Loot. El Tesoro de Zihuatanejo

Hace mucho tiempo, Zihuatanejo era conocido porque mercaderes, comerciantes y piratas utilizaban el puerto como guarida para sus familias y escondite para sus botines; la locación, con sus increíbles playas y una bahía de ensueño, conquistó los corazones de decenas de personajes de todo el mundo.

A partir de este concepto nació Loot, una concept store y café gourmet en la que además podemos encontrar libros, muebles, arte visual y hasta artículos para surfear. Un verdadero botín para quien disfruta de un estilo de vida acorde a lo antes descrito. A eso le agregamos conciertos, y el tesoro está completo. El fin de semana pasado, Loot nos invitó a pasar un día en Zihua, con el pretexto de ver un concierto de Los Daniels.

Llegamos el sábado temprano. Viajar de Toluca a Zihuatanejo implica no más de 35 minutos. El vuelo salió a las 9:30 y a las 11:00 ya estábamos probando una lasaña de hongos con un agua de maracuyá en el ecotianguis local, iniciativa de Gabriela Quintero, mitad del dúo Rodrigo y Gabriela, que tiene su estudio en esta ciudad.

Después un poco de descanso para recargar pilas y prepararnos para la comida y el recorrido oficial en Loot. A eso de las 4:00 llegamos. Es un edificio de dos pisos con espacios perfectamente diseñados para albergar todo lo que se ofrece: abajo, una especie de galerón que en el fondo tiene un mural de Mocre, que vigila estantes de libros, una exposición fotográfica, racks de ropa predominantemente hipster y una barra de café. Afuera, una terraza con mesas bajas para comer cualquier cosa del menú.

Pedimos patatas bravas, quiche de espinaca y un sándwich de pollo al grill. Para acompañar, una cerveza Malora, artesanal. Después subimos al mezzanine, que hace las veces de galería, y vimos el trabajo en varias técnicas de por lo menos cinco artistas. Complemento perfecto.

Otro descanso y a las 9:00 regresamos para ver a Los Daniels. La segunda planta de Loot es una palapa en la que caben unas 400 personas. Abierta por los lados, es el escenario perfecto para un concierto íntimo. Los Daniels prendieron a los casi 300 asistentes desde la primera canción. Gritos, canto, baile y más de una hora de desenfreno corroboraron que haber ido a Zihuatanejo fue una gran decisión.

Para el cierre, Future Feelings aportó una dosis de nu disco y house que encendió aún más los ánimos y funcionó para cerrar un día de nuevas experiencias para todos los que forman parte de este concepto, que busca renovar el interés por el destino turístico y poner sobre la mesa un estilo de vida nuevo, con propuesta, que genere un cambio sustancial.