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Entrevista con Matías Meyer

Entrevista con Matías Meyer

03/May/2016

El cineasta mexicano contempla el espacio que ocupa su último trabajo, Yo, dentro del panorama contemporáneo del cine mexicano.

"Lo que veo un poco es que ya hay un tipo de cine –mexicano– que se está agotando. Se ha definido por haber sido hecho en un cierto periodo de tiempo, en un cierto momento, que tiene que ver con una reacción. Por ejemplo, el cine que se le denomina contemplativo: Reygadas, el de Amat [Escalante], el mío también ha sido considerado así, lleno de planos secuencia… Creo que ese estilo ya topó con pared”, comentó el director mexicano Matías Meyer.

En entrevista para Indie Rocks!, el director reflexiona si el tipo de cine de autor que ha sido tendencia en México durante más de una década –y que le ha traído reconocimiento a nivel internacional– está a punto de terminar un ciclo, y dar paso a una nueva estética en los próximos años.

“Ese tipo de cine con, uno, planos largos, y dos, actores no profesionales, es, en mi opinión, una reacción anti telenovela, anti rostros que ves en la publicidad, tratando de ser más verosímiles a nivel físico sobre quién es el mexicano. Se castean personas que normalmente no ves en las telenovelas. Son otro tipos de rostros y otros tipos de piel. Y en cuanto al ritmo pausado, creo que fue una reacción en contra del MTV de los 90 que machacaba los cortes, con planos que no duraban más de 2, 3, 4 segundos… Y ahora, después de 10 años o 15 años, después de Japón [de Reygadas], eso ya se está terminando, ya hay directores que hicieron ese cine, y que van a intentar buscar hacer otra cosa”, dijo Meyer.

Matias Meyer 1

Paradójicamente, el último estreno de Meyer, titulado Yo, sigue utilizando los planos de ritmo pausado, así como las actuaciones de actores no profesionales, como el personaje principal, interpretado por Raúl Silva, a quien castearon en las afueras del Metro Copilco. A pesar de que Meyer vislumbra un nuevo rumbo en su propio trabajo, habla sobre las dificultades y placeres de trabajar con un elenco amateur.

“Creo que con preparación se puede lograr cualquier cosa. En este trabajo [Yo] no había diálogos muy largos, verdaderos parlamento. En la película anterior [Los Últimos Cristeros de 2011] actuaron campesinos de Los Altos de Jalisco. Fue un reto porque muchos ni leían, fue un trabajo donde los ayudé a memorizar”, dijo el director.

¿Ensayas mucho?

“Para Los Cristeros cuatro semanas antes empezamos [a ensayar], tampoco quiero ensayar de más -que sonaran acartonados, como un perico repitiendo-. Me acuerdo que una vez hicimos un día de prueba en el Ajusco. Eran 4 o 5 actores. Los trajimos para que vieran cómo iba a ser la maquinaria del cine, los tiempos muertos que había. A veces les tocaban parlamentos de 15 minutos para después esperar 3 horas. Así se familiarizaron con todo, para que les diera confianza. Me acuerdo que de regreso venían cuatro de ellos en mi coche. Yo venía manejando, y veníamos repitiendo los diálogos, y ellos mismos decían: ‘es que me da miedo, es que no tengo buena memoria’...Pero finalmente lograron aprenderse los diálogos”, recuerda Meyer.

Matias Meyer 2

Yo está basada en un cuento del escritor francés Jean-Marie Le Clézio, galardonado en el 2008 con el Premio Nobel de la Literatura, y amigo cercano de la familia de Meyer. La trama ubica al personaje principal, “Yo”, un muchacho corpulento de 15 años y con deficiencias mentales, en un restaurante a las orillas de la carretera México-Cuernavaca, que opera junto a su madre. Su nueva amistad con Elena, una niña de diez años, le da un nuevo sentido a su existencia, y será de tremenda importancia para el resto de su vida. Poco a poco, “Yo” sale del resguardo de su pequeño mundo vigilado por su madre, teniendo resultados “inesperados”, por ponerlo de algún modo.

“[El cuento de Le Clézio] me gustó por la sensación que me provocó de ansiedad y de angustia. Me gustó el lado thrilleresco, darle la vuelta a la página sin saber qué va a pasar, y el personaje de “Yo” me fascinó y me recordó a un sobrino, que tiene cierto retraso mental. Siempre lo he querido mucho, a veces obviamente te desespera, pero también está su lado emocional, su lado de cariño, su necesidad de dar y recibir cariño, y creo que la peli va sobre eso, sobre la marginalización de las personas en la sociedad que no aparentan una normalidad, cómo la sociedad va expulsando seres que no entran dentro de un sistema y lo importante que son a nivel humano”, concluyó.