Isidoro Pilsen: Rock, punk y música popular brasileña

El ser humano tiene cierta necesidad de explicarse toda y cada una de las cosas con las que se encuentra; así sucede con el arte y, en este caso, con la música. Buscamos un título o una letra clara que nos diga “de qué trata”, por eso en muchas ocasiones resulta refrescante encontrarse con algo que no está etiquetado, que, de alguna manera, está libre a nuestra interpretación.

Si bien las canciones de Isidoro Pilsen cuentan con nombre y letra, el hecho de que estén escritas en portugués significa algo positivo al momento de hacerse una propia interpretación de la propuesta musical.

La agrupación, un trío de la ciudad de Porto Alegre al sur de Brasil, surge en 2010 influenciada por sonidos provenientes del rock, el punk y la música popular brasileña. Con un toque muy característico, dotando de personalidad propia a los cuatro tracks que conforman el último EP lanzado por ellos en 2012, la música de Isidoro Pilsen es alegre y llena de energía.

Destacan los riffs bien armados, combinados con melodías y cadencias propias del indie rock ágil y lleno de guitarras, sin caer en un material sucio ni saturado. Se trata de una producción cuidada y limpia en la que resalta la voz de Josué, quien, sensible y visceral, logra una fusión positiva que engancha todos y cada uno de los tracks de este EP con el que han estado tocando en escenarios independientes de Brasil.

“Otário”, primer track del EP, es la canción más rockera del material, llena de guitarras y explosivamente energética. “Clube do Fracasso”, con tintes de folk y rockabilly, no se olvida de las guitarras aderezadas con percusiones sólidas. Por su parte, rockerona, pero también con el sello punk de la banda, “Senão” es probablemente la canción más visceral del EP. Completa el material la canción más brasileña, con la presencia de la bossa nova característica de la zona, “Procurando Graça”.

Para finalizar, podemos asegurar que este proyecto, integrado por José Orsolin (guitarra y voz), Adelino Bihalva (bajo) y Luis Bissigo (batería), bien vale la pena.