Favoritos

Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.

33476
Cine hecho en México desde Oaxaca

Cine hecho en México desde Oaxaca

23/Sep/2013

Oaxaca no se olvida de la producción nacional y nos receta una buena y variada dosis de nuestro amado cine. Aquí les dejamos una breve revisión de lo que Indie Rocks! ha podido ver (bueno, sublime o gacho) de cine mexicano en la mera capital internacional de las tlayudas.

A veces sucede que el cine mexicano de los directores nuevos (poco o nada conocidos) que uno puede ver con más claridad el plomo tosco e inservible que aun se encuentra mezclado con el oro de lo prometedor, de lo que quizás un día será… quizás. Supongo que este factor se debe al contexto cultural que los críticos compatriotas compartimos con nuestros amados bardos fílmicos. O como suelen decir por ahí, nosotros sí notamos y hacemos notar (cariñosamente) cuando “se les ven las costuras”. Sin excusa alguna siempre se tienen que apreciar las pulsiones subyacentes en el trabajo de los realizadores, así sean extranjeros o made in México.

Para comenzar a teorizar sobre las algunas cuestiones en torno a nuestro cine, sería bueno hablar primero de esos extravagantes conceptos como el largometraje 2PorUno (2012). Casi con la hechura de una producción soft-porn del más letal clase B, llega hasta nuestros ojos esta obra del regiomontano Bernardo De Urquidi. No es bueno mentir por eso lo diré como es: la película es mala –quizás lo que le sigue a eso–, lo cual no es un secreto para nadie, probablemente ni para su autor, y eso se nota desde los primeros cinco minutos de tortura inacabable. Y se vuelve a notar en el pésimo final que el realizador le dio, sin embargo no podría ser de otro modo.

La cinta trata las aventuras de dos hermanos, casi subnormales, que recorren el país con dirección a los States, en busca de sí mismos o algo así. Sin embargo, cosa extraña e insólita, como generada del más infrecuente random godarniano, la película contiene algunos chispazos de belleza poco usual: un par de secuencias hermosas y sin sentido alguno, como la de un hombre vestido de vaquero disparando contra unas botellas de cerveza en medio de la sierra. Al mismo tiempo la película fue realizada con todo el esfuerzo del director y en ella se lee un gran –aunque deforme– amor por el cine, un par de divertidos homenajes a Clint Eastwood y a otros grandes del medio. Me parece importante que exista cine tan gacho e incluso considero que se deberían hacer más cosas como ésta; en parte para acabar de una buena vez con el cliché de tantos pretenciosos que se piensan súper genios y para que la gente común se acerque más a la materia cinematográfica, sobre todo en esta época en que crear un filme ya no es cosa de dioses.

Gajes del oficio (2012), de Mariana Gironella, es un cortometraje mexicano de un perfección técnica asombrosa. Realizado con una concienzuda minucia formal (sobre todo en lo visual) y un entrañable manejo del elemento humorístico, este trabajo nos narra las peripecias de un taxista, con la misión inquebrantable de llegar a los quince años de su hija, mientras atraviesa la ciudad de México con un cadáver en el asiento trasero. Un corto que vuela alto en gran medida por el atractivo timing cómico de los actores participantes.

Otros trabajos, en materia de cortometraje, que pudimos apreciar fueron Contrafábula de una niña Disecada (2012) de Alejandro Iglesias y Paradisio (2013) de Rodrigo Ruíz Patterson, dos garigoleados cortos con la marca indeleble del CCC (Centro de Capacitación Cinematográfica), sobre sus imágenes; ambos de respetable hechura, sobre todo en el manejo del lenguaje cinematográfico. Dos trabajos ampliamente celebrados que han estado dando una buena festivaleada tanto a nivel nacional como internacional. Esperemos sigan así. Aunque, aquí entre nos, ambos cortos aún tienen ese suave aliento de lo repetitivo (los mismos recursos miles de veces vistos en tantas películas) que en ocasiones logra cerrar los ojos tanto del espectador normal como del cinéfilo cansado.

Para cerrar me parece importante destacar la presencia del cortometraje animado The Wend (2013), del realizador independiente Daniel Farah. Un interesante trabajo que muestra un travieso y creativo manejo del recurso animado, en un relato donde una amorfa figura avanza entre un bosque de conceptos y formas abstractas. Además con buen sonido detrás, excelente para combinar con unos mezcales.

{{descripcion}}{{descripcion}}{{descripcion}}{{descripcion}}{{descripcion}}{{descripcion}}{{descripcion}}{{descripcion}}{{descripcion}}{{descripcion}}{{descripcion}}{{descripcion}}{{descripcion}}{{descripcion}}{{descripcion}}