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Entrevista con Matthew Heineman

Entrevista con Matthew Heineman

06/Jul/2015

Adentrarse en la Tierra de Cárteles  

Secuestros, extorsiones, ejecuciones de personas inocentes, y la nula reacción del gobierno, llevaron a que el pueblo michoacano, encabezado por el Dr. Mireles, se levantara en armas tratando de ponerle fin al violento accionar de los Caballeros Templarios. Del otro lado de la frontera, en Arizona, ocurrió algo similar: primeramente motivado por el odio contra los ilegales mexicanos y, eventualmente alerta de la implicación del narco en la trata de personas, Tim “Nailer” Foley comanda un esfuerzo civil por prevenir el esparcimiento de la violencia en suelo americano.

“Empecé a filmar con el grupo de vigilantes en Arizona, después de algunos meses mi padre me envió un artículo sobre las autodefensas michoacanas y en cuanto lo leí, supe que quería crear una narrativa paralela sobre estos grupos de ambos lados de la frontera luchando en contra de un enemigo en común”, comentó en entrevista el director norteamericano Matthew Heineman sobre la génesis de Tierra de Cárteles (Cartel Land), el cual sigue de cerca la lucha de Mireles y Foley.

Con el objetivo de contrarrestar la glorificación de la narcoviolencia y hacer “un documental visceral sin caras parlantes ni expertos sino con las cámaras puestas en medio de la acción, para así ver la realidad, lo que sucede en el terreno”, Heineman decidió adentrarse en uno de los estados más peligrosos de México, así como en una zona sin ley de Estados Unidos, y consecuentemente arriesgar su propia vida.

“No soy un reportero de guerra, nunca había estado en situaciones similares, por lo que fue muy difícil. Nunca imaginé que me iba a encontrar en medio de balaceras entre el cártel y los vigilantes o en laboratorios de metanfetamina y lugares para tortura”, dijo el director.

El resultado es uno de los filmes más intensos y desgarradores del año, con secuencias que ponen - aunque sea por un momento - a las autodefensas como los justicieros que desean ser (esa redada donde aprenden a dos Caballeros Templarios), aunque eventualmente un desenlace desolador aparece casi de forma natural.

“Pensaba que era una historia del bien contra el mal, tipos en playeras blancas (autodefensas) luchando contra tipos en playeras negras (el cártel). Después pasaron los meses y me di cuenta que la situación era mucho más complicada, que las líneas entre el bien y el mal eran borrosas y eso me fascinó”, confesó Heineman.

Tierra de Cárteles deja en claro que el “ciclo” de horror no tendrá fin en un futuro cercano. Más allá si las autodefensas han pasado a formar parte del gobierno e incluso del narco (o del llamado “narcogobierno”), el dolor que ha dejado la violencia es imborrable.

“Para mi el momento más aterrador no provino de las balaceras. Fue cuando estuve con una mujer joven, quien fue secuestrada junto a su esposo y describió los horrores de lo que presenció: ver a su marido ser cortado en pedazos y quemado hasta la muerte frente a ella. Ahora la joven tiene ojos vacíos y parece que su alma fue removida. Pensar cómo los seres humanos le hacen esto a otras personas… se quedará conmigo para siempre”, reflexionó el cineasta.

Este documental forma parte del Programa Oficial de la XVIII edición del GIFF (Guanajuato International Film Festival) 2015.

Fotografía Matthew Heineman: sinembargo.mx