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A 10 años del 'Feel It Break' de Austra

A 10 años del 'Feel It Break' de Austra

Cuando la pista de baile se volvió oscura y meditativa.

Katie Stelmanis había cautivado algunos oídos con el proyecto solista que llevaba su nombre. Y aunque a la fecha, la gente identifique la propuesta como solista, Austra (con una única integrante fija) podría ser más un proyecto colaborativo, eso sí, dónde todos están al servicio de la canadiense. Con una voz que navega entre lo operístico y el “deadpan”, letras llenas de intensidad y una electrónica que mantenía lo inusual a la hora de invitar al baile, todo eso se escucha en su debut Feel It Break.

El disco es clásico en el sentido de que, pese a que sus producciones siguientes navegan por caminos de mucha más empatía con la melodía, Feel It Break sigue siendo la mejor entrada al mundo de este proyecto, oscuro, electrónico y pop a partes iguales.  El disco se grabó en la computadora de Stelmanis, quien realizó los demos de todas las canciones que más tarde tuvieron algunos arreglos aquí y allá por parte de sus entonces integrantes Maya Postepski y Dorian Wolf. Pese a que es una labor un tanto “de equipo”, la belleza de la obra radica en la voz de Katie, capaz de ir a lo más agudo y grave de su registro, con una soltura que espanta y perturba, debido a unas letras que navegan entre lo siniestro, lo metafórico y lo ingenuamente juvenil.

El disco nació como una colección de 11 temas, pero debido a todo el hype que la banda ganó, en su mayoría gracias a sus impresionantes directos, provocó que el álbum tenga forma final en 19 tracks. Muchos escuchamos primero “Beat and the Pulse” con su secuencia electrónica constante mientras la voz clama por la llegada de un cambio, una ruptura que pide a gritos ser percibida. El mejor track lleva por título “Lose It”, es uno de los temas más difíciles compuestos por Stelmanis y refinado por la banda, originalmente no tenía coro hasta que llegó la sección de voces siniestras que acompañan al tema, una oda al amor que está a punto de perderse y una de los pocos temas que sintetizan la propuesta musical que ha ido desarrollando a través de su carrera.

“Spellwork” es quizá uno de los sencillos menos valorados por la crítica y el público, un tema para la pista de baile, oscuro y lleno de una carga sexual intensa, que navega en un registro más grave dando destellos de energía luminosa durante el coro. Las letras siempre hablan de una relación, pero constantemente en sus fases más intensas; ya sea traición (“Darken Her Horse”) ruptura (“The Horse”) o de encuentro casual (“The Choke”). En “The Noise” la voz de Katie llena toda la habitación, se deja casi desnuda pero nunca vulnerable, al contrario, terminó siendo una de las joyas escondidas del disco y el cierre de la primera parte. Una prueba de que, aun despojando al proyecto de su sonido, la voz lo podía mantener de pie.

Del disco dos, la mayoría de los temas destacan de manera menos homogénea que la primera parte, pero existen bellezas escondidas como la semi acústica “Pianix”, o el combo de baile que son los tracks “Identity” y “Young and Gay”, que ya anticipaban temas mucho más complejos, pero con la búsqueda de movimiento que ha entregado la compositora a lo largo de esta aventura.

El día de hoy Austra es uno de los grupos consolidados de su país, aun navegan entre la popularidad y el culto, pero Stelmanis suena más libre con cada nuevo experimento. Hoy Feel It Break, suena como un mapa de ideas que en conjunto plasmaban una visión musical ambiciosa, que poco a poco se ha ido puliendo con el pasó de los años. En algún punto Katie escribía con la intención de hacer reflexionar a su público, luego pensó que además los quería hacer bailar, y vaya que lo logró. En uno de los presskits de aquella época, su autora proclamaba de manera un tanto extraña que quería hacer algo clásico, pero que provocara que el escucha se perdiera en el viaje, “una experiencia más física”, al parecer muchos siguen aún en el trayecto a su lado.