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El Duque ha hablado: Los nuevos saqueadores de la industria musical

El Duque ha hablado: Los nuevos saqueadores de la industria musical

09/May/2018

El caso Tidal es una oportunidad para poner en evidencia el fraude de clics en servicios de streaming.

Después de años en los que la piratería fue el principal enemigo del mundo de la música, los servicios de streaming parecían ser la solución, por lo menos para las grandes disqueras, ya que los artistas siguieron sin gran apoyo monetario. Pero ahora, parece que el supuesto remedio se nos ha volteado en nuestra contra y es mucho peor de lo que podemos imaginar.

Hace poco Tidal, plataforma que el rapero Jay-Z le compró a la compañía Aspiro por 56 millones de dólares, fue acusada de falsificar sus números de streaming en los últimos lanzamientos de Beyoncé y Kanye West. Estas son malas noticias para la compañía, ya que un escándalo así podría llevarlos a la quiebra. Debemos recordar que el proyecto del estadounidense ha sido noticia en repetidas ocasiones por sus descomunales perdidas, primero cuando confirmaron un déficit de 28 millones de dólares en 2016 y recientemente con una crisis de 44 millones, lo que llevó a la venta de un tercio de las acciones a Sprint. Ahora, que el servicio se mantiene a flote con patrocinios como el de Vodafone, la controversia y pérdida de credibilidad podría alejar a todos sus colaboradores.

El futuro de Tidal es incierto, pero gracias a esta noticia, se ha destapado la cloaca del clic fraud, un problema en todos los servicios de streaming, pero que ha sido subestimado y hasta negado por muchos para evitar investigaciones. Entender la gravedad de esta situación es difícil, y para eso es necesario explicar cómo funciona el pago de royalties en la red de transmisión digital: Todo se hace sobre una base por flujo. Primero se juntan los pagos de los clientes y después se distribuyen entre los músicos dependiendo de su popularidad y número de reproducciones.

En el caso de Jay-Z, este alteró los números de Beyoncé y Kanye West para beneficio económico, quitándole ingresos a otros artistas para dárselos a su esposa y amigo. Tal vez fue una estrategia para salvar su plataforma o aminorar una crisis personal, pero sigue siendo fraude y una traición para bandas e interpretes, ya que el objetivo de Tidal era darle una retribución justa a los músicos por su trabajo. Pero otros servicios de streaming también sustenta este tipo de estafas, ya que hay una considerable cantidad de artistas ficticios que suben canciones sin relevancia, pero crean bots que les dan suficientes reproducciones para mantener un perfil bajo y obtener ganancias significativas. 

Algunos portavoces de estas compañías han dicho en repetidas ocasiones que cuando encuentran muchas escuchas en una canción o disco, investigan a los usuarios y al artista y los dan de baja del servicio. Pero esta no es una solución, ya que es muy fácil crear estos bots y es relativamente sencillo tener un perfil de artista. Lo mejor para los servicios de streaming sería aumentar los requerimientos para subir música y darle seguimiento a cuentas recientes.

Mientras tanto, la compra de discos y descargas digitales aún son una opción; eso o seguir en servicios de streaming, pero sabiendo que tu dinero irá a programadores parásitos y no a tus artistas o bandas favoritas.