y ahí empezó la charla.

Me interesa el quechua porque muchas palabras que se hablan en Colombia provienen del quechua. La gente dice que es la lengua de los incas, como si fuera una lengua de hace 500 años y es una lengua que la hablan hoy las personas. Es la lengua de 8 millones de personas del mundo andino.”

Eso también pasa en México, usamos tantas palabras de nuestros antiguos idiomas mesoamericanos que ya se nos hace tan normal, a veces olvidamos de dónde provienen, pero así estemos conectados con nuestra raíces sin saberlo.

“Esos idiomas están vivos y me interesa lo que está cifrado, hay cosas entre las grietas de la globalización escondidas, sobreviviendo.”

Esas últimas palabras tienen mucho sentido cuando escuchamos su nuevo disco, pues Julián Mayorga utiliza un lenguaje muy exquisito y muy a su estilo.

Yo tenía una meta, había una luz iluminándome el camino en los últimos años y en concreto con este disco, yo quería hacer una música a lo contrario de global, ósea, una música local, como que estuviera escrita en un lenguaje que entendiera mi familia o mis vecinos.”

Y lo logró, el resultado final es un desquiciante sonido ultra personal, con letras que al escucharlas tienes que recurrir a búsquedas en Internet porque si no eres colombiano, y en particular de Tolima, será muy difícil comprender qué demonios está diciendo. Y eso lo hace un disco extremadamente bueno...

“Me interesaba hacerle pistola (.i.) a la globalización, a ese rollo de hacer algo que todo mundo entienda, que tenga un lenguaje universal. Entonces digamos, tiene que ver con estar lleno de códigos, buscar esos códigos que están por ahí, por debajo o entre las grietas. Yo creo que el disco está lleno de eso.”

Y es que es cierto, en Latinoamérica la mayor parte de la música radiable tiene un español neutro, que está bueno porque puedes conectar con hispanoparlantes de todo el mundo, pero también se pierde un poco la riqueza y la picardía de la jerga latinoamericana.

Para demostrar qué tan local es el lenguaje que usa Julián Mayorga solo hace falta leer el siguiente pedazo de letra: “Yo no quiero que me entrenen, yo siempre fui un paleto y aunque me he ido birlochando, nuestras cuchas siguen siendo sus mantecas.”

Si no terminaste de entender, el mismo Julián Mayorga nos explica qué demonios quiso decir en esa tremenda letra.

Paleto en Colombia es montañero, como cuando recién has bajado de la montaña a la ciudad, entonces eres como, ¿sabes?, ese rollo de decir campesino, pero como un insulto. Ahí quiero decir que vengo de un puto pueblo, ¿sabes?”.

Mayorga explica que “birlochando” viene de birlocharse, osea, irse “civilizando” o como dice él “cuando la chola se viste como cristiana” o el famoso cuando la mona se viste de seda.

“Y luego sigue: ‘nuestras cuchas siguen siendo sus mantecas’, que manteca es la mujer del aseo y cucha es mi vieja, nuestras viejas. La estoy cantando a los españoles, está muy puesta en mi contexto ahora. Es como decir que yo sigo siendo un man de pueblo y mi mamá sigue limpiándote al casa, ¿sabes?”.

“Con ‘Las Inmigratas’, yo acababa de terminar mis papeles de nacionalidad Española y estaba muy resentido por haber tenido que jurar lealtad al rey de España, una mierda espantosa. Históricamente es horripilante tener que jurarle lealtad a España, ¿no? Hay como una rabia contenida, entonces la canción también va por allá.”

Pero no todo es monarquía en España, también hay mucha música y artistas con gran corazón con quienes forjar una buena hermandad.

“Hay cosas que me gustan mucho, Severin Beata, quien participa en mi disco, hace una música de sintetizadores analógicos y es de los proyectos que me gustan más. También está Bala Raza, Roldán es muy bonito y hay gente colombiana también aquí, unos chicos que se llaman La Rueda de Madrid que hacen música tradicional de tambores y es muy chévere.”

Sus amistades allá son tan lindas que nos cuenta de otro proyecto llamado Estrella Fugaz, banda de su amigo Lucas, el tío que le presentó a su actual esposa… “Me tenía apadrinado”, cuenta risueñamente Mayorga.

Nos cuenta Julián que de niño su casa sonaba a música de Gilberto Gil, Chico Buarque. Por eso su disco nuevo trae muchos sonidos influenciados por ellos, pero ¿hay músicos brasileros de las nuevas generaciones que suenen hoy en día en su casa?

“¡Siiiiiii, tengo un moooontón! Hay una movida que es como la etapa siguiente, es el hijo de Caetano Veloso, Moreno Veloso, tiene este proyecto Los +2 que es él, Cassim y Domenico Lancelotti, y lo de Domenico Lancelotti es muy chevere, a mí me gusta mucho lo último que ha sacado.”

También nos cuenta que hay una banda que lo vuelve loco, que “es una cosa tan bonita y tan potente y tan sencilla también” dice Julián, una banda que se llama Passo Torto que está formada por chorros de músicos que “por separado todos son increíbles.”

“Un integrante de Passo Torto se llama Kiko Dinucci que acaba de sacar un disco que se llama Rastilho y es un discazo increíble.”

El nuevo disco de Julián Mayorga, Cuando tengo fiebre veo la cabeza de un leopardo magnifico, está muy calientito todavía y cada pedazo letra como cada segundo de música se amalgaman tan bien que es ultra recomendable de escuchar.

Pero si ya lo escuchaste, puedes ponerlo de nuevo hasta el infinito en lo que Julián lanza lo nuevo que tiene para compartir.

“Tengo una banda con un chico japonés que se llama Flash Amazonas, vamos a nuestro segundo disco este año. Con él hay una dinámica muy chévere que es muy como este disco de Café Tacvba, el Re, donde parece que hicieron una lista como de: vamos a hacer una punk, un son, un bolero.”

Julián Mayorga es un ser humano muy lindo y amable, tiene ideas muy locas y todo lo que hace musicalmente está empapado de todo su ser. Un proyecto tan natural y orgánico como este merece ser escuchado mil veces o darle una oportunidad siquiera.