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Nancy Spungen, más que una groupie

Nancy Spungen, más que una groupie

A casi 40 años de la muerte de Nancy Spungen, desenvolvemos el mito de la musa nauseabunda.

Casi cualquiera que tenga nociones de historia musical conoce el nombre de esta mujer. Algunos la consideran como la culpable de la caída de Sex Pistols, otros como una de las figuras sexuales más importantes de la industria, e incluso muchos la toman como un símbolo feminista. Pero la única realidad innegable es que no se puede mencionar a Sid sin Nancy, al igual que fue una pieza importante dentro de la banda más grande del Reino Unido en la década de los setenta. Es fácil odiar a la estadounidense, pero logró pasar de ser una groupie a la imagen del punk, por lo menos para las mujeres, casi una virgen, quien surgió en el momento y lugar indicado, o por lo menos a la persona indicada.

Nancy Spungen tenía todas las de perder desde desde el principio, mudándose a New York a la escasa edad de 17 años, la escuela sin acabar y el dinero para solo una noche de hotel. La joven dejó atrás una vida en la tranquila Pennsylvania, donde ya tenía fama de ser agresiva y mentalmente inestable. Pronto, cuando se acabaron sus ingresos, empezó una carrera como stripper, que terminó en prostitución, dealer y finalmente groupie. Su trayecto en este ámbito fue difícil, pues muchas mujeres como Sable Starr le hacían la vida imposible por no representar la vida de una "seguidora", además de que era un ambiente muy competitivo. Según los comentarios de la gente, Nancy no mentía respecto a su vida, no alardeaba ser modelo y bailarina, sin ningún problema aceptaba que era prostituta.

Entre las conquistas de Spungen estuvieron David Johansen y Syl Sylvain de The New York Dolls, los integrantes de Ramones e Iggy Pop, que le dieron gran fama y la posicionaron en los puestos más altos. Su logro más grande en Estados Unidos fue irse de gira con Aerosmith, aunque fue con los miembros The Heartbreakers –primero Johnny Thunders y luego Jerry Nolan– con los que hizo su gran viaje a Inglaterra, siendo después abandonada por la agrupación de Richard Hell.

A pesar de no ser muy comentado, la primera conexión que tuvo Nancy Spungen con los Sex Pistols fue cuando pasó dos noches en la cama del vocalista Johnny Rotten, aunque él solo quería a alguien con quién hacer tonterías en la calle y no precisamente para tener sexo. Cuando Rotten se aburrió la desechó al momento y fue rescatada por Sid Vicious, con quien iniciaría una una polémica relación que acabaría con un trágico final.

En esos tiempos, Sid Vicious era alguien paranoico debido a las drogas, lo que desmiente el mito de que su novia lo enganchó. El bajista tenía muchas dudas acerca de su sexualidad y fue con Nancy cuando pudo descubrir ese lado. Quitándole ese gran problema, el músico obtuvo más confianza y dio paso a su actitud agresiva y desinteresada, razón por la que es famoso, ya que no tenía idea de cómo tocar un instrumento. Las peleas arriba o fuera del escenario eran algo recurrente, pero siempre que se veía en desventaja numérica Nancy salía a su rescate, a diferencia de sus compañeros que seguían tocando.

Cabe mencionar que Nancy no fue en realidad la culpable de la caída de Sex Pistols, simplemente estaba en el ojo de la tormenta. Sid no era alguien que pudiera tomar decisiones por su cuenta, o seguía a Rotten o a su novia, eso era lo que causaba tensión, una lucha de poder por el showman de la banda. También el fracaso en su gira por Estados Unidos poco tuvo que ver con su pareja, pues la mantenían tan alejada que Sid Vicious se acostó con un transexual por su parecido a ella.

Todo terminó para la groupie más famosa cuando un día como hoy pero de 1978 fue hallada muerta a los 20 años en el enigmático Chelsea Hotel, apuñalada en el baño por la navaja que Dee Dee Ramone le regaló a Sid durante su visita a New York. Pero Spungen ya tenía la fama de Marianne Faithfull o Pamela Des Barres y su asesinato solo la convirtió en una figura con carácter de mito. Bajo sus propios medios Nancy tuvo un ascenso tan enorme enorme como fugaz, algo casi imposible y que no se recomienda repetir.